Capitulo 2

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Empecé a quitarme el tanga, pero apartándome de él porque sabía que en el momento que esa pequeña porción de tela se separara de mí, su polla se metería en mi vagina, ya lo había intentado con ella puesta y casi lo consigue y a pesar del ardor en mi interior, de estar tan húmeda y mojada de la excitación que recorría mi cuerpo había que esperar, me puse de pie sobre él y a pesar de que la habitación estaba en penumbra, veía que Jose Luis  no perdía ni un detalle de mi sexo.

Me pude de rodillas sobre su cara agarrándome al cabecero de la cama, sus labios sobre mi humedad empezaban a recorrer mis labios, su lengua pulsaba mi clítoris metiéndoselo en su boca y besándome toda la humedad, metiendo todos mis labios menores en su boca, metiendo y saboreando con su lengua mi coño, mis gemidos fueron en aumento y mis caderas se movían hacia delante y atrás, mis pezones duros e hinchados.

Tenía un sueño hecho realidad, por fin tenía a mi mejor amigo dándome el placer esperado e imaginado desde hacía tanto y en el momento que mi cuerpo empezaba a temblar, en ese momento en que Jose Luis atado con sus manos  al cabecero de la cama decía una y otra vez que me corriera, mi flujo empezaba a salir de la vagina a pequeños chorros sobre su boca.

Los gemidos pasaron a ser gritos cuando mi cuerpo temblaba, agarrando, moviendo y tirando hacia mí el cabecero de la cama cuando la puerta de la habitación se abrió, era una pareja que buscaba un sitio para follar y pude reconocer entre los gritos de placer a mi amiga felina que cerraba la puerta enseguida que junto con su acompañante que no paraba de manosearle los pechos y besándole el cuello pedían perdón y riéndose salieron en busca de otra habitación.

Jose Luis había hecho que me corriera con su lengua, metiéndomela en la vagina, lamiendo mi clítoris una y otra vez, mi cuerpo se empezaba a deslizar poco a poco sobre su cuerpo, recorriendo con mi humedad mis labios vaginales totalmente mojados por todo su cuerpo dejando un rastro de mis fluidos tras de mí a la vez que le iba besando con mi boca, mordiéndole con mis labios, secando mi flujo hasta ponerme de rodillas sobre sus piernas.

Su polla bien dura me estaba llamando y empecé a meneársela, a salivarla, a lamer con mi lengua su glande, dándole pequeños besos y metiéndola despacio en mi boca, saboreándola sintiendo las venas que la recorren, la sacaba y volvía a lamer su tronco mordiéndoselo con suavidad a la vez que mis manos no paraban de recorrerla, de pasar la palma de mi mano sobre su glande.

Los gemidos de José Luis cada vez más altos, seguíamos oyendo la música de la fiesta que continuaba abajo y nosotros aquí arriba dejándonos llevar por la excitación, por la pasión y no paraba de pensar que Jose Luis esa noche era mío, que me iba a hacer suya, penetrando dentro de mí.

El cuerpo de José Luis no para de moverse, le estaba encantando la mamada que le estaba haciendo, su pene ya no salía de mi boca salvo cuando mi lengua lamía todo el contorno de su glande, sus gemidos cada vez más alto y seguidos presagiaban el final, su polla exploto dentro de mí, en mi boca, teniéndola muy dentro de mí casi en la garganta y los chorros de su semen caliente hicieron que casi me atragantara, tragándomelos según salían y mi lengua repasaba su pene para que no hubiera nada de su leche sin que fuera mía.

—¿Te quitas la máscara ahora? —Me preguntaba José Luis.

—Todavía no he acabado contigo, además ¿todavía no sabes quién soy? —Le contesté subiéndome hacia él, sentándome sobre su pene que aunque no estaba muy blando tampoco estaba duro, besándole en los labios a la vez que sus manos intentabas salir de su prisión sin éxito.

La mamada que le hice subió más mi excitación, sentía mi vagina tan mojada otra vez que mis labios resbalaban entre su pene que sentía como poco a poco se iba endureciendo, le ayude a que se sentara apoyando su espalda sobre el cabecero de la cama, sus manos seguían atadas y yo me senté a horcajadas entre sus piernas con su polla entre mis labios vaginales, rozando con mi clítoris y su glande saliendo por detrás, me acercaba y alejaba de él, su polla no hacía más que empezar a darme placer frotándose con mi clítoris, besándonos, dejando que su boca lamiera y succionara mis pechos, como mis pezones eran repasados por su lengua dentro de su boca, le abrazaba y mis manos por detrás de su cabeza apretándola contra mis pechos, recorriendo su pelo con mis dedos y gimiendo despacio, casi sin que me oyera.

Ya no podía esperar más, sentía la necesidad de meterme esa polla en mi vagina, sentía que los juegos habían acabado y necesitaba follar con él, follar a mi mejor amigo, levante mi cuerpo lo justo para que su polla que estaba acariciando mi clítoris una y otra vez con su tronco, ahora buscaba la forma de meterse dentro de mí, subiendo y bajando, acercando y alejándome de él, tenía la polla empapada de mis fluidos y mi vagina preparada para ser penetrada.

Su polla tropezó con mis labios vaginales y metiéndose entre ellos, su glande empezó a recorrerlos y guiándose como si fueran unos raíles se fue acercando a mi vagina hasta que por fin encontró la entrada y poco a poco se hundía en ella, yo sentía como me iba penetrando, como iba entrando y era yo la que marcaba el ritmo, sentía como resbalaba en mi interior, frotándose con mis músculos vaginales hasta el final, hasta sentirla muy dentro de mí y allí la deje después de que un pequeño grito salió de mí, mi cuerpo se echó para atrás quitándole mis pechos de su boca, ya solo era cuestión de trotar sobre la polla de José Luis, ya por fin había entrado dentro de mí, ya por fin me lo follaba.

Pero antes de todo eso, le quería besar, quería besar a José Luis con su polla bien metida en mi interior, notando sus palpitaciones, notando como me había llenado por completo, nuestros besos eran cada vez más profundos cuando empecé a levantar mis caderas y dejar caer mi cuerpo sobre su polla, nuestros gemidos resonaban por toda la habitación, por todo el pasillo y si por casualidad alguien todavía no se había enterado ese era el momento cuando otra vez abrieron la puerta unos amigos de José Luis  y vieron aquella escena en la que su amigo con las manos atadas al cabecero de la cama se estaba follando una chica con máscara.

La excitación era tal que no sé cómo José Luis se soltó, desato sus manos y cogiendo mis caderas me seguía al son que yo marcaba, y de un empujón hacia delante me descabalgo tumbándose encima de mí con su polla todavía dentro de mi vagina que no se había salido ni un centímetro, me empezó a besar a la vez que me penetraba, pensé que me iba a quitar la máscara, pero no lo hizo, levanto su cuerpo del mío solo nos unimos a partir de mi pubis que sentía cada empujón cada estocada en mi vagina, sus brazos estirados y sus manos apoyadas en la cama con mi cara en el medio, follándome cada vez más rápido y fuerte hasta que mi espalda se arqueó sintiendo un orgasmo indescriptible.

José Luis no dejó de moverse, esperó a que me fuera corriendo, a que mis fluidos resbalaran, mojaran su pene y que fueran saliendo de mí a la vez que la metía despacio, cuando supo que había terminado y sin decir nada me puso a cuatro patas y me empezó nuevamente a follarme, sabía que Jose Luis era guapo, inteligente, gracioso, sabía que estaba locamente enamorada de él y ahora sabía que su polla me volvía loca y que era un gran amante con bastante aguante.

Sus manos apretaban mis pechos a la vez que mi cuerpo se sentía sus empujones, hacinado caer mis brazos en la cama y poner mi cabeza sobre ella, mi culo más en pompa recibía sus empujes, oyéndose los pequeños golpes de su carne sobre la mía, notaba como poco a poco otro orgasmo se asomaba, pero esta vez se adelantó él, soltando varios chorros dentro de mi vagina, sintiendo como su leche espesa me golpeaba por dentro y como en esos momentos me desplomaba boca abajo con otro orgasmo con su polla todavía dentro de mí.

Espero les guste ❤️❤️❤️❤️

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Ya está lía 😂😂❤️❤️

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