Capitulo 14. Miedo

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Natalia.-

No pude contenerme, esa mujer provoca hasta lo mas mínimo de mi y saca esa parte descarada que no usaba hace tiempo

Volví a apretar su trasero con fuerza, alzándola en el acto, que ella contribuyo por que sus piernas se enredaron en mis caderas, mi boca dejo la suya para ir directamente a su cuello

-Natalia...- ella estaba jadeando- Dios mio....

Su piel era adictiva, su trasero me llamaba a golpearlo hasta dejarlo como tomate, quería marcarla, quería recorrer su piel, quería tanto con ella

La recosté en la cama con delicadeza,  yéndome con ella, besando su cuello, quería bajar hacia su pecho pero...

-Makis ¿Estas presentable? - Santa madre su familia esta en casa

-No Santi, acabo de salir de ducharme, ahora bajo - Dijo intentando regular su respiración

¡¿Pero como se me ocurre caer en los encantos de esta mujer con su familia presente?!

-Vale, te esperamos - Solo escuche cuando estaba bajando las escaleras

Me escondí en su cuello, intentando ocultar mi verguenza y seguramente mi sonrojo, sentía a mi centro palpitar, pero aun así la verguenza era mas grande

-¿Nati? - no quería verla, tenia poquita (mucha) verguenza

-Nati mírame a los ojos - Negué con la cabeza - ¿Por que no me quieres mirar?

-Por que estoy caliente y avergonzada y si te miro seguro mi cara explota - Ella rio, ella no me ayuda, tuve mas verguenza y rozar su expuesta y cálida piel no ayudaba con mi calentura

-¿Y como piensas besarme si no me quieres mirar? - me alce de hombros - ¿No me quieres besar? - solté una risa juguetona

-Ño - Estaba vez Makis jalo mis cabellos, obligándome a verla, ella tenia una ceja alzada

-¿No me quieres besar? - Negué sonriendo - Lastima, yo si

Y simplemente paso, nuestros labios se volvieron a encontrar, pero esta vez con ternura, con amor, Makis me besaba lento, tierno y yo la besaba como si fuese un cristal y tuviese miedo de romperla, entonces me di cuenta que ese beso estaba haciendo efecto en mi corazón y el miedo de que me rompa apareció y de súbito me separe

-¿Que sucede? -Makis me miraba con el ceño fruncido

-Yo..Yo me te..tengo qu...que ir- Sin esperar su repuesto, me fui corriendo de su habitación

Ya se, soy cobarde, pero aquel miedo no se quito con los años y aunque me gustaría querer a Makis sin sentir una pizca de temor, no podía

Yo la quiero

Pero mi miedo era mas grande y eso lo detestaba

Makis.-

Quede paralizada, todo iba perfecto y de repente se separo, por un momento me plantee si hice mal algo, si le falte el respeto, pero cuando me miro, sus ojos mostraban temor, estaban rotos y de eso no me había dado cuenta hasta ese momento

Me vestí pensando en que le tenia tanto temor, baje intentando buscarla con la mirada, pero ella tenia la vista en el suelo, esperando por una orden mía, actuando como si no hubiese pasado nada en mi habitación y eso de verdad dolía

Decidí darle su espacio en lo que comía con mi Familia , decidí no hablarle para yo poder pensar las palabras que quiero expresarle, en las palabras correctas para decirle que puede confiar en mi, que yo con todos sus defectos, virtudes, inseguridades, yo la quería y que lo que sentía era  algo que jamas sentí con nadie mas

-¿Mi amor estas de acuerdo? - Todos me miraban atentos, bueno todos, todos, no, Natalia aun no levantaba la mirada

-¿De acuerdo en..?- Les di una sonrisa apenada y ellos me vieron con ternura

-Si estas de acuerdo en salir de viaje - explico tranquilamente mi madre

Los viajes con mis hermanos y mi madre son entretenidos, solo que hoy hay un pequeño detalle  por la que no quiero ir, ese detalle tan precioso se llama Natalia y es que se que solemos partir un Lunes y justifican mi falta, bueno, mis faltas, en realidad nos vamos por un mes, antes iba por la abuela, que por desgracia falleció, así que por lo general, solo pongo mis audífonos y escucho música

-La verdad no me dan ganas de viajar madre - Ella me miro curiosa -¿Podría quedarme esta vez?

Recibí la mirada sorprendida de los empleados, de mi hermano Santiago y de mi madre, por otro lado, recibí la mirada de mi hermano Juan Pablo con una sonrisa picara

-Bien Makis, pero cuidadito y haces fiestas- Asentí para terminar mi almuerzo y poder hablar con mi Natalia

Fue difícil llamar su atención, pues se excusaba con que tenia mucho trabajo y no poda hablar, pero mi paciencia acabo cuando vi que su celular empezó a sonar y quien marcaba era nada menos que Pavia ¿Desde cuando ese idiota tenia el numero de MI Natalia?

Agarre su teléfono y conteste

-No vuelvas a llamarla en tu puta vida - Estaba realmente brava, ni siquiera se si le colgué, agarre el celular con fuerza y luego fui con ella, quien me miraba con miedo, pero no importaba, esto se arreglaría de una vez por todas.....



La Hija De La Sirvienta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora