Visita sorpresa

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-¿Cariño hoy vienes muy tarde?- un chico de cabello azabache miraba desde la cama cómo su novia se preparaba para el trabajo, hoy era su día libre.

-Sí Harry, te comenté que Malfoy y yo tenemos que cerrar el caso Flint.

-¿Todavía les sigue dando trabajo?

-Estuvo más difícil de lo que pensé- la castaña suspiró pesadamente y le dio un beso a su prometido para despedirse. -Regreso sobre las 8, quiero invitar a Malfoy este fin de semana a cenar con nosotros, si te parece bien.

-Esa sería una buena idea, ustedes dos hacen un buen equipo, sería hora de que terminemos de limar asperezas él y yo.

Hermione sonrió satisfecha y salió de la habitación directa a los polvos flu que daban a su oficina, su compañero rubio ya la estaba esperando.

-Nos sentimos madrugadores hoy Malfoy.

- Yo siempre llego temprano Granger, ¿o es que acaso tienes alguna queja de mis servicios?

El blondo puso los codos sobre el escritorio de Hermione y apoyando la barbilla en sus manos entrelazadas la vio sentarse.

-Ninguno, has sido increíblemente útil.

-Ese tono de casi sorpresa me hiere mujer.

La chica rodó los ojos y se puso a buscar algo en su bolso.

-Creo que ya lo tenemos todo para cerrar el caso de Flint, ayer terminé de revisar los documentos y no hay errores.

-Aún así sabes que no se dejará ganar tan fácil ¿verdad?

La joven se puso de pie y con ayuda de la varita hizo levitar hacia ella varios cajones donde almacenaba archivos, metiéndose casi por completo de cabeza en ellos buscando uno en específico.

- Lo sé, pero creo que tenemos un caso sólido.

-Y la abogada defensora que tenemos es la mejor- una sonrisa petulante se hizo lugar en el rostro pálido y la castaña se giró para verlo.

-Puedes apostarlo querido- con un guiño, Hermione terminó de recorrer su oficina con la mirada. -Malfoy ¿yo te entregué el archivo?

- No, me dijiste que me los traerías hoy de casa- la joven hizo un repaso en su memoria de todo lo que había sucedido en las últimas 16 horas y se dio una palmada en la frente al recordar que lo había dejado sobre la mesa del comedor.

-Se me quedó en casa. Si tienes tiempo podemos pasar a buscarlo y de ahí podemos hacerle la visita a Reeves.

-¿El de las mandrágoras?- Hermione asintió- Es un caso perdido Granger, lo sabes y lo sé.

-Aún así me están pidiendo que de un informe de sus experimentos.

- No tengo nada mejor que hacer, pero sí una de esas plantas del demonio me mata caerá en tu conciencia.

-Eres un exagerado Malfoy.

-Tú sigue pensando así, recuerda que el sauce boxeador es "sólo un árbol" hasta que quiere machacarte.

La castaña se rio con ganas recordando el pequeño dilema que tuvieron Harry y Ron con aquel sauce en segundo.

-Venga, vamos, yo te defiendo.

-¡Oh! Mi bruja de brillante túnica sobre su veloz escoba.

Con un pequeño empujoncito Hermione mandó a Draco primero a su casa por la red flu y luego se fue ella.

Al salir de la chimenea un sonido bastante particular llegó a sus oídos, eran gemidos, venían de la cocina. Malfoy la miraba incómodo.

La joven castaña caminó lentamente hasta la entrada del que Harry llamaba su santuario sólo para encontrarse con su prometido y su mejor amiga follando.

-¡Qué maravillosa sorpresa tenerte con nosotros hoy Ginevra!

La Venganza de Granger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora