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Tras acomodar a Yoongi en un pequeño sofá en a un costados del bar el de mejillas carmesí se dirigió hacia su habitación. Aún sentía las emociones a flor de piel y se preguntaba por qué el pálido se disculpaba puesto que no comprendía en absoluto sus palabras y eso tan solo confundía más sus pensamientos.

Al llegar a su habitación lavó su cara en un intento de sacar las presiones, se sentía agraviado, el ocultar sus sentimientos y su identidad cada día se le tornaba aún más difícil y a cada momento su estadía en el lugar se acortaba a pasos agigantados. Creía que no soportaría permanecer alejado de su mayor luego de disfrutar de una cercanía prácticamente implantada por él.

Pronto extrañaría el privilegio.

Dado el cese de sus pensamientos se dispuso a dormir, dormir sería lo que le otorgaría a su alma paz. Se encontraba cansado y como si un centenar de elefantes hubiesen pisado su columna, así con su cuerpo indispuesto, cayó en un profundo sueño.

Se sentía incómodo, su cuerpo, dada su actual postura y la dureza de la superficie en la que había dormido durante un tiempo totalmente desconocido para él, le había propinado un fuerte dolor en su espalda

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Se sentía incómodo, su cuerpo, dada su actual postura y la dureza de la superficie en la que había dormido durante un tiempo totalmente desconocido para él, le había propinado un fuerte dolor en su espalda. No recordaba dónde se encontraba y apenas reconocía donde yacía recostado.

Se removió incómodo logrando únicamente que cayera al suelo, hecho que logró que abriese los ojos.

Su cabeza dolía al extremo y poco a poco un carrusel de escenas borrosas comenzaban a girar en su cabeza dejándolo aún más mareado, puesto que, debido a la cantidad desconocida de licor que había ingerido anteriormente, la resaca se la cobraba en grande.

Ahora se sentía confundido. ¿Lo había visitado el pequeño de mejillas sonrosadas?

Y si eso hubiese sido posible ¿cómo habría logrado entrar a su casa a altas horas de la noche?

No, definitivamente había sido solo una mala jugada de su cerebro, no debió beber tanto.

Sobó su cabeza en un intento de disipar el fuerte dolor que nuevamente había sentido.

¿Qué hora era? Desconocía completamente.

Su vista se encontraba nublada y con atronadores mareos atacándolo optó por recostarse nuevamente sobre la fría y dura superficie.

Unos segundos bastaron para que sintiese un ácido escalando su garganta. Se sentía horrible y rápidamente optó por levantarse del suelo casi cayendo hacia adelante y se dirigió, tropezando con cuanto encontrase a su paso, hacia el baño más cercano.

Sentía que no llegaría, su estómago daba tirones y su garganta se llenaba de aquella sustancia ácida. Con pasos torpes subió las escaleras dando tropezones, siendo la oscuridad lo único que veía.

Su solución rápida apareció en su campo de visión en forma de puerta, a pocos metros se encontraba la habitación del menor y, en un momento desesperación extrema corrió, corrió como si su vida dependiese de ello y con toques toscos y torpes golpeaba la puerta.

Esa Chica [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora