Nye

Capítulo 8

Para empezar, quiero pedir disculpas por tardar 1 año en escribir algo 😅

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Casi sin darse cuenta, ya era jueves. Los días habían pasado normalmente, el trabajo iba igual que siempre aunque echaba de menos los gritos del mayor, pero no es como si no lo viera, siempre comían juntos. Ahora ya se les había quedado ese hecho como una costumbre, ya ni se preguntaban si podían o no, solo se veían directamente en el restaurante.

A pesar de haber pasado casi una semana, aun no había entrado al despacho de Dragon, siempre lo veía por fuera y más de una vez había pensado en entrar a saludar, pero en el último momento nunca se decidía a hacerlo, ¿Por qué debería de entrar? No es como si fueran ya compañeros y tampoco había un motivo para hacerlo, no quería entrar solo “para visitar”, serían demasiado obvias sus intenciones.

Se lavó la cara con agua fría, sus sueños últimamente siempre eran los mismos, él y el mayor en el despacho, los dos solos, encima de la mesa o en el sillón… Y ahí estaba el otro motivo por el que aun no había entrado en aquel despacho, los sueños húmedos que últimamente estaba teniendo.

Se terminó de vestir, cogió su maletín y salió hacia el trabajo. Se debatía mentalmente entre su razón y sus deseos, así pasaba el tiempo hasta llegar a la oficina, entrando, como siempre, unos minutos tarde, encontrándose a todos ya sentados. Se dio cuenta de que la máquina de café ya no estaba en el lugar de siempre, haciéndole pensar algo  que ya le parecía obvio.

- Buenos días Koala.

- ¡Buenos días! - La chica le sonreía ampliamente, por algún motivo parecía más feliz y radiante que nunca.

- ¿Ha ocurrido algo bueno? - Se sentó mientras encendía su ordenador, tenía bastante curiosidad.

- No, aun no. - Su voz parecía misteriosa y algo dentro de su cabeza le hizo recordar las palabras de Dragon. No podía ser que estuviera feliz por la cena de esa noche, ¿Verdad? Dentro de su cabeza intentaba autoconvencerse de aquello.

- ¿Estás feliz por la cena? - Su tono era de broma, realmente había querido bromear pero se había arrepentido al ver el sonrojo de la chica, la cual se había puesto nerviosa. Tenía que cambiar de tema, más que por ella, por él mismo. - ¿Y la máquina de café? ¿Dónde está?

- También han cambiado las sillas. A alguien le parecía de mal gusto que estuvieran en medio del pasillo y ahora las han puesto en un cuarto que parece un trastero.

- Así que al final sí ha sido lo primero que ha cambiado…

- Sí, tu amigo de hielo quiere hacer más reformas. - Había cierto rencor en sus palabras.

- Espero que no sean muchas más…

Se pusieron a trabajar ya que en su correo del trabajo ya habían algunos mensajes de informes a rellenar. Suspiró resignado pero le duró poco, como un flash, por su cabeza pasó la idea de una escusa para ir al despacho del mayor, ahí la tenía, la escusa perfecta. Él mismo se puso nervioso por su propia idea, iría a la hora de comer al despacho del moreno, aprovechando que siempre iban a comer juntos, y le recriminaría el haber cambiado la máquina de café, era una idea genial pero a la vez aterradora, no estaba mentalmente preparado por culpa de aquellos sueños recurrentes.