chapter 2

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-¿Estás pensando en lo que vimos allá afuera?- inquirió Soyeon.

-Eso mismo- dijo la mayor, sentada en una banqueta de madera con sus antebrazos apoyados en la mesa frente a ella mientras sus manos dibujaban formas invisibles en la misma. Sumida en su mente.

-También lo pensé... estoy segura que ahí viven híbridos como nosotros- dijo la menor tomando asiento frente a su hermana, su tono de voz sonando con un ápice de ánimo.

-Por supuesto que ahí viven híbridos como nosotros- obvió la otra -Una casa tan alejada y escondida no puede ser habitada por alguien más..

-Que los sobrevivientes- Soyeon dijo, completando la frase -Siempre supe que nosotros tres no pudimos ser los únicos que escaparon de esa masacre...

Muy tarde en la noche, luego de dormir y arropar a Jungkook, las hermanas encontraron el momento adecuado para hablar sobre la pequeña casa que habían visto cuando estaban buscando a su sobrino.

Luego de un año donde su vida completamente feliz y normal se convirtió en vivir escondidos en las afueras y muy alejados de la gran aldea Vitredonia, tal vez sintieron alivio de sólo pensar que posibles híbridos como ellos aún existían y pensar que podrían haber muchos más escondidos en otros lugares era aún mejor, casi sanador sentir aquello luego del gran dolor que fué ver cómo a cientos de híbridos les arrebataron la vida, principalmente ver la vida de su hermana y madre de Jungkook ser arrebatada.

Todo por una masacre de la cual no pudo salvarse. Todo por una masacre que solo un ser despiadado pudo haber ordenado.

Las híbridas no tenían idea cómo habían llevado el dolor de perder a su amada hermana con la cual tenían un lazo y una relación tan unida, no tenían idea como habían superado el dolor paralizante en el que vivieron después del suceso y quizá la respuesta era el cambio que había hecho el nacimiento de Jungkook en sus vidas hace cinco años, porque cuando todo pasó de alguna forma sintieron que debían vivir por él, su sobrino se convirtió en la fuerza que necesitaron para seguir su camino, siendo el único recuerdo que tenían de su hermana. Entonces juraron mantenerlo seguro y protegerlo para siempre.

-Deberíamos ser cuatro- susurró Jaekyun, la tristeza reflejándose no solo en su voz, también en la mirada que le dió a su hermana cuando terminó de decir.

-Lo sé, ha pasado un año y aún pienso que cuando me levanto veré a Hyesun a mi lado, dormíamos juntas ¿lo recuerdas? y me cantaba canciones para dormir

-Y ahora tú lo haces con Jungkook, debería hacerlo ella pero no puede porque está muerta- dijo amargamente con la voz dura, sonando brusca, su semblante triste cambió repentinamente a uno con el ceño fruncido.

-No lo digas de esa forma- le retó Soyeon, suspirando antes de seguir -Aunque ella esté viva lo haría, ahora Kook ya no tiene mamá pero tiene un par de tías que lo adoran, jamás permitiré que se sienta solo.

-Él ni siquiera sabe porqué de repente ya no tiene mamá, cuando lo sepa nos odiará por habérselo ocultado.

-Claro, porque es muy fácil decirle a un niño de cinco años que su madre falleció- respondió sarcásticamente, casi poniendo los ojos en blanco -Es muy pequeño aún, cuando crezca lo sabrá y estoy segura que lo va a entender.

-¿Como eres tan tranquila?- preguntó Jaekyun, de repente sintiéndose un poco alterada, no queriendo guardar ese sentimiento en su pecho y expresándolo en lo siguiente que dijo -Lo único que siento ahora es enojo porque esos malditos nos arruinaron la vida, dejaron a Jungkook sin mamá, nos dejaron a nosotras sin hermana, no sé cuánto más podré vivir así, voy a la aldea ocultando mis orejas para que no me atrapen mientras junto cosas abandonadas porque tuvimos que largarnos de Vitredonia.

Crías.「Taekook」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora