Peach🍑

2.4K 183 15
                                    

Junkyu cerro la puerta de su apartamento sosteniendo firmemente la mochila en su mano, llevaba algunas botellas de vidrio y temía romperlas, lo cual no seria muy extraño considerando la frecuente torpeza del alfa.

Sus amigos llevaban casi un mes queriendo arrastrarlo fuera de su cueva, como solían llamar su habitación llena de libros de anatomía y medicina, fallando cuando el alto se excusaba ya que me interesa más mi titulo que embriagarme en un lugar lleno de desconocidos que liberan sus feromonas como animales.

Guardo las llaves en su bolsillo tomando cuidadosamente la mochila y casi dejándola caer cuando percibió un fuerte aroma a duraznos, era tan dulce y atrayente que tuvo que dejar la mochila en el suelo para poder cubrirse la nariz y tranquilizarse un poco. El aroma era en extremo dulce, tan embriagante que si no tuviera tanto control sobre su alfa le habría hecho caso a la voz que le decía que buscara a ese omega.

—Maldita sea Mahiro, contesta por favor— Fue el suave quejido que escucho al bajar las escaleras, el dulce aroma intensificándose a la vez que se acercaba dudoso hasta el chico que se encontraba encorvado al final de estas, era un omega, de eso no tenia duda, pero en esa fuerte fragancia a duraznos había algo más. Junkyu olfateo disimuladamente, miedo y desesperación, eso era lo que había en el aroma de ese hermoso chico que se encontraba agachado por el dolor.

«Estúpido humano será mejor que hagas algo rápido» Reprocho su lobo revolviéndose intranquilo en su interior, era como si quisiera desgarrar su pecho para ir por si mismo a consolar al lloroso omega.

—D-Disculpa— Tartamudeo el alto agachándose junto al chico que brinco en su lugar —¿Esperas a alguien o... —El alto no sabia que decir, al contrario de las peticiones de su lobo se negaba a acercarse más o tocar al chico que sollozaba bajito en su lugar —Puedes esperar en mi apartamento... No te conozco pero.. Ya sabes, creo que estas en celo y....

—S-So.. Solo no m-me toques— Pidió el castaño tratando de levantarse, tenia miedo y sentía todo su cuerpo arder, sentía la humedad en sus partes íntimas, su vientre quemaba y sin notarlo había empezado a llorar fuertemente, asustando al alfa que trato de no tocar al chico mientras lo guiaba hasta su puerta, gracias a dios estaba en el segundo piso. Junkyu ni siquiera sabia en que lugar había dejado su mochila, aunque no le importo mucho ya que de ninguna manera dejaría al omega solo por ahí cuando estaba en celo y se veía tan asustado.

Yoshinori le explico vagamente que su ciclo se había adelantado, unos hombres habían estado siguiéndolo y solo camino rápidamente sin notar en donde estaba.

—¿Necesitas supresores?— Preguntó alarmado el alto aun sin tocar al mayor, solo ayudándolo de lejos cuando este se quito el abrigo y le pidió paños y agua fría —Los comprare para ti, puedes encerrarte en mi habitación si tienes miedo pero siempre tengo control sobre mi alfa así que no temas por eso— Explico rápidamente el pelinegro apartando los libros de su cama para ir corriendo hasta la farmacia más cercana.

¿Qué demonios estoy haciendo? Se pregunto Yoshinori apretando fuertemente la almohada entre sus brazos, restregandose un poco de esta a la vez que se llenaba del fuerte aroma a cafe, su omega saltaba y aullaba en su interior, quería abalanzarse sobre ese guapo alfa de gran cuerpo y estatura pero él no se lo iba a permitir, el chico lo estaba ayudando, aunque aun se sentía inseguro y vulnerable.

—No, no no no, no quiero reprimir su celo por completo, solo necesitó algo para que no sea tan intenso— Explico Junkyu a la joven beta que lo atendió en la pequeña farmacia, sabia que los supresores podían ser dañinos y solo quería que el chico no se sintiese tan mal. Pago por las píldoras, galletas y un envase de jugo, agradeciendo que la farmacia no estuviese tan lejos del lugar donde vivía y regresando rápidamente.

Sweet Omega 🍒 TreasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora