I'm geii

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—Creo que soy gay. Bueno, no creo, afirmo. 

Un silencio sepulcral se instaló en medio de la mesa redonda. Max, Ian y Chad veían atónitos al japonés, que con sus mejillas bermejas y la mirada hacia abajo, había decidido soltar la verdad que tanto le venía atosigando. 

Desde hacía semanas, entre parrandas y borracheras,  notó que algo estaba mal con él. Las mujeres ya no le llamaban tanto la atención e incluso le resultaba molesto su parloteo incesante superficial sobre que vestido usar o no. Fue que afrontó el problema al momento de intimar con una rubia de grandes senos y curvas para morirse, porque la pobre fémina intentó de todo para que su amiguito se levantase y... No, no pudo. 

Se sonrojó aún más al recordar esa incómoda escena.

Después llegó la fiesta por su cumpleaños. Maldita sea esa fiesta. Entre alcohol y probablemente sustancias de dudosa procedencia fue que terminó en la cama con un desconocido. Al principio se mostró nervioso y un poco inseguro, pero conforme los besos subían de intensidad y las palabras varoniles y acarameladas que el tipo le susurraba al oído, pudo afirmar sus sospechas en cuanto a su sexualidad. Mentiría si dijera que no lo había disfrutado porque ¡demonios!, había sido la primera vez que se corrió sin tocar su miembro. 

—Iré por una cerveza, ¿Quieren algo?— rompió la tensión Chad. Joji agradeció internamente aquella intromisión, tal vez fue mala idea declarar sus gustos tan de la nada. Un sentimiento de vergüenza lo aplastó y decidiendo mejorar las cosas, raspó su garganta y se levantó:

—Solo quería que lo supieran. Son mis mejores amigos y siempre he confiado en ustedes. Lamento haber soltado eso tan de repente, pero debía hacerlo, y se que los incomodé y, mierda, mejor me voy...— pronunció el pelinegro antes de tomar sus pertenencias y retirarse.

La ventisca fría de octubre le congeló las mejillas y se maldijo por no traer una chaqueta. Caminó a paso lento por la avenida rumbo a su casa, tomaría una ducha caliente y repasaría su plan de escape del estado, no, del país y...

—¡Joji! ¡Espera!- un grito lo despabiló. Con las mejillas rojas producto del frío y sus brazos titirando enfrentó a Ian, quien venía corriendo trás él. —Demonios, ¿En qué pensabas?, te llamé 3 veces y nunca volteaste

—O-Oh, perdón, yo, estaba un poco, ya sabes

—No hay problema. ¿Hace demasiado frío, no? 

Justo cuando iba a rechistar contestando que estaba bien, Ian se adelantó y se sacó la chamarra para dársela a Joji. 

—No, estoy bien, en serio.

—Hombre, estás temblando y tu nariz está roja, póntela antes que te la ponga yo— "Joder, no lo malpienses George".

—Pero, ¿Y tú? 

—No te preocupes, por mí, tolero estos climas tan extremos.

—Gracias

Antes de continuar su camino, unos delgados labios tibios colapsaron con los suyos. No supo en qué momento sucedió, si el calor de su cara seguía siendo por el frío o por el beso, pero un terremoto tembló en sus entrañas y sus rodillas temblaron estrepitosamente.

—Creo que yo también soy gay, bueno, afirmo— dijo al separarse del japonés.

Una enorme sonrisa se formó en los labios de ambos.

No fue tan mala idea haber hablado.

Jojian; OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora