𝒎𝒆𝒕𝒓𝒐 - 𝒕𝒂𝒆𝒌𝒐𝒐𝒌 +18

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⚠️Escenas sexuales explicitas⚠️
Lea bajo advertencia, si no gustas de estos temas, te pido amablemente que te retires y no reportes
A las cochinonas que seguirán leyendo, disfrútenlo🤙🏼

Jungkook gemía bajo el cuerpo de Kim, quien con manos maestras estimulaba el miembro ajeno por sobre el pantalón, moviendo la palma por toda la longitud de aquel niño, sumido en placer.

Para Kim Taehyung, un hombre con la suficiente timidez para mantenerse en su papel de profesor, le era tremendamente imposible contenerse en un ambiente más íntimo, donde podía ser él mismo, donde encontraba la fuerza suficiente para demostrar la pasión que guardaba en su interior. Era por esto que, contra su buen juicio, trataba bruscamente a Kook. Se le hacía imposible no desear aquella piel de porcelana.

- Dime Kook, dime que deseas esto tanto como yo. Porque si no me pides que pare ahora, yo, ya no tendré fuerza para detenerme después -. Susurró sobre los labios del menor mientras su índice delineada con mucha delicadeza la pomposa mejilla. -Dímelo y pararé, amor. Pero si me pides que continúe, no saldrás de aquí sin que te haya puesto las manos encima.-

El aire se atascó en la garganta de Jungkook. Era lo que él siempre había deseado, sin embargo, la culpa lo carcomía. La preocupación de si su madre estaría bien era el pensamiento que llenaba su mente. Se sentía culpable para con Taehyung.

- Y-yo realmente quiero, pero, ugh, no lo sé. Creo que no me siento listo y tengo muchas cosas en mi cabeza justo ahora, no sé qué debería hacer - Un gesto de genuina felicidad se instaló en su rostro cuando Kim tomó su mano y posó los labio sobre los nudillos blanco de Jungkook. La respiración, el aire compartido, creaban una atmósfera sin igual, entre dos amantes deseosos de consumar su amor, de unir sus cuerpos para convertirse en uno solo, una sola alma dividida en dos cuerpos.

- Tus deseos son órdenes, precioso. Estoy a tu voluntad - Kim repartió besos por el pecho medio descubierto del menor, saboreando la tersa piel caliente. Se sentía a explotar, pero sabía que debía mantener la compostura con aquel bello ser. Él se encargaría de dejar a Jungkook con las mejillas rojas y los ojos llorosos de tanto placer, con la mente completamente nublada y unas estocadas que le harían olvidar hasta su nombre. -Mi cuerpo y alma son tuyos, amor. Dime lo que quieres y yo lo cumpliré, me rindo ante ti.

Jungkook no podía conservar la poca cordura que, para su desgracia, se estaba esfumado de su tierna cabecita. -Yo, yo... yo sí quiero, Taehyung. Tengo ganas de ti -. Como una confirmación de sus palabras, estampó sus labios contra los contrarios, derramando una fina línea de sangre que más allá de asustarlos, los calentó sobremanera.

Jungkook deslizó sus manos por el trabajado torso de Taehyung, deleitándose con la tersa piel. El aspecto moreno le proporcionaba un aura salvaje, sabía que esa iba a ser, con mucha seguridad, una de las mejores noches de su vida.

La sábana blanca había resbalado completamente de las caderas del mayor, dejando aquel trozo de carne duro reposando en la pierna del menor, quien con ganas lo tomó entre sus manos, masajeando como podía.

En la parte superior había una vista magnifica de aquellos labios devorando la boca contraria. La mano de Taehyung sujetaba la mandíbula de su alumno, impidiéndole evadir la invasión de su traviesa lengua en la cavidad contraria. Figuras y sombras irreconocibles armaban una guerra entre ambas siluetas apetitosas de toques y marcas en su ser. Marcas que estaban lejos ser ser simples toques en su piel, más bien, besos en el alma, grabados a fuego, sin retorno, sin culpa.

Con manos hábiles, Taehyung rasgó la camisa, derramando por el suelo el resto de botones que bloqueaban la vista de aquel profesor, dejando al descubierto el blanco y apetitoso pecho, mostrando unos botones rosado y deseosos de atención.