—Nashville. Tennessee 2006 —
Una niña se encontraba bajo la sombra de un árbol lo más alejado de todos en el parque, abrazando sus piernas con el rostro oculto entre sus rodillas, llorando desconsoladamente, como siempre sus padres discutieron y ella tuvo que huir de casa para no ver a su madre golpeando a su padre, era una mujer sumamente agresiva, aprovechándose del mal estado del hombre con quien lleva seis años de matrimonio, pues él, tenía serios problemas con el alcohol, y a pesar de que le ha afectado al grado de provocarle una falla renal que le impide mantenerse de pie, él continúa bebiendo, siendo maltratado por su esposa. La niña estaba cansada de las mismas agresiones que su madre tenía para con ella, y cada día pensaba con más empeño en abandonarlos, y tal vez pronto lo haría, pero era solo una niña de cinco años, no conocía a nadie y les tenía miedo a los adictos de los callejones.
Decide salir de su escondite, limpiándose las lágrimas con las mangas de su chamarra, y estaba por volver a casa, pero un cachorro se oculta entre sus piernas, era muy pequeño y delgado, huía de algo o alguien, y entonces al igual que el cachorro, siente miedo, pues frente a ella estaba un enorme perro blanco, gruñendo mostrando esos filosos colmillos, era un doberman albino, y el pequeño entre sus pierna, un Husky con una herida de garra en su ojo izquierdo, posiblemente hecha por el animal frente a ellos, así que armándose de valor, coge entre sus brazos al cachorro. Retrocede lentamente, pero el doberman no se da por vencido, ya que la acorrala a paso lento y amenazante.
-¡Aléjate!-
Grita pero solo recibe el sonoro ladrido del doberman, que para su horror se preparaba para atacarla. Cierra los ojos sin soltar al tembloroso husky, esperando alguna mordida o zarpazo, pero lo único que escucha son pisadas rápidas, el chillar del doberman alejándose y el quejido de alguien más. Abre los ojos y mira un pequeño cuerpo frente a ella, una rama seca al lado y la sangre goteando de la mano de aquel niño, pues a diferencia de ella que lleva puesto un vestido bajo su chamarra, el niño viste una camisa blanca bajo un sweater gris y unos pantalones negros, una snapback con el logo de Michael Jordán. Se acerca lentamente hasta él, y asustada mira la sangre brotar de la palma de su mano, al parecer no había salido ileso del zarpazo del enorme perro. Levanta la mirada, hasta encontrarse con unos ojos azules rojizos por retener lágrimas, el niño rubio aprieta los labios sonrojado, al encontrarse con la mirada verde de la niña que recibe lamidas del husky agradecido.
-Estás sangrando... — Intenta tocarla, pero el niño retrocede riendo con dolor.
-No-No es nada — Oculta la mano tras su espalda — ¿Tú-Tú estás bien? -
-Sí... — Le sonríe al cachorro.
-Genial... yo soy...-
¡Kara!
-Oh — La niña frunce el ceño al oír ese nombre, ella escuchó Kal — Mi mamá me está buscando, adiós-
-Adiós...-
Despide al misterioso niño, sonriendo y jurando nunca olvidar esos hermosos ojos y encantadora sonrisa, observándolo correr hasta una mujer rubia, junto a una adolescente, parecen preocupadas por la mano sangrante del niño, y antes de que se lo lleven, él la mira por última vez, sonriéndole una vez más. Suspira abrazando al cachorro, y camina de regreso a casa, rogando que todo haya terminado. En efecto ha terminado todo, pues al abrir la puerta, encuentra a sus padres sin vida en medio de un charco de sangre en el piso, su padre fue degollado y su madre, tiene un disparo en la cabeza, y el arma en la mano derecha. Suelta al husky y cae de rodillas sin dejar de mirar la escena, está en shock, no puede moverse o llorar a pesar de que quiere hacerlo.
Cuando reacciona, hay policías en su casa y uno de ellos la sacude de los hombros, ella lo mira a los ojos, y comienza a llorar siendo consolada por éste. Horas más tarde el hombre sigue a su lado intentando hacerla comer, pero no tiene hambre. La entregan a una mujer y entra junto a ella a una oficina extraña, hay un enorme sofá café y ventanales con excelente vista panorámica, contempla los edificios cercanos y al sol entre las nubes oscuras, hasta que escucha la voz de la mujer, pero no le presta atención, no le importa lo que dice, está enojada y quiere volver con su cachorro. Siente la mano de la mujer en su hombro, pero ella la quita y después la empuja con demasiada fuerza para su corta edad, la mujer cae al piso y aprovecha la oportunidad para abrir la ventana, huyendo así por las escaleras de emergencia.
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Bad Elections
RomanceAlgunas personas están destinadas a encontrarse una y otra vez, hasta que el universo ve adecuado que al fin estén juntas. Sin embargo, en algunos casos, las elecciones que el amo del tiempo toma, pueden no ser buenas, aunque... No del todo malas.