Si digo por favor, ¿te quedarías?

Patronus

Seguí al gryffindor por todo el castillo, caminaba bastante rápido he de decir, parecía como tuviera la necesidad de ser puntual. Estaba algo nerviosa, en mi vida había hablado en persona con el mismísimo Albus Dumbledore, lo único que sabía sobre él, era que era considerado el mago más poderoso de todos los tiempos, eso y que era algo viejo, la verdad nunca nos habíamos visto frente a frente y dudó bastante que él haya sido quien utilizó el encantamiento ralentizador conmigo, después de todo, no soy alguien relevante.

- Es aquí, espera a que te llamen. - habló el pelirrojo rompiendo el silencio.

- Oye, ¿pero cuanto tiempo tengo-

Cuando menos lo noté el chico ya se había ido, de nuevo avanzaba con rapidez.

- ¡Ah! Ahí estas T/N. - saludó una voz conocida, me giré para verle y me sorprendí un poco al ver que era Lupin.

- ¿Profesor Lupin? ¿Qué hace aquí? - digo mientras observó al hombre avanzar hacia donde yo estoy.

-  Probablemente lo mismo por lo que tu estas aquí. - respondió haciendo énfasis en mí.

- ¿El profesor también lo mando a llamar? - asiente. - ¿Y por qué?

- Ya verás... - respondió para después dar un paso hacia adelante para quedar frente a frente con la gran estatua que se encontraba frente a ambos, después se inclinó hacia esta y susurró algo, retrocedió y la estatua comenzó a moverse hacia abajo para dar a mostrar unas escaleras. - Primero las damas. - dijo abriéndome el paso hacia las escaleras.

Estaba algo nerviosa, nunca había venido a la oficina del director, y por lo que tenia entendido casi nadie era llamada a venir acá, claro, a excepción de cierto gryffindor.

Una vez que subí unos cuantos escalones, el profesor me siguió el paso y cuando ambos estuvimos ahí, los escalones comenzaron a moverse hacia arriba, me tambaleé un poco cuando estas se movieron pero pude mantener el equilibrio.

-  Y dime T/N, - habló Lupin captando mi atención, se encontraba tres escalones abajo de mi. - ¿es cierto que saliste ilesa de una horda de dementores?

- S-si... - respondí algo extrañada por su pregunta.

- ¿Y como es que lo hiciste? - pregunto.

- Por esto, - respondi mostrando el dije, el profesor se volvió hacia mi posando una mirada de sorpresa en el dije que yacía en la palma de mi mano. - tiene varios hechizos de protección, mi hermano es quién lo hechizo.

- Interesante... Si, Joshua es un gran mago, no me sorprendería que algún día se convirtiera en auror. - mostré una  risa nerviosa ante aquel comentario, ya que había recordado el hecho de que no fue gracias a Josh que los dementores no me atacaran. - ¡Ah! Hemos llegado. - dijo una vez que las escaleras se detuvieron y nos encontrábamos frente a una reja que abrió. - Señorita. - dijo amablemente con una sonrisa de boca cerrada, dejándome el camino libro.

Me adentre en la oficina, al observar mi alrededor note como la sala estaba llena de artilugios que en mi vida me hubiera imaginado que existían, admiré la sala por unos momentos hasta que volví a escuchar la voz del profesor.

- Discúlpame un segundo T/N, iré por el profesor. - comenzó a avanzar hacia unas escaleras que se encontraban en la esquina de la sala para después subirlas.

Seguí observando la sala, asombrada por los artefactos que se encontraban ahí, de repente una voz hablo haciendo que pegara un pequeño brinco del susto.

- Vaya vaya, - dijo la voz ronca. - pero si es la segundogénita de Julian Zaragoza. - giré mi cabeza a todos lados en busca de la persona que me hablaba, me estaba asustando un poco al no ver a nadie en la sala, la voz suspiró para después seguir hablando. - Aquí arriba. - dijo la voz indicándome en donde se encontraba, mire hacia arriba de un librero y di un gran suspiró al ver que no se trataba de alguien, sino de algo, algo que había visto en mi primer día en Hogwarts. El sombrero seleccionador.