- 𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒

❝ •𝟎𝟑• ❞

Hablaba tranquilamente e felizmente con Lobezna, es agradable cuando quería, estiro los brazos y soltó un bostezo, si que había aprovechado la "Pequeña" siesta suya, la de piel de lobo aun no estaba acostumbrada a estar bajo tierra, básicamente este era un lugar temporal para todos, solo asta que sea, por fin seguro allá en la superficie, cabe decir que NO estuvo con Kipo cuando tuvieron todas esas aventuras, se sentía celosa por ello.

Desde donde estaba, pudo escuchar pasos acercándose a ustedes dos, ambas pararon frenéticamente y se miraron, Lobezna entro en modo defensivo lista para prepararse de cual Quier ataque, se viraron lentamente solo para ser recibida por una Kipo sonriente y corriendo con los brazos abiertos.

-Oh, Maldición- Maldijo la mas pequeña preparándose para el abrazo de oso que recibiría ahora

-¡Chicas! -como estaba predicho la peli-rosa los envolvió en un dulce abrazo, que poco a poco iba apretando mas- ¿a donde van?, ¿________? no deberías estar en mi casa ahora mismo....?-le miro, sus penetrantes ojos ahora clavados en los suyos

-Uh, ¡Ahora eso no importa!-Negó con la cabeza para después volver a sonreír- ¿Qué hacían?- cuestiono alzando una ceja curiosa

-Hablábamos de como ayudar a ________ a defenderse, ¿no es un poco obvio?- trato de salir del abrazo fue en vano-¿Puedes soltarnos?, tenemos trabajo que hacer, AHORA-

-Um...Eh,Lobezna tiene razón, Kipo, tenemos que entrenar un poco- la ya mencionada pareció entender y las soltó no sin antes darle a ti un abrazo rápido

Lobezna tomo esto y frunció el ceño, su típico ceño fruncido.

-¿¡Puedo ir con ustedes?!- su sonrisa se ensancho y los miro con un brillo en los ojos-¡Puedo ser de ayuda!-

-Lo siento, pero este es el entrenamiento de ________, ella no sabe defenderse de los mute, tu por otro lado, eres una mega-jaguar, que puede defenderse sin ayuda de nadien, ¿tengo razón, o no?- se cruzo de brazos, la sonrisa de la chica pronto se desvaneció de poco en poco

-Oh.....Ya veo, esta bien, supongo...- bajo la cabeza con tristeza-No importa, ¡Nos vemos mas tarde, Lobezna, _______!- volvió a sonreír para después salir corriendo de donde estaban, doblo hacia una pared y desapareció de su vista

miraste a la de piel de lobo, ella solo se encogió de hombro y se giro para comenzar a caminar, miro por ultima vez la dirección en donde se había la peli-rosa, suspiro y hizo lo mismo que su amiga, llego a su lado y trato de iniciar, otra vez, un tema de conversación.

sin embargo, detrás de aquella pared donde la mitad-mute, había doblado, se encontraba sentada allí, llevando sus piernas a su pecho, su mirada esta fija en el suelo, el frio y solitario suelo donde su mejor amiga se había caído, en sus manos ya se encontraba un pequeño libro, el que usted antes había agarrado, su vista se volvió hacia el libro, en donde alguna vez, las suaves manos de su amada tocaron ese viejo pedazo de chatarra, lo abrió lentamente y se encontró con la portada, paso las hojas y no vio nada mas que investigaciones de estrellas y constelaciones.

no había nada interesante ahí, suspiro y cerro el libro, aun quedaban varias paginas aun no escritas, se levanto e salió de la pared en donde estaba, se quedo parada viendo fijamente el camino que lobezna y tu habían tomado, su mente divago, la escena viéndote reír a ti y a la otra chica, le hacia hervir las entrañas, rabia, para la buena mascara que oculto Kipo, se veía tan natural y alegre, no parecía tener ese sentimiento amargo.

quería retenerte mucho mas tiempo en su casa, lamentablemente para su suerte, se había olvidado del tiempo, y de usted también, a si que se abofeteo mentalmente, por olvidarse de usted, cuando la vio durmiendo recostada en su cama, un aire de tranquilidad y de amor recorrió su ser, verla así, le hacia sentir bien, se veía tan Indefensa, que cualquiera podría hacerle daño.

una mirada sin vida cruzo por su rostro, formando en sus labios una delgada linea, miro de nuevo el diario y sonrió, después de todo podría servirle para algo mas que sus estúpidas estrellas, tal vez comenzaría ahora mismo.

una sonrisa apareció en sus rasgos, troto suavemente por el camino, silbo para disimular, miro a sus alrededor para poder usar algo, su atención se fijo en los múltiples techos de la madriguera, saco una de sus patas de jaguar y en la otra apretó el agarre en el libro, se inclino un poco para darse impulso y salto, salto al techo mas cercano.

Parece que era hora de acosarte un rato.