Capítulo 10

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Pov Lisa

—¿Que estás haciendo? —susurra Jennie mientras la cargo fuera del área de la recepción y la llevo por el pasillo.

—Shh. No puedo esperar —digo mientras abro la primera puerta que veo.

Es un armario de ropa de cama que apenas es lo suficientemente grande para las dos. Entro y cierro la puerta, luego agarro un palo de escoba y lo meto bajo la puerta, encerrándonos.

Tan pronto como está hecho, mis labios están sobre los suyos. Estoy soltando mi cinturón, Jennie está subiendo su vestido, y nuestras manos están ansiosas por estar piel con piel.

—No puedo creer que vayas a tomarme por primera vez en un armario. —Se ríe Jennie mientras envuelve sus piernas en mi cintura.

—Tengo toda una vida para compensártelo —gruño mientras saco mi polla y la presiono contra su mojada abertura.

Hemos pasados días tocándonos y provocándonos, y todo se ha ido acumulando hasta ahora. Esto es lo que pasa cuando hago lo honorable y nos hago esperar para tenerla.

—¡Mierda! —Casi grito, y Jennie coloca una mano sobre mi boca mientras empujo dentro de ella en un largo deslizamiento.

Se tensa un poco, y mis ojos se abren para ver si está bien. Está mordiendo su labio, pero me sonríe, y hablo con su mano sobre mi boca.

—Maldición —murmuro, intentando quedarme quieta.

Ella aparta su mano de mi boca y luego echa su cabeza hacia atrás contra una pila de toallas. La visión es jodidamente irreal. Es la completa perfección, y he pasado toda mi vida intentando ser lo suficientemente buena para ella. La forma en que su cabello castaño está cayendo a su alrededor, y la forma en que se sienten nuestros cuerpos juntos… es como si estuviéramos destinadas a estar juntas.

—Si no te mueves voy a gritar —gime, y aprieta sus piernas alrededor de mi cintura.

—¡Mierda! —grito de nuevo mientras me retiro y empujo en mi nuevo hogar.

Esta vez, no intenta callarme mientras agarro sus caderas y la follo contra mi polla. La sensación de su dulce y aterciopelado calor envuelto a mi alrededor es casi más de lo que puedo soportar, pero no quiero que acabe.

—Mierda —murmuro, y muerdo mi labio para evitar correrme.

—Nunca supe que tuvieras una boca tan sucia. —Jennie se inclina hacia adelante y succiona mi labio inferior en su boca.

Gruño y me doy vuelta, llevándola al suelo del armario. Tiro de la parte superior de su vestido y libero uno de sus pechos. Tomo un pezón en mi boca y succiono con fuerza, y empujo dentro y fuera a un ritmo fuerte.

Esto debería ser más delicado. Esto debería ser lento y dulce y en la cama con pétalos de rosa que había dejado para ella. Pero nunca actuábamos de acuerdo al plan, y una follada caliente y sudorosa en el armario es bastante cercana a la perfección. Agarra mi cabello mientras libero su otro seno y luego succiono su pezón en mi boca.

—Oh Dios, esa boca tuya —gime.

—Llámame Reina cuando esté enterrado dentro de tu coño real.

—Creo que debería probar mi coño real, mi reina.

Me retiro e inmediatamente hago lo que pide, colocando mi boca en su húmedo coño, lamiéndola. Gime, y puedo discernir un ligero sabor metálico en su coño virgen, pero no hay nada que haga su cuerpo que pueda desanimarme.

Justo cuando creo que está cerca de venirse, me siento y empujo mi polla en su coño imposiblemente apretado. Está tan apretada como en la primera embestida, pero sigue diciéndome que lo quiere más duro. Y nunca le negaría nada a mi reina.

Entierra sus uñas en mi pecho mientras sus ojos se cierran y su espalda se arquea del suelo. Grita su clímax, y rujo el mío, sintiendo su coño contraerse y masajear mi semen que sale. La sensación de mi propio orgasmo llenando su útero dispara la salida de más semen. Dura una eternidad, y mis bolas duelen por eso.

—No puedo parar —digo entre dientes mientras bombeo en ella.

—Lisa —susurra, y acaricia mi espalda, tranquilizándome en el orgasmo más poderoso de mi vida—. Todo, mi reina. Dámelo todo.

Sus suaves ánimos me excitan incluso más mientras mi cuerpo tiembla por la intensidad. Nunca he experimentado algo así, y una vez que las últimas palpitaciones se detienen, quiero colapsar sobre ella.

Pero no hay más espacio, así que no puedo rodar a un lado. Salgo y la ayudo a levantarse. Luego pongo mis manos a cada lado de su rostro y llevo sus labios a los míos. El beso es profundo y nos une; es una promesa de más por venir.

Ambas nos ponemos la ropa lo mejor que podemos, todo mientras reímos por lo que acabamos de hacer.

—Eres tan impaciente —bromea Jennie, y golpeo su trasero.

—¿Puedes culparme? Estoy casada con la mujer más hermosa del mundo. Sólo tengo cierta cantidad de fuerza.

—Ahorra un poco de energía. Vas a necesitarla.

Jennie me guiña un ojo antes de mover el palo de la escoba y abrir la puerta del armario. Si cree que sólo va a salir tranquila de aquí después de ese comentario, tendrá que pensarlo mejor.

—Creo que necesitas una lección sobre la cantidad de fuerza que tengo —digo, metiéndola de nuevo y cerrando la puerta.

Para cuando la dejo correrse de nuevo, está disculpándose y prometiéndome que nunca me contestará así de nuevo. Ya no puedo esperar a la próxima vez que lo haga.

CLAIMEN PRINCESS (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora