Tres razones para no enamorarte de él

Un simple chico

- ¿Qué tal tropezarte por accidente?- insistía Lea.

- ya habíamos hablado de eso, es todo un cliché, no pasará como en las peliculas, a demás sería la mayor de las verguenzas si no llegara a sostenerme o algo así- estaba decidida a hablarle.

-¿ y si le preguntas la hora?- hmm, supongo que no es tan mala idea.

-¿ y si no me contesta?

- Tienes que aceptar que la posibilidad existe- contesta de inmediato.

- ¿y si mejor nos olvidamos de todo esto?- digo rindiendome, fingiendo que hojeo las paginas de un libro que sostenia, es que tenía que regresar a la realidad.

- No puede ser tan malo, no esta mal que tu le hables primero, estamos en la era contemporánea, ahora el que tu hables primero esta permitido, incluso harías parecer que eres una chica segura, puedes hacerlo.

-No me hará caso, lo sabes y...- no me deja terminar.

-No, en absoluto, tienes que hacerlo, estoy segura de que te hará caso, y si no es así al menos lo sabrás. - tal vez tenía razón. - Eres increíble ¿sabes?, no comprendo como no puedes tenerle miedo a bailar frente a cientos de personas pero si a un simple chico.

Empiezo a tronarme los dedos como normalmente lo hago, señal de que los nervios comienzan a invadirme.

Esa era la cosa. Eso era lo que ella no entendía. El no era un "simple chico", y yo me consideraba lo más normal del mundo.