Pequeño Susto

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Fugo llegó a la casa de los que consideraba a sus amigos más cercanos y en quienes podía confiar. Necesitaba un consejo, y sabía que Gia o Mista lo podrían orientar.

Al entrar a la casa, Mista y Gia le recibieron en el minibar de la mansión. Fugo estaba muy deprimido y no hablaba, Mista estaba demasiado preocupado, jamás había visto a Fugo tan mal.

—Vamos Fugo, cuéntanos que pasa, solo llegaste y dijiste que necesitabas un consejo

Fugo mantuvo la vista en el piso del bar, no sabía cómo explicar a sus amigos lo horrible que le dijo a Nara sin que lo juzguen. Necesitaba un buen consejo, pero temía que le den un sermón como solían hacerlo sus padres todo el tiempo.

—Mista, Gia... Lastimé a Nara en lo más profundo y no me lo puedo perdonar—Fugo habló con la voz cortada, tomó un suspiro para no llorar y prosiguió— No se como explicar, pero dije algo fuera de contexto que le llevó a los recuerdos de su padre

—¿Y eso qué tiene de malo?—Preguntó Mista

—¿No lo saben?—Fugo se apoyó pesadamente en la mesa—El padre de Nara la golpeó desde pequeña hasta el día que la expulsó de su casa

—Nara nos contaba que era malo, pero nunca entró en detalle—Dijo Mista

—Porque se avergonzaba, es algo muy delicado para ella e inconscientemente la lastimé con mis palabras, y se que le dolió más que golpes

Gia los oía en silencio mientras su cuerpo estaba temblando. No había bebido sorbo alguno de su refresco y notó que ni Mista ni Fugo habían tocado sus licores tampoco.

—Mista, soy un cobarde, no supe qué hacer en el minuto que la vi correr lastimada sentimentalmente y vine aquí con ustedes

—Y bien cobarde, ve con ella, abrázala y dile que lo sientes, ella no es tan tonta como aparenta, podrá perdonarte

—No lo creo, no merezco su perdón

—Por Favor amigo, te perdonó por irte cinco años dejándola sola con una bendición que ciar, te perdonó por planear un bebé tú solo truncándole su carrera universitaria—Mista pegó un sorbo a su vaso y continuó —Ella es muy bondadosa, y se que te podrá perdonar por esto, pero debes ser sincero, siempre te lo he dicho

—Mista, ¿Nos dejas a solas un momento?—Preguntó Gia finalmente — Lo mejor es que sepa los sentimientos de una chica

—Está bien, pero me llevo mi vaso

Mista abandonó la habitación minibar, y dejó a ambos solos. Gia no paraba de temblar, aún así se sentó junto a Fugo para contarle algo íntimo.

—Fugo, el pasar por agresión física no es un juego, es un trauma y debes ayudar a Nara con eso, yo me acabo de enterar o la hubiera ayudado antes

—¿Por qué lo planteas así?

—¿Sabes por qué vivo con mi padre y jamás he vuelto a ver a esa mujer que se supone es mi madre?

—Por lo que se, el señor Dio le quitó la custodia para criarte

—Correcto, y lo hizo porque esa mujer no cuidaba de mi—Gia tomó un sorbo de su refresco —Se iba de fiestas cuando yo era pequeña, dejándome con mi padrastro, su pareja, quien me golpeaba

—Oh...

—Mi padre Dio al enterarse, hizo hasta lo imposible por quitarle la custodia, enviar a ese ebrio a prisión y sentenciar a esa mujer a una orden de alejamiento permanente de mi

—¿Y tienes recuerdos de eso?

—Por supuesto, era muy pequeña pero son cosas que no se olvidan

Contigo Para Siempre [FugoNara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora