Parte 2:

1.7K 140 193
                                    

Terminaba de tirar las latas a la basura cuando la puerta de la entrada se abrió y un Kyojuro completamente borracho entro a trompicones, con un Tanjiro siguiéndole los talones, con su estúpida novia a cuestas.

Senjuro corrió a socorrer a su hermano, quien se iba hacia delante, fulminando con la mirada al mejor amigo de Kyojuro, estaba tan entretenido con esa mujer que no prestaba atención a su casi hermano.

Con dificultad paso el pesado brazo de su hermano sobre sus hombros, ayudándolo a subir las escaleras y por último tirándolo en su cama.

Senjuro maldijo al verse tirando de las botas de combate, eran difíciles de sacar, cualquiera podría imaginar que eran otra extensión del propio pie, por lo difícil que era sacarlas, pero estas no le vencieron, logro quitarlas y las mandó a algún lugar oscuro, donde kyojuro nunca las lograría encontrar.

Suspirando de alivio por completar su tarea, cubrió a Kyojuro con la sabana, regalándole un beso en la frente a su querido hermano.

Cerraba la puerta con cuidado de no despertar a su muy dormido hermano, cuando se encontró de frente con Tanjiro, ignorándolo paso a su lado como si no existiera.

Pero Tanjiro se encargó de que lo notara, tomando por el brazo con fuerza.

— Te dije que hablaríamos en casa — dijo con los dientes apretados.

La ira hirvió nuevamente en Senjuro ¿Qué se creía este? Ni siquiera su hermano lo trataba así.

Miro la mano que envolvía su brazo y luego el rostro atractivo de Tanjiro, no debía caer por esos ojos encantadores, que esta vez lo miraban con una enorme furia.

Era su jodida vida, Tanjiro no tenía vela en ese entierro, no tenía por qué estar tan enojado, simplemente fue un beso y solo un poco de manoseo, solo un poco, un beso que disfruto mucho.

Se jalo tan fuerte que los dedos del soldado quedaron marcados en su brazo, punzaba y dolía, pero sintió orgullo por lograr zafarse.

— No tengo nada que hablar contigo — siguió caminando hacia su habitación.

Pero claro Tanjiro no dejaría las cosas así, el soldado quería respuestas y las obtendría de una manera u otra, así que se abalanzo hacia delante volviendo a tomar el brazo de Senjuro, pero Senjuro no estaba dispuesto a decir o hacer nada, así que por puro reflejo su cuerpo reacciono, volviéndose contra el soldado, la bofetada trono y se escuchó por todo el pasillo, más bien por toda la casa.

Senjuro miro con asombro lo que había hecho, nunca quiso golpearlo, simplemente reacciono a la situación, no querida dar más explicaciones de algo que había sido natural para él.

Tanjiro lo miro sorprendido, mientras acariciaba su mandíbula mallugada, había sido más fuerte de lo que pretendió.

— No me vuelvas a tocar — dijo Senjuro con voz temblorosa.

Senjuro escucho a Kanao salir de la habitación del soldado, sus ojos se lograron encontrar en algún punto, y la sonrisa llena de triunfo y arrogancia dolió, con el corazón estrujado, corrió hacia su habitación, dejando a Tanjiro confundido con su novia, cerrando su puerta de un portazo.

Con el corazón en la garganta trago tratando controlar sus erráticas pulsaciones, sus piernas se debilitaron al punto que su cuerpo colisiono contra la madera de la puerta, resbalando por la superficie plana hasta que logro sentarse.

Quería llorar, la situación era por demás surrealista, Tanjiro estaba molesto, más que eso, si no lo conociera mejor diría que hasta celoso, celoso de que el allá besado y dejado tocar por Zenitsu, bufo y rio con ironía, si claro, en su mundo de fantasía claro que si sucedería, nunca en el mundo real lo único que quería Tanjiro era protegerlo de ser lastimado, como un hermano mayor, el problema era que él ya tenía un hermano mayor y ese hermano mayor no se metía en su vida, era como un sobreprotector guardián, eso debía ser, no tenía que mentirse con situaciones que nunca sucederían, dolerían más, su corazón lastimado se descrebajaria aún más si llegara a tener alguna esperanza.

Dos metros de ti⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora