Corazón y Alma

Alienígena

Levi abrió sus ojos lentamente despertando, viendo a su amada albina dormir a su lado. Los dos usando sólo la sabana para cubrir la desnudes de sus cuerpos...

Hacia tanto que no la admirada asi, a su lado, sintiendo su calor, dormida como un ángel abrazándolo...

Habían gozado la mejor noche de sus vidas, haciéndo el amor sin parar en la madrugada...

Se sentía bastante exhausto por aquel ejercicio, pero muy satisfecho y las horas de sueño le habían reparado en su mayor parte...

Con sus dedos delicadamente, jugaba con algunos de sus cabellos blancos, de textura tan extraña y a la vez tan suave, y brillantes como él lo recordaba...

Hoy era el gran dia de la revelación de su naturaleza a los eldianos de dentro de los muros....

Pero pese a que sabía que debería enviarla a prepararse. Tan sólo quería tenerla justo así, a su lado....

Nunca creyó que llegaría el día en que pudiese amar tanto a alguien, en que anhelara su corazón con tantas ansias, en que nunca pudiese cansarse de mirar su rostro y tocar su piel...

En que deseara permanecer a su lado hasta el último día de sus vidas...

—" asi que esto es en verdad el amor..."— no pudo evitar pensar sintiendo ese sentimiento en su pecho, rosando con la yema de sus dedos su niveo rostro.

Tocando tan suavemente su
mejilla, llegando a su nariz, y finalmente a sus labios rosados.

La miró en total silencio, pensando en lo afortunado que era, por tener a la que él consideraba, cómo la criatura más hermosa de la creación...

En un principio el tuvo muchísimas dudas cuando comenzó a sentir cosas por ella y se dio cuenta tiempo después...
Las diferencias no sólo físicas, sino también emocionales..

Pensando en cuándo se cuestionaba así mismo, diciendose que él no era un hombre agraciado físicamente, y que ella era una mujer de belleza despampanante, completamente deslumbrante...

Y El hecho de que él consideraba que casi le doblara la edad a ella también fue duro para él.

O cómo cuando creía que sus personalidades no encajaban en lo absoluto , también el hecho de que ella fuera tan absurdamente alta y grande mientras que él era bajito no ayudó mucho...

Y que por todas estas cosas, era absurdo que estuvieran juntos...

—"Realmente era un idiota, ahora entiendo que esas cosas, no importan en lo absoluto..."—

Ellos podían ser cómo el ying y el yang, tan opuestos cómo la luz y la oscuridad, pero tan necesarios, atrayendose mutuamente en un ciclo sin fin...

Evangeline, había cambiado su forma de ver las cosas....incluso el hecho de ser capaz de desnudar su alma a ella, era algo único para el azabache.

La albina lentamente abrió sus ojos al sentir la suave caricia de su hombre. Pensó que tal vez ya estaría de pie, buscando que oficio hacer

Cómo era costumbre de él. Pero no, esta vez, se había quedado sumido en sus pensamientos, observándola, apreciando cada parte de ella....

Cómo si fuera su musa...

—...lo siento, te desperté...—susurró él al verla mirarlo algo somnolienta

Pero ella sonrió negando con la cabeza, de todos modos, en ése dia en especial, no podía darse el lujo de dormir a sus anchas.