Capítulo 4

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Un gemido escapó de mis labios mientras me estiraba en la cama haciendo crujir mis huesos.

Hace días que no dormía bien... Incluso me salió una espinilla, hace años que no sabía nada de espinillas.  Pero no fue una tarea nada fácil ordenar, nombrar y escuchar a trescientos Elfos.

Todos necesitaban una tarea como mínimo... No tenía esa cantidad de tareas, así que ellos aún trabajan en el castillo... Pero aún algunos no tenían tareas.

Me vi obligado a ''Robar'' Al Perro de Tres Cabezas del tercer piso... Y digo ''Robar'' Porque ni lo he visto.

Mis Elfos se han entretenido un poco limpiándole, alimentandole y incluso les dije que le saquen a pasear... ¿Cómo lo harán? No me importa.

Ahora volveré a lo que yo hago porque estoy aburrido de los malditos Elfos.

Me levanté, hice lo típico de cepillar mis dientes, ducharme y vestirme antes de salir.

Estaba usando mi habitación en Slytherin, mis Elfos terminaron de ampliarla. Cuando abrí la puerta había una estampida de estudiantes saliendo.

Me molesté en ocultar que mi habitación está ampliada, obviamente cerrando la puerta rápido.

Luego me mezclé en la multitud de humanos normales y me dirigí a clases.

Había decidido no usar a los Elfos como transporte hoy, siempre he sido fan de Harry Potter y al menos quiero un día como un estudiante normal.

Me detuve en la Sala Común de Slytherin y estaba todo el mundo hablando y haciendo lo que sea que hagan los plebeyos.

Yo... Evidentemente no sé cómo acercarme a ellos, así que decidí salir de ahí y caminar sin rumbo por el Castillo un rato antes de la primera clase.

Así salí de las mazmorras y caminé un rato por el castillo. Mientras caminaba comí una hamburguesa y me tomé un refresco acompañado con una poción para el sueño.

El Castillo estaba vacío ya que todos estaban en el Gran Comedor. Aproveché esto último y les dije a mis Elfos que me digan por dónde se llega a la Sala de los Menesteres.

Caminé unos quince minutos hasta llegar a la sala, y cuando lo hice yo me detuve frente a la pared.

Estuve diez minutos intentando sentir que quiero ocultar algo, la puerta se abrió dos veces mostrando una biblioteca y una armería de armas antiguas. Hasta que llegó la tercera vez dónde se abrió y se mostró... Una Mini-Ciudad en toda la palabra.

Eran montañas y montañas de objetos, algunos tan simples como botellas vacías, otros más complicados como ropa muy elegante, aunque también habían objetos de decoración como sillas, mesas y muebles en general, incluso algunas camas.

Entré y empecé a caminar luego de decirles a mis Elfos que memoricen la ubicación de este lugar.

Por... ¿Veinte minutos? Caminé por el lugar, llamé a mis Elfos y hablamos un rato, y incluso bebimos una soda una Elfina y yo, ella había pedido pasar tiempo conmigo cuando yo pueda.

Luego de una larga media hora yo encontré lo que buscaba. La Diadema de Ravenclaw.

Era hermosa, de una brillante plata y un gigantesco zafiro que lo adornaba.

Le dije a Modi que lo deje donde guardó el anillo. Tengo dos Horrocruxes... No puedo romperlos porqué la primera clase que tengo hoy es con Quirrell, y no sé cómo reaccionará... Supongo que esperaré y cuando sepa qué hacer con Quirrell yo actuaré.

De momento esperaré al Diario que vendrá sólo a mis manos y el guardapelo... Puedo tomarlo fácilmente.

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¡Reencarnado en Harry Potter! ... Llámenme BaldurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora