Extra [la sonrisa de Eloísa]

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Max

Gardenias, Margaritas, Rojas, Lirios. 

Conte maseta por maseta acomodando las flores, suspire con cansancio, a este trabajo lo solía realizar Emily o... Una sonrisa nostálgica se formo en mis labios. Recordar a Eloísa era una agonía constante a pesar de que pasaron seis años de su muerte, aún ronda por mi mente la sonrisa de aquella chica tan especial para mi. 

Termine de acomodar las flores, y sacudí mis manos en mi delantal. Mis años sin Eloísa se habían convertido en soledad a plena, la tenia a Emily, pero no era lo mismo. Hasta que apareció una simpática maestra por la florería, nuestro encuentro fue de lo mas gracioso, había derramado tierra en el piso y ella tropezó hasta caer sobre mi.  

Nos hicimos amigos y al poco tiempo comenzamos a salir, a veces creo que mi Elo la mando para que lograra continuar. 

Escucho el sonido de mi celular, por lo que atiendo sin mirar. 

—¿Diga?

—Max—. Por unos segundos, mi mente confundió la voz de mi esposa con la de mi amada Elo—. Amor, ¿estás ahí?—. Me preguntó preocupada.

—Si, amor. Aca estoy ¿Qué sucede?

—¿Puedes ir por Eloisa? Estoy con muchas cosas en el trabajo.

Cerré mis ojos con fuerza, ¿Por qué hoy?

—Amor, hoy no es un buen dia, hoy debo ir a... 

—Al cementerio, lo se. Pero ve con Elo, se que te gusta estar con ella y jamás te negaría que vayas a verla.

Suspire.

—De acuerdo, no te preocupes yo la paso a buscar. 

—Perfecto, te amo

—Y yo a ti. —sonrei, ahora puedo decirle "Te amo" con total normalidad.  Cuándo recién comenzamos a salir, decirle "Te quiero" o "Te amo" se me hacía muy difícil.

Limpie el desastre que había cometido y le mandé a Emily un mensaje diciéndole que cerraría la tienda.

Me subí a mí auto, y arranque directo a la escuela de mí hija. Al llegar, me baje y espere paciente; al tocar el timbre, salieron muchos niños corriendo, en el fondo salía mí pequeña niña con su pelo al aire.

Al verme, salió corriendo en mí dirección.

—¡Papi!

—¡Princesa!

Salto a mis brazos y le di un sonoro beso en su mejilla.

—¿Cómo estás, princesa?

—Muy bien, papi.

—¿Quieres ir a comer? Después debemos ir a un lugar.

—¡Si!

Subímos al auto y conduje hasta un lugar de comida rápida. A veces, me gusta hacerle caprichos a mí nena.

Cuándo salimos, me dirigí al lugar en donde deje mí corazón.

—Papi ¿En donde estamos?

—Vinimos a ver a alguien especial para papá. Vamos, baja.

Mí pequeña se bajó acomodando su ropa, compré las flores favoritas de Elo y agarrando la mano de mí hija, me fui a la tumba de Eloisa.

Era una tumba preciosa, siempre llena de flores. Tenía de inscripción:

Eloisa Warren

Amiga, compañera y novia.

Siempre te recordaremos con cariño.

No olvides que en cada flor está tu nombre - Max.

Y su foto en ella. La tumba estaba limpia. Sonríe con nostalgia y pase mis manos por la superficie por ella.

—Papá. ¿Quién es?

—Ella es Eloisa, cariño.

—¿Se llama igual que yo?

—Asi es, ella fue una persona muy especial para papá, por eso la recuerdo siempre. Ella, está en el cielo.

—¿La querías?

—Absolutamente, le tenía un cariño muy especial.

—¿La querías más que mamá?

Me quedé observándola en silencio. Pero sonreí al instante.

—A tu mamá la amo con todo mí ser, pero Elo siempre va a tener un pedazo de mí corazón. Ella, logro tocar mí alma como nunca nadie lo hizo. Pero eso no significa que a tu mamá no la ame, es más ella fue la que me salvó y siempre voy a estar agradecido con ella.

—Era hermosa, papi. ¿La voy a poder conocer algún día?

—No cariño, ella está en cielo, pero ella siempre te va a cuidar donde quiera que esté.

—Buuu, yo quería conocerla. Pongamosle unas flores lindas papi.

Asentí, dejando el ramo de flores sobre la tumba.

Nos vemos pronto, mí Eloisa.

—¿Vamos cariño? —pregunte estirando mí mano hacía ella. Quién gustosa la acepto.

Caminamos hasta el auto y la coloque en su lugar poniéndole el cinturón de seguridad.

Conduje hasta nuestra casa, Eloisa entro corriendo dejando sus cosas en la entrada. Deje las llaves y mí abrigo en el estante.

—¿Amor?

Entré a la cocina y encontré a mí esposa cocinando. Creo que me matara al saber que nuestra hija ya comió.

—¡Acá estoy cielo! —grito creyendo que aún estaba en la entrada.

Sonríe y la abrace por detrás poniendo mí barbilla en su hombro.

—¿Cómo te fue con Eloisa?

—Bien, le agrado.

—Me alegro mucho cariño, ella seguro estaría muy contenta.

—Lo se, me voy a cambiar y vengo para comer.

Subí a mí cuarto, me despoje de mí atuendo y me puse ropa más cómoda.

Me senté en mí cama y me fijé en la fotografía que aún estaba en mí mesa de luz. Era una foto de Eloisa días antes de morir, sonreí con nostalgia y melancolía.

Deje un beso sobre la fotografía dejándola en su lugar.

Salí de la habitación y me senté en la mesa con mí familia.

Comimos y reímos, le doy gracias a la vida por la oportunidad de ser feliz y estoy seguro de que Eloisa tuvo algo que ver.

Estoy seguro de que en algún momento la voy a volver a ver a mí querida Eloisa.

¡Hola amigos!

Les deseo una Feliz navidad, y les traigo un pequeño extra. Espero que lo disfruten.

Sofia Ponce.

¿Me dejas amarte?✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora