Y bien, aquí estaba, saliendo del aeropuerto sin maletas y casi sin dinero. El vuelo de casi 15 horas a corea había sido largo y agotador, sin contar que ahora tenía que encontrar un lugar barato para vivir. Volvemos a los viejos tiempos Jungkook.

Bajé las escaleras eléctricas, y pasé de largo el lugar donde recogían las maletas, al menos viajar sin maleta era más cómodo. Después de cambiar algunos dólares por wons, salí para tomar un taxi al centro de la ciudad para empezar a buscar algún empleo, fue una grata sorpresa ver a por lo menos una persona esperarme en el aeropuerto con un pequeño cartel en manos.

Quién lo diría, de multitudes de fans esperándome para ver si podían obtener un autógrafo mío, personas robustas cuidándome el trasero, camionetas especiales para mi, pasé a llegar sin maletas, casi sin dinero y solo un chófer de taxi esperando por mi. Que ironía.

Reí un poco por aquel pensamiento, fui hasta el chófer para ver a donde me llevaba. Cuando me acerqué a él, me saludó un poco inseguro en inglés, sonreí por su esfuerzo y le contesté en coreano, el señor pareció aliviarse.

— yahhh, y cuál es mi destino, señor?— pregunté al taxista.

— Me dieron una dirección de casa y el dinero, ¿No lo sabias chico?

— Ciertamente no, pero gracias por decirme, sabe de algún departamento en renta?— no estaba de más preguntar.

— Hum, no recuerdo, pero puedes dejarme tu numero por si encuentro algo— dijo sin apartar la mirada del camino mientras me pasaba un papel y una pluma. Este era el taxista más servicial que había conocido.

— Claro, me hará un gran favor, de verdad me urge encontrar un apartamento y un trabajo pronto— suspiré mientras revolvía un poco mi cabello.

— Si no es molestia, puedo preguntar ¿Por qué busca tales cosas? Parece que usted lo tiene todo, además vamos en camino a una casa, ¿No vive ahí?

— oh, estoy en algunos problemas y bueno, digamos que estoy escapando de una chica loca. Me mandaron acá para que no me encontraran, pensando que mis padres no tendrían problema en hospedarme, pero no me dieron tiempo de explicar que me echaron de casa hace tiempo— suspiré

— Entonces, ¿No sirve de nada que lo lleve a la dirección que me dieron?—

— No tengo idea, será mejor averiguarlo— sonreí, después de todo había que ser positivos.

Después de esa pequeña charla con el chófer, el silencio no fue incómodo o algo por el estilo, simplemente no presté atención al viaje, solo me dedique en mirar por donde estaba yendo, y así, poco a poco empecé a reconocer las calles, hacía 5 años que no volvía a caminar por este barrio, hacía mucho tiempo que no me tomaba el tiempo de mirar por donde iba.

El barrio no había cambiado mucho, sin embargo, la casa que solía ser gris y aburrida, ahora tenía colores vívidos y deslumbrantes con un jardín verde muy bien decorado. Fue casi imposible para mí reconocer el lugar si no fuera por el numero de la casa.

El taxista anunció llegada, me despedí de él ya que había sido de ayuda, el también se despidió diciendo que llamaría si encontraba algún apartamento para mi, yo no creí demasiado en que lo haría pero no estaba de más tener un poco de esperanza. Bajé del taxi y seguidamente me acerque a tocar el timbre de la que antes era mi hogar, con un poco de miedo, esperé pacientemente a que me abrieran la puerta.

Pasaron algunos segundos y unos pasos empezaron a escucharse, después fueron las cerraduras y al último, pude ver la cara de mi padre.

— Disculpe ¿Que... Necesita? — me miró confundido.

Dancing in a lonely roomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora