IV

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-¿Dónde estamos?- Géminis se soltó del chico, lo cual fue bastante gracioso para cualquiera que viera la escena, pues el signo de aire era casi dos cabezas más alto que Escorpio, pero tan delgado que podría ser empujado hasta por el viento.

-En la biblioteca del Olimpo, ¿te callas ahora?- el signo de agua se alejó con lentitud hasta perderse entre los pasillos del lugar.

-Mmmh, chicos, esta no es la biblioteca del Olimpo- murmuró Acuario -Estuve allí como un millón de veces y no es tan grande-.

-Esperen..., esperen, conozco este lugar- el geminiano nuevamente parecía recuperar la brújula mental -Estuve aquí varias veces- entrecerró los ojos y se dirigió hacia adelante, caminando con lentitud y mirando al rededor -Ya sé, hacía mucho desde que no estaba por estos lares, es la biblioteca personal de Sagitario- confirmó, en cuanto llegaron a una enorme mesa redonda que tenía pilas gigantes de hojas y manuscritos.

-¿Y cómo conoces tú este lugar?- Libra miro los bordes de la mesa, estaban labrados en oro y piedras preciosas de la tierra -Comprendo que Escorpio o Piscis lo conoz-.

-¿Lo conozcan?, ¿por qué yo no?, soy muy inteligente- se defendió el chico y de repente vislumbró entre los rayos de luz perdidos el cuerpo fuerte del escorpión -¿No lo crees escorpioncito? Como sea, Sag lo sabe, además, no he venido solo para estudiar, he tenido sexo con Sagitario muchísimas veces justo sobre esa mesa- acotó, sin ningún tipo de pudor, tal y como se esperaba de su picardía característica.

Acuario comenzó a reír.

-Que puto asco, ¿sobre la mesa donde esos libros están apoyados?, ¿y contigo?, wácala, que mal gusto- el acuariano continuaba riendo totalmente empeñado en sonrojar a Géminis que en pocos segundos había conseguido una fuerte coloración.

-Ajá, ¿y tú no te has acostado con él?- Géminis se cruzó de brazos y miro triunfante los ojos abiertos de Acuario y la sorpresa de Libra -Tú también te acostaste con él- acusó, mirando al más tímido de todos ellos.

-¿Libra también?- Acuario rió con fuerza -Así que probablemente todos hallamos tenido sexo con el hijo de Zeus..., vaya, no es de extrañar...-.

-Tiene la libido demasiado alta- Géminis comenzó a caminar en torno a la mesa, mirando los títulos de los libros -¿Y tú Escorpio?, ¿haz hecho el delicioso con él?-.

Nadie respondió.

-Creo que él nos dejó solos- murmuró Libra -No puedo ver su relicario en ningún lado-.

-Uff, entonces, ¿cómo saldremos?- Acuario comenzó a caminar, tratando de hallar una puerta -Géminis, ¿recuerdas cómo salir?- el chico de las comunicaciones parecía totalmente absorto en la lectura de uno de los escritos.

-Creo que él acaba de perderse en lo suyo, pero yo alcanzo a ver un lindo marco rodeado de oro, parece una puerta, o al menos una ventana- susurró Libra.

-Bien, eso es más de lo que tenemos ahora, así que lo tomaremos- se acercó a su hermano de signo y con algo de esfuerzo se lo cargó al hombro, lamentando no tener un poco más de musculatura como los signos de fuego o al menos más resistencia como los de tierra.

-Genial, es por acá- Libra caminaba despacio, y miraba con atención hacia el punto al que se dirigían.

-Chicos, esto es...- de repente Géminis habló.

-¿Sí?- ninguno de los otros dos redujo el ritmo de sus pasos, pero tuvieron la bondad de tratar de oírlo, pues sabían que el chico se perdía totalmente en sus pensamientos cada vez que leía o trataba de aprender algo nuevo, era el costo de ser uno de los signos más inteligentes y desequilibrados a la vez.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2021 ⏰

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La batalla de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora