Capítulo Tres: El limbo

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Un joven de cabellos verdes se miraba al espejo, mientras la joven de cabellos color café acomodaba su traje y colocaba su velo

- Señorito Midoriya, ya debemos partir para la iglesia - dijo la joven detrás de él

- Ayer estaba feliz por mí boda. Y hoy me siento como atrapado en una intensa marea, el señor Shoto no es alguien malo, es todo lo contrario, y creo que lo amo, pero ¿Que pasa con Shinsou?

- El mar conduce a muchos lugares, querido, tal vez te lleve a un mejor destino, - fue la única respuesta que obtuvo antes de que la joven abandonará la habitación

Se podía ver las espaldas de los dos jóvenes, mientras que uno de ellos decía el juramento,

- Con esta vela, alumbrare tu camino en la oscuridad
Con este anillo, te pido que seas mío - dijo el joven de cabello bicolor, pidiéndole en un susurro la mano al joven a su lado, cuando su futuro esposo le entrego su mano, le coloco el anillo

- Y ahora los declaro marido y esposo - dijo el pastor Bakugo

Los dos jóvenes se besaron, sentenciando su matrimonio

La tierra de los muertos

El joven de cabellos color índigo descansaba afuera de la cocina del bar, su prometido se había casado con alguien más, y el se casó con un muerto, todo en la secuencia de dos días

Escucho la voz de su esposo dentro de la cocina

- Ay, señorita Plum, ¿Que voy a hacer?

El joven de cabellos color índigo se levantó de su asiento y miro por el hueco de la puerta semi cerrada, aún así la abrió aún más

- Se fue sin decir ninguna palabra

En esos momentos entro el anciano Iida con el libro de antes entre sus manos

- Pequeño, debemos hablar

- Yo se lo digo, porfavor, yo se lo digo - dijo el gusano en medio de las páginas del libro

- ¿Qué cosa?

- Hay ciertas complicaciones con tu matrimonio

- ¿De que está hablando? - preguntó el joven de cabellos dorados

- Los votos solo los unen hasta que la muerte los separé -

- ¿ A qué... se refiere?

- Que la muerte ya los separó

- Se irá si lo sabe - casi murmuro el joven - ¿Usted puede hacer algo?

- Bueno..., Solo hay una forma

- Porfavor, porfavor, yo se lo digo - suplico el gusano

- Esto requiere del más grandes de los sacrificios

- ¡Continué, dígale la mejor parte!

- ¿Cuál es? - preguntó con cautelo el joven

The Corpse Groom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora