Parte 4:

1.8K 123 108
                                    

Satisfecho por su hazaña, dejo al soldado en medio del pasillo revolcándose en su dolor y entro en su habitación cerrando la puerta con llave, por si acaso Tanjiro quería más, no quería seguir lastimándolo.

— Veo que mi pequeño hermano ya no me necesita — la voz de Kyojuro, hizo que Tanjiro alzara la mirada, bueno, de su ojo bueno, aún tenía un ojo morado e hinchado, por la paliza que le propino Kyojuro.

Se notaba aun el enfado en sus palabras, pero los bordes se habían suavizado.

Se notaba fuerte e imponente, sobre todo protector, mientras descansaba contra el filo de la pared con los brazos cruzados sobre su pecho.

El resto del verano paso en un parpadeo con Senjuro evitando a Tanjiro a toda costa y un Tanjiro insistente aun queriendo darle explicaciones, con un corazón roto, pero con mucho amor, así paso el último verano que podría ver su hermano y estar en familia.

Senjuro miro la ancha espalda de su hermano, vestido con el inconfundible uniforme militar, su gorra y su mochila de lona.

Era su héroe.

Era demasiado sentimental en todas sus despedidas.

— Cuídate mucho, que no te maten — quiso bromear, pero las lágrimas ganaron terreno en vez de la risa, todos sabían que podía llegar el día que no volvería, que otro soldado vestido de gala entraría por su puerta para informarles de su descenso.

— Hey pequeño — Kyojuro lo abrazo contra su pecho.

— Juro que te veré en el campus y en casa cuando vengas de vacaciones — Senjuro sorbio y asintió.

Se aferro, con puños y uñas a la camiseta de Kyojuro cuando la llamada de su vuelo se escuchó alto y claro .

— Tengo que irme Senjuro — murmuro el soldado con cariño, el menor negó, solo quería un momento más, quería memorizar el calor del cuerpo de su hermano, su aroma almizclado, el vibrar de su pecho, sus brazos rodeándolo.

Suspirando dio un paso atrás liberando a Kyojuro, pero aun aferrado a él, como si su vida dependiera de eso.

— Cuida a papá — beso el costado de su cabeza antes de caminar, haciendo que Senjuro soltara ese pedacito de esperanza.

Mas llanto le seguido mientras sus pies seguían clavados en el mismo lugar donde lo había dejado, durante un tiempo, hasta que su llanto se calmó y se convirtió en no más que hipidos y sollozos.

— Senjuro — el chico salto ante su nombre y mucho más al reconocer el timbre de voz.

— ¿No deberías estar en un avión? — pregunto a secas.

— No quiero irme así — se veía derrotado y vulnerable, Senjuro se enfureció consigo mismo, debía endurecer su corazón de este hombre que lo lastimo y utilizo.

— Vete, no necesito tus escusas, ¿No crees que me has lastimado lo suficiente? ¿No te has reído de mi lo bastante? De verdad Tanjiro creí todo lo que me prometiste esa noche, todo el amor que me profesaste y ...— Senjuro dio un paso atrás cuando vio venir al soldado.

— ¡Todo es verdad! Te amo Senjuro, te amé desde el día en que te conocí — sus palabras desesperadas calaron muy en el fondo de su alma.

— Lo vi, me amaste tanto, mientras tenías tu lengua en el fondo de la boca de Kanao, vete Tanjiro, juro que te olvidare, me volveré enamorar y tu quedaras en el olvido — y con esas palabras dramáticas salió, caminando con la frente en alto, su nueva vida comenzaría en la universidad, conocería nueva gente y estaba seguro que abría alguien que si lo sabría valorar.

Dos metros de ti⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora