II

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Acuario se sentó en la cama. Era enorme, cómoda y estaba sobre una nube. No podía creer cómo todo era tan distinto del mundo humano. Pensó en sacar su celular, pero antes de ello se acercó a la puerta y la trabó, tirando una frazada al lado de la abertura, sobre el suelo para sentarse y luego cubrirse, no fuera a ser que Ares de repente destrozara la madera para ver qué diablos hacía, al menos le daría tiempo de ocultar el teléfono.

"Usted tiene 459 mensajes".

-Mierda- susurró el chico mirando la pantalla, había fiesta en casa de uno de sus amigos y él estaba allí arriba como un tarado rogando con que ningún dios entrase a la habitación.

Comenzó a mirar sus redes sociales mientras ponía algunas excusas y rechazaba llamadas telefónicas o videollamadas que los chicos querían hacerle.

Bufó en varias ocasiones, odiaba las creencias de los dioses de mantenerlos alejados del mundo humano, al menos eso le sucedía a él, se preguntaba si las cosas serían de la misma manera con los demás.

"No bajes, ya tendrás tiempo de ir al mundo humano", un mensaje de repente le llegó por Instagram. Se metió a la página de la persona, intrigado.

Entonces se sorprendió, la página pertenecía a los tres hermanos de fuego.

"¿Sagitario?", escribió.

"Leo.", recibió. Acuario sonrió, así que no era el único con un celular y un par de bajadas.

"¿Por qué me adviertes?, no parecías intrigado en nuestra existencia hoy por la mañana", Acuario miro las fotos del chico, su cabello en el mundo humano era enrulado y estaba teñido de lila, se sorprendió un poco, puesto que su pelo allí arriba era tan rubio que se veía blanco, además le caía llanamente, lo mismo le sucedía a los otros dos.

"Si bajas nos arruinas a todos, ya tendrás tiempo de bajar."

"¿Cómo supiste que lo estaba pensando?", Acuario estaba intrigado, no se permitiría ser el único imbécil sin poderes mentales.

"En primer lugar, Sagitario está en mi habitación y su expansión está activada; en segundo, yo puedo verlo todo. Así que no hagas mierdas."

Acuario se rio con suavidad, mientras negaba con la cabeza.

"Arrogante" pensó y apoyó su cabeza contra la madera de la puerta.

"NO SOY ARROGANTE, es la décima vez que lo dices en el día."

"Que lo pienso, su majestad", formuló el chico en su mente, totalmente complacido con la idea de no tener que escribir en la pantalla y solo "enviarlo" con la mente.

"Su Majestad, analfabeto", corrigió Leo con el rostro encendido mientras tecleteaba a la mayor velocidad posible sin equivocarse en un solo punto.

"Ahora debo pensar en mayúsculas", Acuario se carcajeó una vez más y apagó el celular, mientras sus ojos guardaban la imagen de Leo.

<<EN EFECTO, DEBES PENSAR EN MI NOMBRE CON MAYÚSCULAS>>, la voz no era de Sagitario, otra vez <<Prende el aparato, aún no hemos acabado>> exigió.

Acuario abrió los ojos en medio de un espasmo, pero luego recordó que el chico era como Helios y comprendió porqué vio que guardaba el celular. Pensó en golpearse a sí mismo, pero descartó la posibilidad, Leo vería que se había asustado por estúpido.

<<OYENOTEHAGASELIMBÉ->> la voz se cortó.

<<Lo siento Acuario, es un poco obsesivo desde que descubrió las mayúsculas, deberías ver su user personal en Instagram, da pena>> la risa de Sagitario se extendió por toda su cabeza, provocando una ligera sonrisa en los labios del acuariano, era contagiosa.

Y luego agregó:

<<Por cierto, agradece que no oyó tu pensamiento, estarías acabado, es insoportable>> Acuario abrió los ojos una vez más, tenía que empezar a cuidar aún más su intimidad.

-No le digas eso,- Leo tan solo había oído el primer comentario que Sagitario le había dado a Acuario -Deja de escracharme, el cómo escriba en mis fotos es mi problema- amenazó mientras se apeaba de su posición en el suelo y tiraba a Sagitario contra el colchón, ambos estaban acostumbrados a amenazarse directamente, por lo que la posición no insinuaba nada.

-Chicos, un motel porfas- comentó Aries sin quitar sus ojos de la daga que afilaba desde hacía rato.

<<Si vienes con nosotros, belleza>> Sagitario rio por la cara de indignación del menor y luego volvió sus ojos a Leo <<Ya>> se carcajeó <<no puedes acosar a Acuario, aunque estoy de acuerdo con que le adviertas. ¿Ninguno de los otros ha estado pensando en bajar?>> interrogó a la vez que empujaba al león a un costado de la cama

-Ya inspeccioné a todos, están tranquilitos- Leo bufó -Se supone que esto lo tienen que hacer ustedes dos, no yo, soy un rey. Vigilando a la plebe, ¿qué diría Asterión de un ser tan desdichado como yo?- ya estaba tirado en el suelo mientras se apretaba el pecho y soltaba cada frase en un susurro dolido.

<<Arista...>> murmuró Sagitario mientras se paraba y se alejaba despacio de Leo <<¿Nos vamos?, ya arrancó>>.

-NO-ME-DIGAS-"Arista", y sí, vámonos- combinó el hijo de Ares mientras se paraba y daba dos toques a la pared.

Sagitario sonrió y tocó el mármol junto a Aries, abriendo repentinamente un agujero sobre la superficie de este.

-Debes decirme cómo diablos haces para controlar estas cosas- Aries pasó un pie al otro lado y Sagitario lo siguió -¿Cada vez escoges métodos diversos?- interrogó, movilizándose hasta la cama. Repentinamente el hueco se cerró, de la misma forma en la que se agrietó.

<<Los alterno para ir practicándolos, ¿quieres ver el nuevo?, puedo imitar el poder de Escorpio y Tauro a la vez>> el arquero sonrió, con un fuerte toque infantil mientras se acercaba a la pared contraria, que daba a su pieza <<Acércate>> pidió e hizo un ademán con la mano derecha.

El ariano se acercó y de un segundo al otro una porción limitada de material comenzó a derretirse, como si fuera la lava de un volcán, Sagitario pasó entre la pared que se escurría a gotas y de repente todo comenzó a reconstruirse.

Aries sonrió.

-Así que Tauro sabe materializar las cosas, mierda, qué genial- susurró y luego se alejó, despacio, intrigado por los días que vendrían. Se sentó en su cama y comenzó a afilar la daga nuevamente, oliendo la sangre en el aire, como un augurio de lo que se avecinaba.

La batalla de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora