Capitulo 5

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A la mañana siguiente Harry volvió a visitar a jessie al hospital. Llevaba una caja blanca atada con dos lazos bajo el brazo, que dejó sobre la cama.

—Hola, ¿qué tal te encuentras hoy? —preguntó tomándola de la barbilla y besándola brevemente.

—Bien —contestó ella deseando que aquel beso se hubiera prolongado, y reprochándoselo al mismo tiempo—. Puede que hoy mismo me quiten el suero. De hecho, voy a tomar dieta blanda.

—Bien.

—Pero eso no significa que pueda comer.

—Cierto —señaló Harry sentándose en la cama—. Esta mañana he hecho algunas llamadas.

Podemos casarnos en dos días.

—Dos días! Bueno... está bien. Si para entonces he salido del hospital, claro.

—No parece que la idea te entusiasme demasiado —rió Harry.

—No, es solo que... últimamente me cuesta hacerme a la idea. El médico quiere ver cómo reacciono cuando me quiten la medicación contra las náuseas. Si vuelvo a sentirme mal volverá a prescribírmela, y podré irme a casa —comentó jessie sentándose en la cama—. ¿Qué tal van las cosas en la galería?

—Vengo de allí, precisamente. Penny y Melissa están trabajando, y Penny tiene a otra chica, una tal jil, de reserva —explicó Harry mirándola y buscando su aprobación: Jessie sonrió satisfecha

Han vendido cuatro piezas de la colección Ramírez y un bolso de cuentas de cristal. Las ventas se mantienen.

—Esas son buenas noticias —contestó jessie. Emanuel Ramirez es un artista norteamericano, diseña joyas de plata. Me ha mandado cosas realmente bonitas.

—¿Dónde lo conociste?

—En Arizona. Una amiga mía vio sus piezas. Se quedó tan impresionada, que me llamó. Volé allí y concerté una cita. Me traje unas cuantas piezas para probar, a ver qué tal se vendían en Boston ‐sonrió jesse satisfecha—‐. Fue un éxito, su mercancía apenas se queda en la tienda.

—Disfrutas mucho de tu trabajo — comentó Harry.

—Si, es excitante buscar nuevos artistas. He estado pensando en introducir regalos de bebé, cuando expanda el negocio.

—Hablando de regalos de bebé. ¿Por qué no abres este?

—;Que es?

—Quería ser yo quien les hiciera el primer regalo a nuestros hijo —contestó Harry encogiéndose de hombros.

Jessie lo abrió. Eran dos tigres blancos de ojos azules. Jessie los sacó de la caja y los acarició

‐‐Son preciosos, pondremos uno en cada cuna.

—Hay otra cosa —sonrió Harry .

Jessie se alarmó ante el tono de voz de Harry. Lentamente, apartó los muñecos y miró en la caja de papel de seda, había una cajita de joyería dentro.

—Harry, si es lo que creo, no tenías por qué...

—; Shhh! —ordenó Ryan poniendo un dedo sobre sus labios—. Me conoces lo suficiente como para saber que nunca hago nada que no desee hacer, Jess. Ábrelo.

Jessie sacó la cajita de terciopelo. Dentro había un anillo espectacular, tal y como había imaginado. Con un diamante en el centro y cuatro más pequeños a los lados, sobre la banda de oro. Era elegante, clásico. Y las piedras reflejaban la luz al moverlo.

—Es precioso, Harry, es... —comentó jessie, tratando de añadir que no podía aceptarlo. Harry, sin embargo, volvió a taparle la boca suavemente con la mano, diciendo:

Un Hijo Tuyo |H.S| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora