Capítulo 5

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Me desperté, pero mantuve los ojos cerrados. Sentía como si estuviese flotando, dando vueltas en el aire de alguna manera.

Cuando por fín abrí los ojos toda la habitación se movía y me moría de sed. Resaca. Puta resaca.

Volví a cerrar los ojos para evitar esa mareante sensación de que el mundo se movía.

Mala idea. Muy mala. Recuerdos fugaces empezaron a cruzar mi mente, a bloquearla. Pero todas esas cosas no podían ser recuerdos, definitivamente me estaba volviendo loca. Imaginaba cosas. O creía que mis sueños eran reales. No sé. De cualquier modo no podía ser verdad.

No, Santi no.

Decidí dejar de pensar y levantarme, en fin, estar encerrada en casa en vacaciones no me atraía. Así que desayune en la terraza, como siempre, mirando al mar,  esas vistas siempre me relajaban, y traté de no pensar en que un par de balcones mas atrás estaba su apartamento. Pero bueno, basta proponerse no pensar en alguien para tener que pensar en el, y en mitad de mi relajado desayuno el móvil empezó a sonar como loco.

Lo miré. Era él.

Mi corazón latía a mil por hora. Pero, ¿qué narices me pasaba? Desbloqueé el movil y mire sus mensajes, me decía de pasar a recogerme para bajar a la piscina.

Me pellisqué, esto no era verdad. No definitivamente. Pero el pellisco dolió, así que le dije que sí y me vestí, tratando de obligar a mi cabeza a no montarse peliculas, algo un poco difícil. Y, antes de darme cuenta, él estaba en mi puerta y bajabamos juntos.

Fue un trayecto corto y algo raro, hablabamos como si nada pero por dentro, en mi cabeza, había un bombardeo de pensamientos y una especie de explosión de sentimientos que me confundían. Solo tenía claro que me estaba volviendo loca, porque aquello no era normal. 

Me gustaría decir que hablamos de cosas románticas y que fue una especie de gran reencuentro, pero mentiría. Llegamos a la piscina y se acabó el hablar, él por su lado y yo por el mío. Era algo raro. ¿ Qué se suponía que tenía que pensar?

¿ Había algo o no? ¿ Me estaba mandando indirectas? ¿ dando posibilidades? ¿QUÉ?

Pero no había tiempo para un dilema sentimental en ese momento, tampoco mr interesaba, por lo que lo dejé a un lado y seguí con mi verano, mi vida, y mis cosas antes de que él llegara.

La ventaja de haberse levantado tan tarde era que pronto llegó la hora de comer, y subimos.

La situación con Santi y la cosa rara que sentía en mi estómago ya me traían bastante de cabeza, pero nada comparado con lo que me confundía la actitud de Santi. Al llegar a casa, me estaba hablando otra vez por el móvil.

No entendía nada, pero no podía evitar responderle. Así que allí estaba, hablando con Santi, otra vez, tumbada en la cama y con la ventana abierta, en cierto modo abierta para él.

Pero todo esto no indicaba ni mucho menos que estuviese enamorada de él, solo que estaba algo confundida. Pero tenía que aclararme las ideas: él tenía novia, estuviesen bien o mal la tenía, y yo lo había dejado escapar. Nuestros destinos no estaban unidos.

Noches De Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora