Van Allen Sisters: "Follow your Heart" (Vol. 2)

1- DELIGHTED

1- DELIGHTED

Múnich, Alemania. 2010

Suena:

~ Sorry Seems To Be The Hardest Word - Versión Diana Krall.

~ It Ain't Pretty, de Nicolle Galyon.

Sostenía el celular con una sola mano, así que con un hábil movimiento de dedos, desdoblé la tapa del aparato, dejando que la luz de la pantalla no hiciera nada más que resaltar el brillo de mis ojos azules al revisar el menú; la voz atropellada de mi padre ambientaba el entorno, pero mi atención estaba en abrir correctamente el menú del teléfono para revisar los mansajes de texto, pero la bandeja estaba vacía. Escuché a Massy, excusándose por las cuatro, fue entonces cuando giré mi rostro en dirección a ella, mi padre replicó, y esta vez nos vio a cada una. Intimidación. Mi padre podía ser el hombre más cariñoso como el más intimidante, sigilosamente guardé el teléfono dentro de la bolsa de mis vaqueros, no quería darle más excusas para tenernos sentadas, en fila, frente a su escritorio.

《... Es la última vez... 》，había advertido él, con una voz ronca que parecía retumbar por toda la habitación, su ceño fruncido ocultaba casi por completo, los orbes azulados de sus ojos, tan inquisidores, que podrían succionar el alma si así lo desease. Las cuatro movimos las cabezas, asintiendo; pero Kathe, la menor de todas y la más risueña de las cuatro, se levantó para darle un abrazo.

《Y bien, ¿ha valido la pena? 》, mi primo Ryan, de la misma edad de Massy, nos esperaba con los brazos abiertos, frente a las puertas de la habitación de mi hermana mayor. Massy, con una sonrisa sin culpa, se lo confirmó. Él chocó su mano contra la de ella, y sonrió con tal orgullo que no pudimos evitar reír al unísono. Entramos a la habitación para encontrarnos con Nikky, nuestra prima, hermana de Ryan, menor de edad y la menor de todos nosotros; siempre que estaba en casa encontraba la forma de colarse en la habitación de Massy para probar su maquillaje, su ropa y sus zapatos, en cierta forma, la idealizaba...como todas lo hacíamos. Aún así, mi único interés, en ése momento había sido recibir un mensaje de Archer.

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Mi viaje a Inglaterra había sido programado con quince días de anticipación; Ed Archer, amigo de la familia desde que, mis hermanas y yo, éramos unas niñas, se había convertido en un amor platónico para mi, quizás desde antes de que entrara en la adolescencia, situación que él no desconocía y que había reaccionado de forma afecta, haciéndome creer que en algún momento, él y yo, terminaríamos juntos, casados y con una pequeña familia.

Quería locamente verme envuelta en una romántica historia de amor, como la de los clásicos en la literatura, o en todo caso, tener la clase de relación amorosa, que mis padres tenían; y Archer lo sabía, sabía que mi corazón estaba ferozmente ardiendo como brazas, por amarle.

No podía quejarme de absolutamente nada con la vida; mi vida había sido por demás, perfecta, mi familia era muy unida y de niñas, mis hermanas y yo, habíamos tenido de sobra, todo lo que queríamos, pero por sobre lo material, mi familia era amorosa y gentil, y el haber crecido en tal ambiente me había hecho crear fielmente que las personas, sin excepción, tenían buenas intenciones por naturaleza... que ingenua había sido.

Mis últimos días de las vacaciones anuales, las pasaría junto a Archer en Londres, justo a tiempo para irme a la "Escuela Internacional de Negocios y Administración" en París, Francia. Había llegado dos días antes de lo esperado a la ciudad, me había instalado en el apartamento familiar, y me había dirigido, sin prisa y sin pausa, al Taller Principal de la firma de diseño de mi madre, ésa había sido la excusa para que me dejasen ir sola, ver de cerca el "funcionamiento administrativo de una empresa familiar".

Al llegar, me había encontrado con el amigo de "Archer", Oliver Acker, a quien conocíamos como "el fotógrafo", había entrado como pasante en el área de Diseño Creativo y Publicidad de la Firma de Diseño de mi madre, tras haber sido insistentemente, recomendado por el mismísimo Archer; "el fotógrafo", había sido presentado con mi madre como su amigo y mejor ex compañero de cuarto en la Universidad de Oxford. Archer, se había graduado de "Leyes y Negocios Internacionales" dos años atrás, y siempre había compartido cuarto con algún miembro de nuevo ingreso de la fraternidad. Sin embargo, mi madre, había reconocido que su nuevo pasante, por sobre todo halago, era en verdad talentoso.

El silencio prolongado de Archer durante los últimos días, me había generado un constante nerviosismo, uno muy positivo y lleno de esperanzas; sobre todo, porque al enterarse que estaba en la ciudad, me había extendido una invitación a cenar. Embobada, había asistido a la dirección, un restaurante que bien podría dar lugar a una bonita recepción; tras haber sido guiada por el personal del lugar, quienes aparentemente tenían indicaciones de encaminar a cualquiera que preguntara por Archer, me adentré a uno de los salones, pero la confusión de ver a tanta gente reunida y aplaudiendo, me hizo dudar sobre si había asistido al lugar correcto o si habían confundido el nombre por el que había preguntado, entonces lo vi, Archer daba un cálido beso una mujer castaña, mientras el resto les rodeaba; me tomó poco tiempo comprender que con ello, sellaban su compromiso de matrimonio; un compromiso que tenía años.

Estaba completamente segura de que él me había visto en el salón, porque su mirada de sorpresa, como si no me esperase, junto a un leve nerviosismo, me había generado una gélida sensación por todo el cuerpo; aún así, me había ignorado, como si yo fuese invisible, como si nunca hubiese existido. Él y su futura esposa, iluminaban el salón, mientras que yo, era doblegada por la oscuridad para sustituir a la sombra en su rincón.

No sé cuánto tiempo estuve dentro del lugar, pero todos los recuerdos junto a él, me obligaron a salir rápidamente. Me topé con el fotógrafo a la salida, pero la rabia ocasionada por la traición de Archer, me hizo dedicarle un gesto plano lleno de desprecio, porque no cabía duda de que todo lo sucedido había sido planeado con propósito por ambos.

Ésa noche la ciudad había sido el único lugar que me había reclamado como suya, y la lluvia había sido mi única aliada para borrar de mis mejillas, el rastro de mis lágrimas... y con ellas, mis sueños; convenciéndome de una sola cosa, que mi ingenuidad y torpeza, nunca más me expondrían como lo había hecho en ésa ocasión.

CONTINUARÁ....