Cuando salí del aereopuerto pedí un taxi, comprobé que llevaba dinero suficiente y entré. Me llevó a la calle donde estaba el lugar donde me alojaría, tendré que compartir piso con una chica que, según la casera, es muy simpática. En cuanto vi el lugar le dije al taxista que se detuviera, le pagué y bajé.
Miré de arriba a bajo la puerta de la entrada, era un poco vieja y de madera. Entré y el descansillo era de los antiguos, deducí al instante que ese piso tendría más años que yo, e incluso que mi madre. Llamé a la puerta de la casera y me abrió una señora mayor de unos 70 años. Era bajita, con la cara llena de arrugas, y una voz temblorosa.
- Hola jóven - dijo con un acento americano bastante marcado.
- Hola señora, venía a por las llaves del piso compartido - la mujer hizo una mueca, refiriendose a que a que se había acordado.
Entró en casa y a los pocos minutos salió con la llave.
- La jóven británica - sonrió - se te nota en el acento - me tendió la llave - Toma.
- Gracias - sonreí.
Subí las escaleras, eran de madera y crujían, sentía que en cualquier momento caería.
Llegué a la puerta numero 8, ese seria mi próximo nuevo hogar. Abrí la puerta y no se escuchaba nada, ni un solo ruido. Cerré la puerta, más fuerte de lo que habría querido, entré y observe la casa. Había un salón, un cuarto de baño, una cocina que casi formaba parte con el comedor y una habitación, eso significa que tendré que compartir cama.
Me asomé a la habitación y en la cama había un bulto, esa debe ser mi compañera de piso y por lo visto, habitación y cama. La cama, era una cama de matrimonio enorme, y parecia bastante cómoda.
Deje la ropa en el armario y me cambié de ropa, me quité la camiseta y los pantalones, cogí unos pantalones cortos y una camiseta. Me logré poner los pantalones pero olvidé que mi compañera de piso estaba detrás.
- ¿Qué coño? ¿Tu quien eres? - dijo antes de que pudiera ponerme la camiseta - pero... girate que te vea.
No quería girarme y que me viera en sujetador.
- He dicho que te gires, se mira a una persona cuando te habla, girate - esa voz... tan autoritaria y que dominaba tanto sobre mi cerebro solo podía ser...
- Pale... - logré decir mientras me giraba.
- ¿Como coño sabes mi....? Emily.... - se le quebró la voz.
Mis lágrimas comenzaron a salir, salí huyendo de ella, y ella realmente había cambiado su aspecto y no parecía ser mi Pale. Le había crecido el pelo, que caía rizado por su espalda y hombros, su flequillo seguía igual, quizá unos centímetros más largo y su pelo oscuro seguía siendo igual de oscuro, estaba perfecta. Llevaba una camiseta negra larga y ancha, su piel blanca contrastaba con el color oscuro de la camiseta. Me fijé en su cara, su rostro era de preocupación y sus ojos marrones me miraban como si siguiera siendo importante para ella, aunque sabía perfectamente que no era así, me fijé en su rostro de preocupación y caí en la cuenta de que yo estaba llorando.
Se levantó de la cama hacia mi en un movimiento bastante rápido, y pude ver que no llevaba parte de abajo, por lo que deduje, iba en ropa interior y una camiseta ancha, asinsolis dormir conmigo y mis lágrimas empezaron a caer más fuerte, sin control alguno.
Sentía como me algo me abrazaba, creo que entre el cansancio y la pena me quedé dormida, creí que todo había sido un sueño pero no, en cuanto abrí los ojos, allí estaba ella, mas preciosa que nunca.
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Emily
RomanceAlejarse de su ciudad no le hará alejarse de su pasado, porque la persona de la que ha estado huyendo aparecerá por casualidad por su camino de nuevo.