Confesión Estúpida

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Nara estaba muy triste, ya no compartiría con Fugo el único momento agradable de su día a día. Pero estaba decidida; no dejaría que se escape su crush. Ella veía la felicidad de Gia y Mista, también quería vivir eso con su Fugo. Así que se le iba a declarar. No importaba que éste la rechazara, pero no se quedaría tranquila hasta decirle que lo amaba.

Pero no se atrevía a hablarle en la escuela. Ya que él era frío con ella en público. "Sólo le enseño a la chica burra porque Buccellati me obliga" Fue lo que le oyó decir una vez a unos chicos que fueron a molestar a Fugo, de que Nara era su novia. A pesar que últimamente se había comportado más dulce que en un principio, ella sabía que algo había detrás de su comportamiento hostil. No sabía con exactitud lo que era, pero algo ocultaba Fugo.

Se sentó en su escritorio, buscó una hoja de papel, la más linda que encontró y comenzó a escribir una carta de confesión para Fugo. Intentaba recordar las clases de redacción que el muchacho le había dado, pero por más que intentaba escribir algo, terminaba rayando y arrugando el papel. Había gastado todas las hojas bonitas que le había regalado Gia, así que con mucha pena, tomó una hoja cualquiera de cuaderno y comenzó a escribir su carta.

Luego venía lo difícil; hacer un sobre para guardar su carta de amor. Buscó tutoriales en internet de como hacer un sobre bonito para una carta de amor. Pero no tenía los materiales, y a las 12 de la noche no encontraría cartulina en ningún lugar. Bajó a la entrada de la casa, procurando que nadie la oyera, y tomó uno de los sobres de cobranza que llegaban a la casa. Lo abrió, tiró el papel con las deudas y se llevó el sobre para meter ahí su carta. Al abrir el sobre, se había roto un poco de este, por lo que buscó cinta adhesiva para pegarlo. Pero no encontró ninguna, así que nuevamente bajó, abrió la caja de herramientas y sacó huincha aisladora para cerrar el sobre. Finalmente, le dibujó unos cuantos aviones al sobre, disparándole a Formaggio, y dejándolo con sangre y ardiendo en llamas.

Al día siguiente en la academia, esperó que todos vayan a receso, se acercó muy sigilosamente al pupitre de Fugo, y dejó ahí la carta, bajo sus cuadernos. Como ella tenía mucho miedo, hizo su carta anónima. Ya que no buscaba que el chico le correspondiera, solo buscaba quitarse el peso de encima de esos sentimientos que tenía hacia Fugo.

Nara salió apresurada del salón, para no levantar sospechas. Luego del receso, entró a la sala como todos sus compañeros, se sentó en su puesto y cubrió su rostro con un libro escolar, fingiendo que lo leía, pero en realidad, esperaba el minuto en el que Fugo encontrara la carta.

Fugo la tomó, la dobló y la guardó en su chaqueta. Luego pidió permiso para ir al baño y se retiró del salón. Nara vio eso, y pensó que iría a tirar la carta. Lloró en silencio en su puesto.

Una vez en el baño, Fugo se escondió en una cabina de retrete, y miró el sobre. Tenía una presentación y oficio horrible. Además de un dibujo espantoso que parecía hecho por un niño de kinder. No obstante, la abrió para ver su contenido. La leyó en silencio. Cada falta de ortografía y redacción lo aterrorizaba más, aún así, al terminar de leer cada estúpida palabra, abrazó la carta contra su pecho y cerró sus ojos.

Regresó al salón en silencio, y siguió estudiando. Pero esta vez era distinto. No contestaba ninguna de las preguntas que hacía Buccellati a la clase. Al final de la hora, todos abandonaron el salón, a excepción de Nara que se quedó dormida sobre su mesa. La noche anterior prácticamente se amaneció con el tema de la carta.

Fugo se acercó a la chica, y te tocó el hombro para despertarla

—¡Que! Quien me despierta... ¡La peleas!

—Nara, soy yo.

—¿Eh?... Fugo, qué haces aquí, se supone que no habrían más lecciones.

—Iré al grano. Leí tu estúpida carta.

—Oye ¿Cómo sabes que fui yo?

—Conozco tu letra. Se que te gusta dibujar aviones... y solo a ti se te ocurriría hacer una carta tan fea.

Nara bajó el rostro en señal de tristeza.

—Lo siento. Soy tonta, no hago nada bien.Ni siquiera una carta decente.Perdóname...

Nara tomó sus cosas rápidamente y se dispuso a salir del salón, pero Fugo la sujetó del brazo, tal como la primera vez.La atrajo hacia su cuerpo, y sin dudarlo, le robó un beso. Un suave y cálido beso que demostraba todos sus sentimientos. Poco le importaron las cámaras.

Nara correspondió torpemente. Era su primer beso y no sabía cómo se daban, solo se dejó llevar por el muchacho. Se separaron y se miraron fijamente.

—Tu confesión fue muy estúpida. Pero me sirvió para darme cuenta. No quiero dejarte ir, Nara, no sabes cuánto me gustas.

—Fugo...

—Soy yo quien debe pedirte perdón. Debí haber sido yo quien tomara la iniciativa. Pero ahora no quisiera que te vayas de mi lado. Por favor Nara, quiero estar contigo para siempre.

—-

Al fin se declararon sus sentimientos aaa.

Weon, juro que estaba cagada de la risa escribiendo lo ordinario de la carta de amor, de hecho, esa parte la habré releído unas tres o cuatro veces.

Nuevamente me disculpo, me traspapelé y en lugar de actualizar este, subí uno de mucho más adelante ;A; lo siento.

Contigo Para Siempre [FugoNara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora