Mi madre

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Hace unos meses, mamá fue al doctor y cuando regresó a casa la noté un poco triste. Ha seguido así durante un buen tiempo. Y ahora se cansa muy rápido cuando vamos al parque.

Esta mañana, después de mucho tiempo sin verle, papá volvió a casa y nos llevó a mamá y a mí a los sitios que más nos gustan. Fuimos al cine, me compramos ropa nueva y a la hora de la comida, nos llevó a nuestro restaurante favorito. Volvimos a casa y papá, se fue como siempre.

Mamá me dijo que iba a hacer la siesta, así que decidí acompañarla. Al despertar, mamá seguía dormida. Pensé que tendría hambre cuando despertara, por lo tanto, le serví un helado para cuando lo hiciera. Fui a jugar a mi cuarto y a probarme mi ropa nueva. ¡Cuando mamá despierte, le enseñaré lo bien que me queda!

Después de un rato, me dio hambre. Regresé al cuarto, pero mami seguía dormida. Iba a despertarla, pero tenía una sonrisa mientras dormía. Seguro estaría teniendo un sueño bonito, así que no la desperté. Fui a la cocina y me comí el helado derretido que había dejado para ella. Luego le prepararé otro.

Ya era de noche y mamá todavía no despertaba. Ya estaba un poco preocupado. Fui a su cuarto e intenté despertarla. Pero no pude. Traté de encontrar algo con lo que despertarla. Pero solo encontré una carta sobre su mesita de noche.  Decidí abrirla. Ya que llevaba mi nombre y la dirección de nuestra casa. Estaba aprendiendo a leer así que como pude traté de leerla.

"Mi amado Matías:

¿Qué tal todo? ¿Has tenido un buen día?

Quiero decirte que desde el momento en el que naciste supe que debía protegerte hasta el fin de mis días. Y me temo, hijo mío, que está muy cerca. Eres un niño maravilloso. Muy considerado y amable. Siempre piensas en los demás antes que en ti. Y esa es una cualidad muy valiosa, que no debes perder nunca. Espero que cuando crezcas puedas seguir teniendo ese hermoso corazón que portaste desde un principio.

Es hora de que yo me vaya a descansar después de este espléndido tiempo junto a ti. Y también es tiempo de que sepas la verdad.

Aquella noche, después de regresar del médico. Me dieron una noticia muy triste. Y es que no voy a poder seguir estando contigo. No voy a poder correr junto a ti en el parque de nuevo. No podremos ir de compras o al cine como tanto te gusta. No podremos volver a nuestro restaurante favorito. O por lo menos, ya no podremos hacer nuestras cosas favoritas juntos.

Matías te quiero como no te lo imaginas. Y me duele tener que dejarte así. Quiero que recuerdes que siempre estaré contigo. Pase lo que pase. Pero esta vez de una manera distinta. No podrás verme. Pero podrás sentirme y tenerme siempre contigo en tu corazón.

Quiero que mires al final de esta carta y llames al número que está apuntado ahí con mi teléfono. Justo como te enseñé a hacerlo. Es el número de una señora llamada Lina que te va a cuidar ahora que no puedo. Trátala bien y atiende a lo que te diga. Porque va a tratar de ser la mejor madre que pueda y que me gustaría que fuese para ti.

Te quiero con todo mi ser.

Mamá.

P. D. Número de Lina      0412 083 55 22."

No entendía muy bien la carta, pero creo que la leí bien. Le hice caso a mami y cogí su teléfono. Marqué el número que ponía en la carta.

-¿Es usted la señora Lina?
-Sí, ¿quién habla?
-Soy Matías. Mi madre me dijo que llamara a este número.
-Matías cariño, ¿Y tu madre? ¿Dónde está?
-Está durmiendo. Pero no la puedo despertar.
-Oh Matías, pobrecito. Voy ahora mismo para tu casa.
-¿Tú sabes lo que le pasa a mi madre?
-Sí, Matías. Ha fallecido
-¿Qué es fallecer?
-Es un poco complicado de explicar. Te lo diré cuando llegue. Tú quédate donde estás que ya voy de camino.

La llamada se cortó. Me quedé donde estaba como dijo la señora Lina. Quiero que llegue y me diga que le ha pasado a mi madre. También quiero que me diga cómo puedo despertarla.

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