( CAP 2 ) La llegada del príncipe.

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*NEJI*

Me levanté como siempre a las 6 de la mañana en mi anticuada, pequeña y casi vacía ''habitación'' si es que se le puede llamar habitación, me vestí y me preparé para la llegada de los invitados. Hablé con las sirvientas para que me dijeran que es lo que tengo que hacer hoy, ya que aunque no es raro que mi tío me diera ordenes como las de limpiar el castillo mientras que las sirvientas lavaban la ropa o hacían la comida, si que lo era cuando venía alguien de visita y él no me encerraba en el desván también conocido como mi ''habitación''; pero eso solo me ha pasado una vez, y esa vez, es hoy.

Eran las 13:30 cuando sonó el timbre del castillo, los invitados habían llegado. Uno de los sirvientes más veteranos avisaron a mi tío de que la comida ya estaba hecha, cuando todos se sentaron comenzaron a hablar, mientras tanto yo comencé a servir los platos ya que eso era lo que me habían dicho que hiciese.

Primero serví a los reyes Uchiha, luego a mis primas y cuando llegó el momento de servirle a mi tío...

-¡Oye tu!

-¿Si su majestad...?

-¡Date prisa, no quiero que mi comida se enfríe por tu culpa!

-S...

-¡¡¡ME HAS OIDO!!!

-Si, señor... (Dios mío, ¿no podría haber elegido otro momento para dejarme en ridículo y gritarme?, que vergüenza).

-Estos sirvientes de hoy en día no saben respetar a sus dueños (dijo mi tío).

-Eso es padre así se habla (dijo mi prima Hinata).

Tras servir a mi tío me dispuse a servir al príncipe Itachi, que tenía cara de no importarle nada de lo que había dicho mi tío, lo cual yo agradecía. Cuando me agaché para poner el plato en la mesa oí que alguien me susurraba al oído...

-No te preocupes (dijo el príncipe Itachi con la intención de que nadie le oyera).

Tras haber oído esas palabras mi cuerpo se relajó de tal forma que a mi cerebro se le olvidó todo lo que me dijeron y después salí del comedor como si nada hubiera pasado.

*ITACHI*

Eran las 12 de la mañana cuando mis padre y yo nos montamos en el carruaje que me llevaría a mi destino final, un destino del que ni yo era consciente.

Al llegar nos recibió el rey Hyuga (una mala persona a mi parecer ya que lo había visto un par de veces) y sus hijas ( dos betas no muy agradables, pero la mayor era la peor, a parte de ser con la que yo me casaría y la que peor me caía, desprendía un olor como de haberse echado dos litros de perfume para que yo la notara ).

Cuando mis padres terminaron de hablar un mayordomo nos dijo que la cena ya estaba lista y que podíamos sentarnos cuando quisiéramos.

Una vez decidimos sentarnos llegó un joven de cabellos castaños y largos con ojos aperlados comenzó a servirnos la comida, yo no podía como un chico tan hermoso como él estaba trabajando para un rey como este.

Mientras yo me quedaba enbobado mirando al joven un grito me sacó de mis pensamientos:

-¡Oye tu!

-¿Si su majestad...?

-¡Date prisa, no quiero que mi comida se enfríe por tu culpa!

-S...

-¡¡¡ME HAS OIDO!!!

-Si, señor...

-Estos sirvientes de hoy en día no saben respetar a sus dueños (dijo el rey Hyuga).

-Eso es padre así se habla (dijo su hija mayor).

¿Perdón? ¡¡¡El chico lo estaba haciendo de maravilla y en un tiempo perfecto!!! Quien se creen para humillarle así en frente de los invitados, pobre, no puedo imaginarme la vergüenza que estará pasan... De repente un delicado olor a menta se abrió paso en mi nariz, por encima de los dos litros de perfume de Hinata, era él, aquel joven que acababa de ser humillado me estaba sirviendo la comida, pude ver como su cara reflejaba una mueca de vergüenza, así que traté de relajarlo:

-No te preocupes (dije).

por la cara que puso después supe que había funcionado y eso me hizo sentir mucho mejor.

Después de todo este viaje no ha sido tan malo después de todo ¿No?.

Nuestra historia (Itaneji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora