The Perfect Boy 4-5

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El timbre sonó y me retiré rápidamente del aula. En mi cabeza habitaba un gran nudo, el cual provocó dolor de cabeza. Muchos sentimientos en un día.

Me cargué contra la pared blanca de las afueras del edificio y encendí un cigarrillo. Eso siempre lograba calmarme.
—¿Vamos? —Musitó Louis llegando a mi persona.
—No, hoy no. Estoy exhausto, dormiré la tarde completa.
—Bien, adiós Harold —Dijo él corriendo a su motocicleta oscura.

Imité la acción de Louis y conduje hasta mi apartamento. Al llegar, dejé todo sobre el sofá color chocolate y en completo silencio me dirigí a la habitación de mamá.
Abrí la puerta con cautela y la observé dormida sobre la cama, cubierta entre sábanas blancas. Me acerqué a su mesita de noche visualizando la gran cantidad de medicamentos que tenía sobre ésta y una taza de café ya fría.


Anne, mi madre, padecía de una enfermedad mortal titulada “Malaria”. La obtuvo en China cuando fue a un viaje de negocios. Los días están contados, ya no hay vuelta atrás, morirá en, aproximadamente, un mes. Los medicamentos que ingiere son para que su respiración sea neutra y para que logre articular palabras.

Mi familia, o lo que queda de ella, consiste en mamá y yo. Papá se fugó de la vida de Anne al decirle, ella, que tenía un pequeño fruto en su vientre. Un verdadero imbécil, ¿Quién deja sola a una adolescente de diecisiete años de edad embarazada?. Ni si quiera tengo por qué llamarlo padre, no lo merece. Des está mucho mejor.

Con todo lo relatado hace unos segundos, se puede saber por qué soy como soy. El alcohol, el tabaco, las fiestas, el sexo y los líos son para olvidar la maldita vida que tengo. Pero no siempre funciona.

(...)


Tomé mis llaves y me dirigí a casa de Connor, donde estaban todos. De camino oí unos gritos provenientes del parque más cercano. La voz femenina podía reconocerla, y al hacerlo, me acerqué un poco más para oír claramente la conversación.
—¡Tú siempre eres el causante de todas nuestras discusiones Sergio!, ¡Eres un verdadero imbécil! —Gritó ella mientras algunas lágrimas corrían por sus mejillas con rapidez.
—Exageras demasiado ______ —Bufó el chico de cabellos chocolates con el cual tenía la discusión.
—¿Exagero demasiado? —Rió con ironía—. ¡¿Crees que exagero cuando mi novio me fue infiel con Katie, la perra más perra de todo el instituto?! —Suspiró secando algunas pequeñas gotitas que habían llegado a su boca—. ¿Sabes, Sergio?; no puedo continuar con esta relación. Jamás tenemos tiempo para vernos y tú te has besado con Katie y quizás que otras cosas más han hecho. Terminamos —Musitó seca—. Eres un estúpido insensible. Fuera de mi vista, mi vida, todo.
—¡Vamos ____, no puedes hacerme esto! —El chico elevó la voz.
—Claro que puedo —Le miró con odio—. Esto ya finalizó, muérete o haz lo que quieras; menos reaparecer en mi vida.

Y fue entonces cuando descubrí que el tal Sergio, era el novio de _____, lo siento, ex novio.
—¡Vete a la mierda, haz lo que quieras! —Gritó él enseñándole el dedo de en medio mientras se largaba de nuestra vista.

_____ cayó totalmente triste sobre la banca del parque y cubrió su rostro con ambas manos al llorar más. Algunos cabellos rebeldes se corrieron por su rostro; y sin más, me acerqué a ella.

Capitulo; #5.

Tomé asiento a su lado y observé a mis pies sobre la tierra. Realmente no sabía por qué me había acercado a _____. Hoy había estado comportándome muy extraño.

Algo dentro de mi pecho gritaba que le rodeara con mis brazos, consolándola. Mientras que otro gritaba que le protegiera de cualquier imbécil capaz de acercarse a ella.
—¿Qué quieres, Styles? —Cuestionó en un sollozo triste.
—Siendo sincero, ni la menor idea —Confesé.
—Si es así —Sorbió los mocos—, vete entonces.
—¿Rompiste con tu novio? —Wow Harry, eres un verdadero genio; pensé sarcástico.
—¿Te importa esa información?, déjame pensarlo. No.

Por un impulso extendí mis brazos y la rodeé con ellos, aprentandola a mi con ¿Ternura?. Ella, sin pensarlo dos veces, copió mi acción escondiendo su rostro en mi pecho. Se le observaba tan débil y delicada como una muñeca de porcelana.
—¿Por qué tú?, ¿Por qué justamente tú, Harry Styles, tenías que aparecer de un segundo a otro en mi vida? —Sollozó.
—No lo sé —Respondí.
—No sabes nada. Eres un ignorante —Rió levemente, haciéndome sonreír pero la sonrisa se esfumó rápidamente. No debo sonreír jamás.
—Tal vez lo sea —Acaricié su cabello ondeado.
—En algo pensamos igual —Habló con dificultad—. Mierda, ahora mi vida está jodida de verdad. La única persona que tenía en éste mundo era a Chaz; y bueno a April.. pero es un caso diferente.
—¿Y tus padres? —Cuestioné confundido.
—Yo y mamá no tenemos una relación normal como todas las familias —Pausó—. Ella está todo el día y noche en el trabajo, y cuando no lo está, intercambiamos las mínimas palabras posibles —Respiró—. Y bueno, papá.. Alto. ¿Por qué diablos estoy hablando de mi vida contigo?. Claramente te odio y tú no eres un chico que se interesa por los sentimientos de los demás. Actúas muy extraño este día.

Me quedé en silencio un extenso tiempo. _____ estaba en lo cierto, yo jamás me sentía atraído por saber los problemas de los demás; si no que yo formaba los problemas día a día. Pero, ¿Por qué con ella es diferente?.
—Si quieres, puedo regresar por donde venía —Dije levantándome de la banca. Pero al intentar dar un pequeño paso para largárme, sentí un tirón en mi camisa.
—No, Styles.. quédate —Volteé y le observé directamente a los ojos, al igual que ella.
Tenía ganas de tomar su rostro y oprimir sus labios contra los míos.. ¡Harry, ya basta con los pensamientos estúpidos y absurdos!.
—Eres diferente a las otras chicas —Confesé tomando asiento, nuevamente.
—¿A qué te refieres con eso?
—A que no quieres solo sexo. Se puede ver en tus ojos que quieres ser amada y protegida por alguien. Bajo esa gruesa capa de la extrovertida y fuerte _____, hay una chica tímida, temerosa y débil que no quiere salir a flote porque tiene miedo a lo que digan los demás —Sus mejillas se ruborizaron.
—¿Realmente lo crees? —Preguntó bajando la mirada.
—¿Quieres una nieve? —Musité cambiando rotundamente el tema de conversación.
—No tengo dinero. Además, el maquillaje de mis ojos debe de estar todo corrido. Apuesto cinco libras a que soy igual a un zombie en este momento.
—Si quieres, puedes ir a mi apartamento para limpiar tu rostro —Sugerí.
—¿Qué?. Estás bromeando —Golpeó mi brazo derecho con delicadeza, le miré serio—. ¿No bromeas? —Negué—, en ese caso, está bien —Dijo extrañada.


(...)


Al llegar nuevamente a casa, le indiqué donde se encontraba el baño y rápidamente desapareció de mi vista. Dejé las llaves sobre la mesa de vidrio que adornaba la sala de estar y me dirigí a mi habitación. Tomé la guitarra y comencé a hacer pequeños acordes con el instrumento, hasta que recordé como era la canción que había sacado días antes.

—“And it's your lips, so kisseable. And your kiss, unmeasseable. 
Your finger tips, so it's searchable. And your eyes, irrisistible” —Canté el coro.
—Linda canción —Oí la voz femenina de _____ desde el marco de la puerta.

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