Día 2: Calabazas.

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—¡EIJIIII..!

El repentino grito del alfa asustó al omega creyendo que algo malo había ocurrido, dejó de lado sus deberes y corrió hasta la dirección de su alfa.

En cuanto entró a la habitación que compartían se encontró con el rubio pegado a la pared completamente pálido, era como si hubiese visto un monstruo o algo así.

—¿Ash? ¿Estás bien? —preguntó Eiji arqueando una ceja con confusión.

Ash señalo con exageración un pequeño mameluco con calabazas en ella, encima de la cama. El omega parpadeo sin comprender.

Hasta que su mente hizo click dándole sentido a todo.

—Ash, por dios, sólo es un mameluco. —dice el omega incrédulo, recordó el gran miedo de su esposo hacía las calabazas.—No es como si te fuera a comer.

Ash frunce el ceño con clara molestia antes de formar un puchero en sus labios.

—¡Sabes que las odio! ¡Me dan escalofríos con sólo verlas! ¡¿Por qué compraste algo así?! —exclamó en alteración.

Se sintió traicionado.

Eiji suspiró.—¿Qué tiene de malo? Lo compré para los niños, apuesto que cuando veas lo adorables que se verán con el olvidarás tu miedo.

Ash bufo.

—¡Imposible! ¡Es imposible!

—¿Es imposible que tus hijos se vean adorables?

Ash suelta un gruñido.—¡Sabes que no me refiero a eso!

El silencio reino, Eiji no hizo la compra con mala intención, simplemente olvido el miedo de su esposo pero no estaba dispuesto a devolver el mameluco, Ash sabía que su actitud era muy infantil, más no podía evitarlo.

Los dos estaban en un dilema.

🌸

Para la tarde Eiji siempre se encontraba en la cocina preparando el almuerzo mientras que Ash se encargaba de cuidar a los gemelos.

El rubio tuvo la gran idea de extender una gruesa cobija sobre el suelo con un par de almohadas suaves para acostar a sus cachorros, Eiji estuvo de acuerdo así que pudo estar tranquilo.

Kei y Dawn ya habían abierto sus pequeños ojitos después un par de semanas, Ash estaba encantado de ver como habían heredado el color de su omega.

También notó que Kei era muy risueño, Dawn era todo lo contrario muy pocas veces sonreía.

—Ash, el almuerzo ya está listo. —aviso el omega con una sonrisa victoriosa.

En cuanto el alfa notó la sonrisa, ladeó la cabeza a un lado sin entender.

—¿Qué sucede? —pregunta algo desconfiado.

Eiji señalo con sus ojos el mameluco de calabazas que tenían sus bebés. Ash desvío la mirada avergonzado, al final Eiji tuvo razón.

Sus hijos se veían adorables con ese mameluco de calabazas.

🌸

Notas de autor:
Muchas gracias a quiénes leyeron el primer capítulo ayer, realmente me hizo muy feliz.

Como verán, habrá un capítulo todos los días, obviamente cortos.

Siempre tomar en cuenta posibles errores de ortografía.

Nos vemos mañana. ✌

Gracias por leer. 💕

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2020 ⏰

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