¿Disculpe?

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El silencio dominaba aquella sala, un gran silencio incómodo.

Ambos peliplata se mantenían mirando sus ojos con curiosidad, analizándose minuciosamente.

- Quién eres y porqué te pareces a mí- dijeron al mismo tiempo.

Ambos fruncieron sus ceños.

- No hables al mismo tiempo que yo- volvieron a repetir sincronizados.

Sus bocas se volvieron a abrir dispuestos a discutir una vez más, pero alguien los interrumpió.

- Pueden parar ya, de hacer el gilipollas?- preguntó el superintendente con su tono malhumorado.

El peliplata de armadura le sacó la lengua infantilmente y se cruzó de brazos mirando hacia un costado, haciendo reír a el alumno y el comisario de barba.

El ruso por su parte se quedó en silencio y así se mantuvieron durante varios segundos, comunicándose entre miradas.

De repente un sollozo los hizo mirar al chico de armadura.

- Quiero a mi Reborn, quiero estar jugando con Mika, no quiero estar con este viejo malhumorado- soltaba entre hipidos y lágrimas.

El corazón de tres de los policías allí presentes se estrujó por lo mal que se sintieron, la imagen del chico llorando y con sus orejas caídas les molestaba en demasía.

- Lamento ser un viejo malhumorado, pero prometo ayudarte si nos dices como llegaste aquí- habló Conway sorprendiendo a los demás presentes.

Le tomó unos segundos tranquilizarse y volver a hablar.

- Yo... estaba haciendo una misión con Auron, la admin nos lo pidió, pero una bruja encantada hizo un portal y el maldito de Auron me empujó- soltó de dolor aumentando su llanto.

La confusión de los policías era enorme.

El movimiento por parte del alumno hizo que le prestasen atención a este, se había acercado al chico que lloraba y comenzó a acariciar su cabeza de forma lenta, evitando tocar sus orejas.

- Ya, tranquilo, buscaremos la forma de llevarte de nuevo con ellos sí?- habló lentamente mientras se agachaba para ver mejor el rostro del contrario.

- Gracias- contestó el peliplata con dificultad.

- Que te parece si te quitas eso y te pones algo más cómodo? Parece muy pesada esa armadura- volvió a hablar Diego esta vez dándole una sonrisa.

El contrario asintió y fue cuando el oficial se levantó mirando al comisario ruso, que se había mantenido callado.

- Comisario Volkov, usted tendrá algo que prestarle? Creo que su ropa podría quedarle a la medida-

El ruso asintió saliendo de aquel cuarto con su cabeza echa un lío, pero aún así busco entre su casillero, sacando una camisa azul marino y unos pantalones negros, junto a un par de sus zapatos que siempre traía de repuesto.
Cuando volvió, se encontró con que su igual conversaba animadamente con el comisario y el alumno mientras que el superintendente estaba apoyado en una pared mirándolos.

- Tome- dijo interrumpiendo a la vez que extendía la ropa.

Los oficiales se separaron del chico y este se alzó tomando la ropa y el par de calzado, dando un pequeño gracias.

Hubo silencio por un momento antes de que alguien volviese a hablar.

- Esto... podrían salir por favor?- dijo llamando la atención de los demás presentes.

Estos sin decir nada salieron del cuarto y cerrando la puerta a su paso.

- Quiero que tú te hagas cargo de él Volkov- soltó el superintendente una vez se alejaron un poco.

Two Volkov's?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora