CAP 2:

337 42 7
                                    

Golpeando la pared una y otra vez fuera del hospital con lágrimas en los ojos, Yun no aceptaba que su esposo lo haya olvidado. ¿Ahora qué haría sin él? Sus lágrimas cesaron, sus nudillos llenos de raspones y sangre mientras que atrás de él se encuentran sus amigos esperando a que se calmara. Pues sabían que si intentaban acercarse recibirían una golpiza por parte del asiático.

No solo él se encontraba devastado, si no que, toda la mafia, incluso amigos cercanos y trabajadores.

Yun en este momento quería matar a Conway con sus propias manos, por su culpa su esposo ya no lo recordaba, no recordaba nada, no recordaba desde el día en que él llegó a Los Santos...

Fue cuestión de minutos para que dieran de alta a Armando. Lo cual fue confuso para él, lo único que recordaba era a Freddy y eso porque son amigos de casi toda la vida. Su último recuerdo era que iban a venir a los Santos y trabajar de mecánicos, de hay no recordaba nada más. Puras lagunas se presentan en su cabeza.

- Muy bien, ya todo está listo para que pueda irse, sus amigos lo están esperando afuera -. Habló el doctor viendo unos papeles mientras que Armando se encontraba sentado en la orilla de la camilla.

- Si -. Dijo secamente. Pues a pesar de ser una persona de pocas palabras, también era algo frío y tímido a la vez.- Las personas de ahí afuera me esperan... -. Susurró para sí mismo levantándose de la cama.

Yun le había traído su ropa favorita, la cual se le hacía un poco extraño que el use este tipo de vestimenta, pero aún así lo aceptó con gusto, no se dijeron ninguna palabra. Pues su esposo lo había ayudado a cambiarse teniendo un brazo fracturado necesitando ayuda.

Al salir de la habitación sintió un abrazo y un leve chillido de la persona que lo abraza, miró al chico con vestimenta rosa quien lloraba en su pecho. Su corazón comenzó a latir inexplicablemente, no entendía esté sentimiento de querer abrazarlo y consolarlo, su mente estaba hecha un lío de por sí. Se quedó viendo al chico sin abrazarlo, esperando a que se separe de él o que alguien más lo quite, se le hacía feo separarlo sabiendo que no lo recuerda.

Miro hacia los demás, algunos con la mirada perdida y otros llenos de tristeza. Se acercó un chico de coleta, moreno tentando el hombro de Tonet. - Ya suelta -. Susurró Emilio suavemente tomando sus hombros para alejarlo un poco.

Logró ver su rostro lleno de lágrimas y sus ojos rojos por llorar. Se sentía mal, en serio se sentía terriblemente mal de no saber quiénes son estas personas, del porqué se comportan así. Cómo dijo el doctor, poco a poco iba a recuperar su memoria y estos chicos que se supone que son sus amigos lo ayudarían. Pero algo en él no lo hacía sentirse seguro con ellos, como si estos ocultaran algo malo atrás suyo.

El sonido de un leve carraspeo de garganta llamó su atención, logrando ver aquel asiático de pelo rojo. Sus miradas conectaron por unos segundos.- Es... Ho'a de i'nos -. Habló Yun comenzando a caminar por el pasillo.

Solo asintió con la cabeza siguiendo a los demás. Se volvió a perder en sus pensamientos. Nadie le decía nada, una explicación aunque sea, quería saber ¿qué pasó para no recordarlos?. ¿Quién es ahora? ¿Qué es de su vida? ¿Sigue teniendo contacto con Freddy?. Alzó la mirada al notar que se detuvieron, logró ver una camioneta negra con calcomanías del diablo. Aún lado del coche, un Camacho negro con una estrella en el capo.

El seguro de la puerta del Camacho fue abierta, otra vez hizo contacto con la mirada del asiático.- Sube, ilemos a casa -. Suspiro Yun subiéndose de Piloto. Se montó en la parte trasera mientras que el otro coche se subió Emilio, Tonet y Manolo. Dijo que irán a casa, entonces ellos saben dónde vive.

Todo el camino fue silencio, nadie decía una palabra, Yun hacía todo lo posible para no llorar en el camino, sentía la mirada de Armando por el retrovisor encima suya. Iba detrás de la camioneta de Emilio, noto como desvió la mirada, mirando su rostro de sorpresa al ver que entraban a una mansión. Esto lo estaba derrumbando lentamente.

Volviendo a conocerte ( Yunando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora