Sweet Omega 🍒 Treasure

Strawberry 🍓

Park Jihoon era por lejos uno de los omegas más atractivos de toda la universidad, el alto chico de piel pálida y pomposos labios rosados en sus cinco años de carrera había logrado cautivar tanto a alfas como betas e incluso otros omegas.

Park era estudiante de enfermería, participaba en los clubes deportivos y nadie se resistía a ese exquisito aroma a fresas que emanaba el pelirrojo, más allá de su belleza Jihoon era carismático y espontáneo, el chico reía fuertemente junto a Junkyu, uno de sus mejores amigos convirtiéndose rápidamente en el centro de atención a donde quiera que iba. Aunque claro, nunca faltaba algún omega envidioso o alfa con poca autoestima o posiblemente una polla pequeña que criticaban al chico.

Desde ser poco delicado hasta querer "parecer un alfa" como si solo los alfas tuviesen derecho de lucir algunos músculos o participar en los eventos deportivos.

—Vamos Suk, el chico te pasa por unos cuantos centímetros, déjaselo a alguien que si pueda complacerlo— Burlo uno de los compañeros de Hyunsuk, el equipo de fútbol estaba conformado por dos tipos de alfas, los que sentían algún tipo de atracción por Jihoon o los que habían sido rechazados en algún momento y ahora criticaban hasta la manera de caminar del precioso omega. A excepción de Jaehyuk que solo tenia ojos para un lindo japonés de segundo año y cabello rubio.

—Vete a la mierda Seunghun, aprende a no meterte en las conversaciones ajenas— Reprendió Hyunsuk como si hablase con un niño pequeño, enfureciendo al chico que lo fulminó con la mirada.

Choi Hyunsuk, aunque a muchos les pese, era el capitán del equipo de fútbol, quizá el alfa no era el más alto o el que más músculos lucia, pero el peliazul seguía siendo un gran alfa comprensivo y amable, además del único que se había acercado a Jihoon con la intención de enamorar al chico y no solo meterse entre sus piernas, aunque tampoco le molestaría hacerlo.

—Hola bonito— Saludo Hyunsuk dejando un pequeño beso en la mejilla de Jihoon que se encontraba sentado junto a sus demás amigos, el pelirrojo le había apartado un puesto junto a él además de una bandeja con comida, idea que robo de Asahi, ya que ese día el equipo de fútbol tenia un entrenamiento mucho más extenso.

«Bésalo de verdad, quiero besos de verdad no eres un niño de primaria» Reprocho el lobo del omega, peleando para tener más cercanía con ese alfa de aroma a vino, Jihoon incluso creía poder embriagarse sólo con la fuerte esencia del peliazul.

Jihoon se volvía loco por estar entre los fuertes brazos de Hyunsuk, en una ocasión el mayor le había prestado un suéter para que volviera a casa y el pelirrojo no pudo evitar calentarse un poco, había lavado incontables veces la prenda pero aun así se sentía incapaz de devolverla por la vergüenza de recordar lo que había hecho con ella.

Concéntrate estúpido o empezaras a apestar todo, le reclamó el omega a su lobo sintiendo algunas miradas indeseadas.

—¿Puedes creerlo? Me rechazaron sólo por ser omega ¡Por eso!— Exclamo furioso Mashiho jugando con su comida, haciendo reír a Jihoon que recibió los reclamos del omega bajito con aroma a cerezas, muy parecido al suyo pero definitivamente mucho más dulce. Mashiho había intentado ingresar al equipo de básquet en su primer año, resignándose cuando fue rechazado pero sintiéndose indignado cuando ni siquiera lo dejaron participar en la muestra deportiva del equipo.

Quizá el grupo de amigos de Jihoon estaba conformado por parejas disparejas, pensó el omega entre risas, Mashiho era un omega obstinado y apasionado por la danza y el deporte con apenas un metro sesenta. Junkyu, el alfa del japonés, era el alfa más adorable del mundo, un inocente poste andante que debía tranquilizar a su novio cuando peleaba con otros sin medir alfas u omegas.

Haruto y Jeongwoo parecían ser ambos alfas al tener estaturas y complexiones similares, Yoshinori salía con un alfa siendo él un beta mientras que Asahi era quien cubría los ojos de su gran alfa cuando miraban una película de terror.