Tren a Daegu |Mini Fic| ~vminkook

➳ ❝Huir❞

El parqué del segundo piso resono bajo sus pisadas, quebrantado, temblando pedazo a pedazo al pasar de sus pies. Las paredes ya no eran azul cielo, ahora lucían desgastadas, sin ganas de vivir.

"Elizabeth" como la bautizo, ya no se parecía al dulce hogar que acuno entre sus brazos a Taehyung, él no sentía ese amor de la primera vez, un ferviente romance se hizo trizas dentro de su delicado corazón.

Kim quería huir de esas cuatro paredes, sofocado por miles de recuerdos con forma de rosa, tan hermosos y llenos de espinas, que ardían como el mismo infierno de sólo tenerlos entre sus manos.

Consume su alma el llanto desesperado de cada noche, suplicando a la vida tenerle un poco de piedad, rendido, de rodillas, con la mirada ida en el cielo razo que ya no le parecía hermoso. Rezando para que el viento se lleve todo su dolor, como se lleva los últimos resquicios de lágrimas en sus mejillas teñidas de carmín.

Juro para si mismo que no habría de seguir lamentando más. Armó sus maletas con lo poco que quedaba allí, despidió la casa sin ver hacia atrás, ya no quedaba en ella nada que añorar, sólo un aura enegrecida y la felicidad subyugada.

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Seúl, año 2015.

Taehyung sentía cosas que no podía explicar, una mezcla dispar de tristeza y felicidad, Seúl era el sueño de cualquier muchachito lleno de ambiciones, también el suyo, pero estar tan lejos de casa, ese era el único detalle que aconjogaba su corazón e inundaba su cabeza de angustia.

Tendría que hacer amigos nuevos, y estaría muy sólo hasta que eso sucediera, o al menos eso creyó antes de que sus planes cambiarán.

―Hijo, hable con un amigo, su familia te dara hospedaje, ¿De acuerdo?

TaeTae asintió, sin pedir más detalles sobre el asunto, confiaba demasiado en las decisiones de sus padres.

Esa tarde fue un paño de lágrimas, abrazando a su familia antes de abordar el tren, sabiendo que la compañía de su padre duraría sólo hasta la terminal de trenes en su nueva ciudad...

Unas horas después Tae abrazaba a su padre, prolongando el contacto tanto como sus brazos lo permitieran, rendido a soltarlo cuando ya no había más fuerzas que lo sostuvieran.
Giro sobre sus talones para conocer a su familia de hospedaje, y ahí es donde la magia comenzó.

Un niño bajito lo miraba, lleno de curiosidad por su posible amigo nuevo. Tae abrió su boca en grande al notar como los ojitos del chico desaparecían de forma adorable tras su sonrisa. Levanto la mirada a su padre y volvió está hacia el niño.

―Osito, ellos serán quienes te cuiden mientras estés aquí ―Explicó el señor Kim dejando ir la mano de su primogénito.

―Mucho gusto jovencito, soy Park JiYoung, ―sonrió, Tae también lo hizo al notar que su manera de sonreír se parecía mucho a la del niño ―El es mi hijo, Park JiMin.

Tras presentarse no hicieron falta palabras, ambos niños dejaban ver una complicidad extraordinaria en todo momento. Descubriendo las cosas que tenían en común, pronto Tae volvió a despedir a su padre, ya sin nervios, contento por tener un amigo.

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El precio de la amistad es caro, Tae lo entendió muy bien, sentado en la terminal del trenes, recordando como su destino se unió al del niño con la sonrisa extraña.

Sonrió con amargura tragando el recuerdo, que antes había sido el comienzo de algo mágico, y ahora era tan sólo el inicio de una tragedia.