❝Only You❞ ➩ ◢🍒;;MexChi◣ ╭.•♪°✘~❲SIN CONTINUAR❳

『09』

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Su cabeza mantenía la mirada baja, su cuerpo temblando, era perfecto para hacer sentir mal a las personas sin lugar a duda.

«Oh, mierda... Siento un gran dolor. Hace mucho que no lo veía temblar de esa manera. Soy un pendejo, ya eché a perder todo ahora sí...»

Se acercaba lentamente con pequeños pasos al contrario.

Sí, él bien sabía que entre ellos las cosas no marchaban bien, tal vez por su culpa y no disfrutaba de eso, al contrario, sufría. No necesitaba que su conciencia le repitiera que estaba haciendo las cosas mal.
¿Llorar a diario está mal? Porque sientes un gran sentimiento de culpabilidad, ¿es acaso un crimen sufrir?

Estar confundido por todo lo que ha pasado es pasable, ¿no? Soportar separarte de alguien importante en tu vida y creer que después de irte así, podrías llegar como si nada nunca hubiese ocurrido. Fue un error pensar que al llegar, Chile estuviese bien. Pero... ¿Valía la pena culparse? Eso parecería perder el tiempo hablando mal de ti mismo.

Juntó valor e intentó hablar de manera civilizada, claro que todos sus demás intentos no daban frutos, era otra cosa que tenía grabada en la cabeza.

-Oye, Chile... Yo...

-¡Qué gran juego, México! -le dijo sonriente.

El tricolor se sobresaltó al escuchar sus palabras, con unos ojos asombrados lo miró detenidamente.

-¿Eh?

-Estuviste genial, ¿lo sabías? -habló con una tierna y alegre voz.

-¿Q-qué? Oye... -hizo una pequeña pausa para pensar-. Gracias, pero esto es un poco incómodo... -respondió entre dientes, ruborizado.

-¿Lo es? Oh, debo ir con mi equipo. ¡Nos vemos! -le regresó el guiño de hace un rato.

México se sentía aún más confundido. Antes se veía triste, ahora hasta le hablaba con cariño. Esto debía ser una broma.

-¿Qué diablos acaba de pasar? Se siente extraño -puso su mano en su frente.

Confundido ya estaba, pero ahora se sentía... ¿dañado?
Su corazón latía rápidamente. No sabía si sentirse bien o mal, tal vez de ambas maneras o de alguna otra podría ser.

-¿Qué mierda fue eso? -preguntó arqueando su ceja el colombiano.

-¿Qué? ¿Eso? -cambió su expresión al instante y al estar lejos del mexicano.

-Sí, ¿qué fue eso?

-Una técnica para confundir y evitar una conversación -respondió con simpleza.

-No puedo creer que hayas hecho eso.

-...Ay, vamos. ¿Acaso no harías lo mismo?

-No, para nada. Y estaba seguro que tú nunca harías algo así, hasta ahora que ví la realidad...

Chile regresó la mirada al mexicano. Colombia tenía razón, él no se creía capaz de hacer lo que acaba de pasar.
Su cara ahora mostraba preocupación más que rencor.
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El mexicano veía con tristeza la pulsera con la bandera de su mejor amigo. Era un idiota como para no darse cuenta de que algo ya no iba bien entre Chile y él desde que dejó de recibir cartas de respuesta.

Obviamente ya había tecnología, sería más fácil comunicarse de esa manera, pero las cartas daban otra sensación para México. Lo hacía ver más dulce, además había visto demasiadas películas de situaciones parecidas, por lo que ya soñaba despierto con que su vida fuera un filme.