Epílogo 2

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Pov Lisa

Siete años después…

—¿Como lograste hacer todo esto? —pregunta Jennie mientras mira alrededor.

—Tengo mis métodos —digo, agarrando su mano y bajándola a la manta conmigo.

Los niños están en la escuela la mayor parte de la tarde, así que por lo general Jennie y yo almorzamos juntas. Pero hoy quise hacer algo especial. Preparé un picnic en el huerto para nosotras dos. Este lado es privado, pero incluso fui tan lejos como para colgar mantas a nuestro alrededor para no ser vistas.

La gasa blanca fluye a nuestro alrededor, y parece algo sacado de una película. Jennie está usando un corto vestido amarillo, y subo mis dedos por sus exuberantes piernas.

—Usas estos para atormentarme —digo, besando su cuello.

—Obviamente —contesta, inclinándose hacia atrás y dejando que mis labios bajen más.

—Vas a ser mi muerte.

—Mis intenciones son sólo volverte loca. No matarte.

—Has tenido éxito, esposa.

Se recuesta sobre la manta y me mira. Hay tanta devoción y amor en sus ojos que hace que mi pecho duela.

—Hazme el amor aquí, Jennie. He pasado mucho tiempo soñando contigo y nuestras vidas juntas en este mismo lugar. Es lo que siempre he querido.

Deslizo mi mano bajo su vestido, y cuando mis dedos rozan su coño, sé que no está usando ropa interior. Gruño, pero lo único que hace es reír y subir su vestido, y me muevo entre sus piernas.

—Sabes, si quieres que me coma este pequeño coño lo único que debes hacer es pedirlo. No necesitas ir por ahí sin ropa interior.

—Oh Dios, Lisa, justo ahí. —Sus caderas se levantan de la manta, y agarra mi cabello.

Llevo dos dedos arriba y los empujo en su mojado canal, frotando el lugar que sé que más le gusta. Cuando la siento apretarme, sé que está cerca, y me siento, reemplazando mis dedos con mi polla.

—Mierda. —Siempre está tan apretada como la primera vez, y su dulce coño es el paraíso.

—Siempre tan sucia —gime, abriendo más sus piernas y bajando la parte superior de su vestido.

Mi boca se aferra a uno de sus pechos, y succiono sus pezones mientras la penetro. Estar al aire libre se siente sucio y un poco peligroso, incluso aunque no hay posibilidad que alguien se nos acerque. Pero poder tenerla afuera en el huerto satisface a mi animal interior.

Hemos hecho el amor incontables veces, y cada vez es como la primera. Nunca me canso y cada vez es como la primera. Nunca me cansaré de la sensación de ella envuelta a mi alrededor, dándole placer como nunca ha conocido.

—Sí. Eso es, mi reina —gime y llega a su orgasmo.

Su cuerpo se suaviza, y siento su coño contraerse mientras olas de placer la recorren. Es sólo entonces, cuando sé que está saciada, que me retiro y me arrodillo. Ella observa, con sus ojos amplios por la excitación, mientras me masturbo con sus resbaladizos jugos y me vengo sobre su coño y vientre.

Me encanta ver mi semen sobre ella, marcándola como mía. Y por alguna razón, al aire libre así, se siente correcto. La veo mientras baja su mano y lo unta por su piel, luego sus dedos se deslizan a su coño, y frota su clítoris con un poco.
Es tan erótico, y no puedo apartar la mirada.

—Más —gime, y mi polla tiembla.

—Sí, mi reina —digo, antes de volver a empujar en su dulce coño y darnos a ambas lo que queremos.

Fin.

CLAIMEN PRINCESS (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora