Capitulo 5

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Regulo su respiración y se recompuso, no podía ver nada, y no podía respirar, aún así podía sentir cada cosa a su lado.
Llevo sus manos a su cara para quitarse lo que fuera que tenía en sus ojos, tocó cada parte de su rostro, habían dos huecos, eso es lo que sentía, su boca está sellada, todo lo que sentía era su piel.

"Es un sueño, solo es una jodida pesadilla"

Se levantó del suelo y se apoyo en lo que debía haber hay, debía de estar en su habitación. Trato de gritar pero no salia nada, solo murmuros, sentía punzadas en su cabeza y batallaba mucho al moverse, no tenía rostro, no tenía ningun sentidoas que el tacto.

"Solo despierta"

Pensó asustado, caminando hacia donde debía ir a una puerta que daba al pasillo, pensando que el doctor le había puesto algo, una especie de droga untable, no sabía si era posible.

Su cuerpo fue azotado de nuevo contra el suelo, está vez podía ver, se arrodilló recuperándose del golpe, podía ver y si, aún estaba en su habitación, pero, sabía que aún estaba soñando, el aire se sentía pesado y batallaba al respirar, sus pasos eran lentos y de igual forma pesados, camino hacia la ventana con inseguridad, la noche se sentia fria y tormentosa, no dejaba de llover, y al asomarse a la ventana , sus pasos retrocedieron por el miedo, la habitación se empezaba a cerrar y a encogerse, y en un parpadeo aquella cosa que habia visto se acercó, un hombre blanco y sin cara, con extremidades largas y largos tentáculos atados a su espalda, un ser pálido que no tenia cara.
A medida que retrocedía más se acercaba y a medida que se acercaba, en donde debía de ir su boca aquella extremidad se abría, desgarrando aquella piel, el pitido en su cabeza lo mareaba y aquella cosa estaba empezando a acorralarlo, ya no tenía como retroceder ni escapar, aquella cosa dejaba caer un líquido negro y espeso de su boca.

— ¡No, no, no! — aquella cosa se acercaba más, ya no podía hacer nada, llevo sus manos a su cara para tratar de protegerse Pero era en vano, simplemente no podía — esto es solo una pesadilla, no es real, no es real, no es real — cada vez que hablaba esa cosa habría la boca, aquel ser llamado Slenderman, aquel ser blanco y sin rostro, esbelto y elegante, era algo horrible de el, aquella cosa negra olía mal.

Si olía, entonces no es un sueño, pensó, abrió lo ojos para gritar pero esa cosa se aventó dispuesto a mordelo.

— ¡No! — cayó de la cama asustado y retrocediendo en el piso, enfrente suyo estaba aquel doctor, su apariencia había cambiado, los ojos rojos que lo miraban fijamente, como si mirarán su alma, con la iris en la parte superior un tipo de azul oscuro, el cabello blanco ahora despeinado mientras el viento lo movía, estaba hay, en la silla frente a la ventana, dándole la espalda a esta, una pierna encima de la otra y con los brazos apoyados en los brazos de la silla — ihhh — trataba de regular su respiración, lo que había visto era real, y nadie podia dudarlo, ya que, aquel doctor estaba con una sonrisa divertida. Y ahora, enfocando bien todos sus sentidos, podía ver humo en todas partes, escuchar bastantes tipos de gritos, asustados, felices y tristes, cada vez los primeros y los últimos se quedaban afónico, en los pasillos y paredes blancos, el rojo y el naranja eran predominantes — Mía — susurro, se levantó teniendo cuidado con el doctor y corriendo hacia los pasillos, el fuego venía de abajo, podia notarlo por las escaleras bajas, las de arriba no podía ver nada de luces.

— Jeff — La enfermera bajo del tercer piso para abrazarlo — tenemos que salir de aquí, un tanque de gas explotó, alguno de los pacientes encontró un mechero, tenemos que ponerte a salvo.

Little BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora