Illicit Affairs (Daryl Dixon)

8. Primera vez

"Dejaron la ruidosa fiesta para encerrarse en su habitación de hotel, Daryl estaba sentado en la cama con Hanna sobre él mientras se besaban, las manos de la chica acariciaban su cabello y las de él apretaban su cintura, Daryl quería seguir sin embargo la detuvo cuando sus besos se volvieron más urgentes y comenzó a moverse sobre sus caderas.

-Espera... -Dijo jadeante separándose de ella. -¿Estás segura?

-Sí. –Hanna asintió con voz suave. –Quiero que seas el primero.

Se sonrieron y volvieron a besarse. Lentamente Daryl le quito a la chica la blusa y la falda que llevaba ese día dejándola en ropa interior, antes de desnudarla por completo tomo los bordes de su camiseta y se despojo de ella arrojándola a algún lugar. Hanna llevo sus manos al broche de su sostén y lo soltó quedando expuesta ante el chico quien la veía fascinado, ella se sonrojo y Daryl volvió a besarla. La giro despacio recostándola con suavidad sobre la cama quedando ahora él sobre el cuerpo de ella y volvió a besarla, deslizando sus labios desde su boca, pasando por sus pechos y llegando a su abdomen, estaba nerviosa pero Daryl le transmitía confianza así que estaba segura de que esa noche no iba a detenerse."

...

Terminaron exhaustos, se encontraban aun recostados en la cama uno frente al otro en silencio, de vez en cuando regalándose pequeñas sonrisas. Las sabanas estaban enredadas en sus cuerpos desnudos, mostrando un poco de su piel, Daryl noto leves moretones rodeando el brazo de la chica, casi llegando al hombro, dudo un poco pero al final estiro un brazo y acaricio con un dedo las marca, la sonrisa de Hanna se borro.

-No es nada... -Dijo avergonzada, evitando su mirada. –A veces... a veces él se molesta... pero ya no duele... -Regreso su mirada a él y le sonrió. –había olvidado que estaban ahí.

De un momento a otro la realidad golpeo a Hanna y su pequeño momento de felicidad término, se sentó a la orilla de la cama sosteniendo la sabana alrededor de su pecho, pensando en lo que había hecho.

-Hann. –Daryl la llamo acariciando levemente su espalda, Hanna se alejo un poco de su toque y lo miro sobre su hombro.

-Creo que tienes que irte. –Daryl la miro atónito. –Esto... creo que fue un error... no puede volver a ocurrir. –Murmuro. Daryl se puso de pie y comenzó a vestirse mientras Hanna permanecía sentada en la cama sumergida en sus pensamientos. Tomo el pomo de la puerta pero antes de abrirla se giro hacia ella.

-Quiero que sepas que no me arrepiento de esto. –Hanna lo miro con un nudo en la garganta.

-Yo tampoco. –Susurro con dolor. Daryl se acerco a ella rápidamente y le planto un último beso que le robo el aliento, después de eso salió por la puerta sin decir más él sabía que esa no sería la última vez.

...

El agudo grito de Daysi la ensordeció e hizo llorar al bebé en sus brazos, comenzó a mecerlo intentando calmarlo.

-Dios, lo siento... Ven aquí mi amor, ven con mamá. –Tomo al pequeño de los brazos de Hanna y continuo meciéndolo y palmeando su espalda suavemente hasta que calmo su llanto. –Cielos Hann... no puedo creerlo... simplemente no tengo palabras. –Hanna se sonrojo. -¡Dios mío! –Exclamó de nuevo sin poder ocultar su emoción. –Te acostaste con Daryl. –Hanna sonrió avergonzada. -¿Y? ¿Cómo estuvo?

-Eh... estuvo bien.

-Bien... ¿solo bien? -La sonrisa de Hanna aumento y eso hizo sonreír a su amiga.

-Estuvo increíble. –Admitió por fin y ambas rieron. –Con Shane nunca he tenido... -Se detuvo y su rostro se torno aun más rojo.

-¿Un orgasmo? –Hanna negó.

-No. –Dijo avergonzada.

-Oye... -Daysi acomodo a su hijo en la pequeña mecedora frente a ella y regreso su atención a Hanna tomando su mano. –Está bien... las mujeres somos complicadas en ese aspecto... no tienes nada de qué avergonzarte. –Le sonrió suavemente y Hanna le correspondió. -¡Ya era hora de que alguien supiera darte uno!

-¡Daysi! –Hanna se cubrió el rostro avergonzada pero sin dejar de reír.

-Esto tenemos que celebrarlo. –La tomo de la mano haciendo que se levantara del sofá y tomando rápidamente algunas cosas para su pequeño salieron de la casa.

...

Hanna llevaba el carrito con el hijo de Daysi recostado en la canastita para bebés mientras su amiga escogía las verduras y checaba las charolas con carne congelada, Daysi tomo un vaso de helado del refrigerador y lo coloco en el carrito acercándose un poco a Hanna.

-Alguien te observa. –Le susurro.

Daysi hizo un movimiento sutil de cabeza indicándole la dirección y Hanna se giro discretamente poniendo su cabello detrás de su oreja. Daryl fingía revisar la etiqueta de una soda de lata y cuando sintió la mirada de la chica él también la observo, sonriéndole, Hanna se sonrojo y le devolvió una tímida sonrisa para después regresar su vista al carrito.

-¿Qué pasa? –Pregunto su amiga.

-Nada. –Negó. Daysi noto el sonrojo en sus mejillas y lo nerviosa que estaba y sonrió.

-Si un chico como Daryl me coqueteara no dudaría un segundo en acercarme. –Dijo de manera sugerente.

-Eres una mujer casada... y yo también.

-Sí. –Asintió. –Pero mi esposo no es un idiota y el tuyo si... y te acostaste con él así que ya no puedes echarte para atrás. –Daysi rio. –Shane jamás va a enterarse... Hann... se aman... así que olvídate del que dirán y lánzate a sus brazos.

...

Durante toda la tarde Hanna no dejo de pensar en las palabras de su amiga, tenía razón, a pesar del tiempo que había pasado, a pesar de haber conocido a Shane ella jamás había olvidado a Daryl y estaba segura de que él a ella tampoco. El timbre de su casa la interrumpió y se dirigió a abrir la puerta, como siempre y desde hace unos días, Daryl se encontraba de pie frente a su puerta fumando como de costumbre. La chica miro a ambos lados de la calle asegurándose de que no hubiera nadie cerca y lo dejo pasar.

En cuanto Hanna cerró la puerta Daryl la acorralo contra ella y la beso. Los besos y las caricias subieron de nivel y, como la noche anterior, terminaron en la cama. A pesar de la intensa sesión de sexo seguían con energía, y mientras se duchaban juntos los labios de Daryl recorrían su cuerpo, dejo libre su boca para llevar sus besos a la sensible piel de su cuello y comenzar a bajar besando sus pechos y su abdomen hasta ponerse completamente de rodillas frente a ella y enterrar su cabeza entre sus piernas, escuchándola jadear llevándola al paraíso una vez más.

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