𝙋𝙡𝙖𝙩𝙛𝙤𝙧𝙢 9 3/4 !!!

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Amelie leía con una sonrisa en su rostro uno de los libros que su padre le había regalado. A la corta edad de once años, su madre la había educado para que devorara cualquier lectura o redacción que se le pusiera delante de sus ojos.

Con ilusión, leía e imaginaba aquel curioso libro que su padre aseguraba, le encantaría. 'Quidditch a través de los tiempos' se titulaba el libro, por lo poco que había leído entendía que era algún deporte extraño. Su madre entró a su habitación y en cuanto divisó a la niña leyendo, una sonrisa asomó por sus labios. Con sigilo se acercó hasta ella y la tomó entre brazos, acariciando su suave cabello castaño.

—Cariño, tu padre y yo te tenemos un regalo de cumpleaños adelantado —le dijo, con ese tono dulce que caracterizaba su voz. —Pero antes debo hablar contigo.

Esto último lo dijo en un tono más serio, pero sin borrar la sonrisa de su rostro. Su hija cerró de golpe el libro y miró a su madre, con esa pizca de curiosidad que caracterizaba su mirada.

—Verás, Amelie. Tu padre y yo te hemos educado como hemos pensado que sería la mejor forma, has asistido a la escuela desde pequeña, eres una alumna excelente sin duda, además de que no solo te destacas en lo académico, tienes un talento musical nato, lo has heredado de mí. Bueno, iré directo al punto. Tu carta de Hogwarts ha llegado hoy, y a tu padre y a mí nos hace mucha ilusión que asistas, después de todo Dumbledore está a cargo del colegio, y no creemos que allá mejor persona para instruirte.

—¿Hogwarts? —dijo la niña y su madre ensanchó su sonrisa y sacó del bolso de su abrigo un sobre color beige con una estampilla roja.

—Creo que te gustaría leer esto —su madre le tendió la carta y ella la leyó un par de veces.

—Sigo sin entender, mamá —protestó Amelie, alargando cada palabra que decía. Su madre, sin perder la compostura, pasó una mano por el cabello de su hija y besó su frente.

—Cariño, tu padre y yo somos magos. Tú también lo eres, y es por eso que debes asistir a este colegio, donde te enseñarán a potenciar tus habilidades. Te hemos educado como una muggle, o como una persona sin magia para mantenerte alejada del mundo mágico durante tu infancia, queríamos educarte como una niña sin magia para que desarrollaras otras habilidades, pero es hora de volver a donde pertenecemos. Así que el primero de septiembre te llevaremos al andén 9 3/4 y asistirás a Hogwarts.

—Pero mamá, yo no quiero ir. —dijo la niña con los brazos cruzados. —No quiero ser maga o bruja o lo que sea.

—Amelie, irás y esa es mi última palabra. —su madre dijo severa, en ese instante su padre entró por la puerta con una escoba entre sus brazos, una nimbus 2000.

—Tu hija no quiere asistir a Hogwarts —le dijo la mujer y el hombre frunció el ceño. —Así que olvídate que quiera jugar quidditch.

—Pero...—el hombre se quedó sin palabras —Amelie, por favor, si amas a tu padre intentarás jugar quidditch.

—Creí que habíamos acordado que no iré —dijo la pequeña, cuando una idea se le metía en la cabeza era imposible sacársela, pero su padre sabía persuadirla.

—Bien, si no quieres ser una bruja como tú madre, te desheredo —dijo su padre y su esposa le dio un golpe en la cabeza. —Solo bromeo, pero Amelie, escúchame. Quizá no te agrade Hogwarts porque no has escuchado lo suficiente acerca del colegio. Ven, siéntate conmigo —su padre se sentó en frente de ella —Te contaré una historia. Hace muchos siglos, había cuatro magos muy poderosos que deseaban compartir su educación, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw, Godric Gryffindor y Salazar Slytherin. Un día, decidieron al fin expandir sus fronteras y crearon un colegio de magia y hechicería para que los jóvenes magos pudieran absorber sus conocimientos. En este colegio habría cuatro casas, que llevarían el nombre de cada uno de los fundadores. Ravenclaw, escogía a los que la inteligencia y la curiosidad los caracterizaba, Gryffindor a los valientes y osados, Slytherin a los ambiciosos y astutos, y finalmente Hufflepuff, que valoraba a los que trabajan duro y son leales. Cada estudiante que atiende Hogwarts se le es sorteado en una de las cuatro casas y estas básicamente se convierten en tu familia. Por si te lo preguntabas, tú madre fue una Ravenclaw y yo un Gryffindor. Así mismo tus clases en Hogwarts no son las aburridas materias muggles que estas acostumbrada a llevar, allá te enseñarán sobre pociones, encantamientos, defensa contra las artes oscuras, y otras asignaturas que te aseguro son más interesantes que física o matemáticas. Además de que no solo podrás tomar tus clases, también podrás unirte al equipo de quidditch —su madre negó con la cabeza al ver cómo su marido buscaba que su hija fuera tan apasionada al dichoso deporte como él.

𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 / 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora