Reino de la mortalidad, piso 40

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La chica que había perdido a todos sus compañeros al parecer era ella quien esta alquilando mi antigua habitación, la salude con una pequeña sonrisa y entre en mi habitación sin más, me senté en el suelo mientras saca los pedazos de armadura que habían quedado incrustados en mi pecho y abdomen por el impacto, luego me saque la camiseta y la armadura de malla que traía mi abdomen y mi pecho estaban llenos de aberturas y con claridad se podía ver la profunda herida que había dejado el espadón del jefe, me quite los pantalones quedando en pura ropa interior y pude ver como un hueso sobresalía de mi pierda derecha, algo muy doloroso y asqueroso, cuando estaba a punto de empezar a limpiar mis heridas escuché que tocaron la puerta, sin darle mucha importancia abrí la puerta para ver qué era la chica que había salvado.

-Compermiso- dijo ella mientras entraba sin previo aviso a mi habitación en sus manos traía un cubo con agua caliente, una manta, alcohol, y una aguja con hilo- le ayudaré con sus heri...- no pudo terminar de hablar cuando se dio cuenta que estaba en ropa interior, su cuerpo tembló un poco y se formó un leve rubor, cuando sus ojos recorrieron mi cuerpo su cara cambio de un color levemente rojo a blanco seniso.

-No te preocupes esto no es nada- le respondí mientras me acomodaba el hueso de mi pierna derecha, apreté fuertemente los dientes, si, dolía como el carajo, rapidamente active la habilidad, [Regeneración], y me concentre en la herida de mi pierna, sentí como poco a poco el hueso se acomodaba por si solo y la piel empezaba a cerrarse, fueron al rededor de 15 minutos hasta que terminó el proceso- Me voy a duchar para limpiar mi cuerpo, puedes tomar asiento, o si te sientes incomoda puedes regresar en otro momento- sin dejarla responder entre al baño y me empeze a duchar, limpie mis heridas lo mejor que pude, cuando salí del baño ella aun estaba ahí sentada en una esquina de la cama con las orejas apuntando al suelo, parecía desanimada y por su cara notaba que estaba bastante triste, me dio pena la pobre chica, pero no podía hacer más por ella, me senté a su lado, y empecé a usar [Regeneracion] en todo mi cuerpo empezó a drenar mi mana rápidamente pero mis heridas estaban sanando a una velocidad que podía ser vista con el ojo humano, poco a poco las heridas fueron desapareciendo hasta no haber rastro de ellas, la única herida que quedó aún sin recuperar fue la herida del espadón que va desde mi dorso derecho hasta la parte superior de mi pecho en el lado izquierdo, me estaba quedando sin mana así que empeze a recolectar mientras cultivaba me tomé varias pociones, la chica solo me miraba con los ojos muy abiertos.

-¿Es una habilidad?- logró preguntar la chica con una voz incrédula.

-Si- le respondí, no podía concentrarme en ella ya que estaba recolectando energía espiritual y mana de mis alrededores.

-Esa habilidad, ¿es la que estaba usando el jefe del piso 20?- pregunto ella

-Si- le respondí nuevamente ya me faltaba poco para terminar de curar la herida, y sentía que podía avanzar una etapa más en la cultivación literalmente había almacenado demasiada energia espiritual.

-¿Como llegó al piso 20?- preguntó con voz incrédula- se supone que solo pueden llegar aventureros de rango D y en grupos de no menos de 10 personas del mismo rango- terminó diciendo unas palabras las cuales Jian Cheng no estaba al tanto

-¿Tan difícil es?- pregunto Jian Cheng, el sabía que le había costado un poco pero no es algo de lo que deba resaltar sacando el pecho.

-Si, aunque piensa que esas personas eran mis compañeros, en realidad ellos me habían traído a la fuerza su grupo, para que les ayudara con magia de refuerzo, pero al final, al llegar a la sala del jefe no fue suficiente, y terminó como pudo apreciar, intente luchar contra el... pero no pude hacer más que caer de rodillas y esperar mi muerte, le estoy agradecida por ello-Me respondió con una voz triste y preocupada.

-No tiene porque agradecer, sinceramente solo fue casualidad que nos hayamos encontrado en ese momento, no soy un héroe ni nada por el estilo, si la salve fue porque cualquier que la hubiera visto lo aria- Respondí sin darle mucha importancia, mi cultivación estaba haciendo unos avances increíbles estaba a poco de llegar a la octava etapa del despertar del alma, parece que se está nivelando mi estado actual.

-Entiendo...- me contestó, mientras ponía una mirada pensativa- dejaré las cosas por si las necesita, con su permiso- dijo mientras se retiraba de la habitación.

-Ahora a descansar- dije nada más vi que la puerta fue cerrada, estoy bastante cansado y use demasiado mi mana. Además recién me abrí paso hacia la octava etapa del reino despertar del alma

Como lo imaginé, siento como al subir una etapa mi fuerza se recupera, pero el dolor en mis musculos y cuerpo perdura, además al pasar al siguiente reino, mi cuerpo será destruido y reconstruido, algo muy doloroso pero a la vez beneficioso según leí , lo que hace que mi fuerza mejor 4 veces mas, debería empezar a entrenar mis habilidades y después de llegar al piso 40 donde está el otro jefe, ir a hacer una misión, ya tendré un nivel bastante decente para poder defenderme.

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6 meses habían pasado desde la última vez y había hecho muchas mejoras, también me había encontrado muchas veces con la chica que salve y al final empezamos a hacer equipo al venir al laberinto, me empezó a caer bien, su nombre es lissa al parecer no me ha dado por voluntad el apellido por eso no he indagado en ello, actualmente estamos en el piso 39, apunto de llegar al piso 40 nos preparamos demasiado para este piso, estuve mejorando todas mis habilidades hasta un nivel decente, al igual que mi nivel y mi equipamiento, además del del lissa siento que con una compañera será un poco más fácil.

Nombre: Jian Cheng
Raza: Humano
Nivel: 40

Vida: 7000/7000
Ataque: 5300
Defensa: 5300
Mana: 6500/6500
Agilidad: 6500
Suerte: 40

Puntos extra: 0

Cultivación:  Decima etapa del reino despertar del alma

Habilidades Pasivas:
[Esgrima]   Nvl: 20
[Botin de guerra]     Nvl:  7
[Aprendiz del todo]  Nvl: ##
[Calamidad]  Nvl: 6
[Ojo santo]  Nvl: 8
[Reloj Interno]
[Contraataque]  Nvl: 16
[Manejo de lanza]  Nvl: 20
[Alquimista]  Nvl: 10
[Manejo de mana]  Nvl 15
[Achas Duales]  Nvl:  14
[Regeneracion]  Nvl:  22

Habilidades Activas:
[Velocidad del rayo]  Nvl:24
[Magia de rayo]  Nvl: 30
[Besekear]  Nvl: 10
[Mordida penetrante]  Nvl: 10
[Embestida]  Nvl: 15
[Magia de Fuego]  Nvl: 28
[Bola de Fuego]  Nvl: 21
[Veneno de Fuego]  Nvl: 16
[Magia de tierra]  Nvl: 26
[Muro de Tierra]  Nvl: 18
[Magia de Agua]  Nvl:  32
[Corte de Agua]  Nvl:  23
[Balas de Agua]  Nvl:  19
[Magia de Viento]  Nvl:  37
[Corte de Viento]  Nvl: 30
[Balas de Aire]  Nvl:  34
[Vuelo]  Nvl:  22
[Agua sagrada]  Nvl: 21

Había luchado varías veces con el jefe del piso 20 hasta el punto en el que ya no podía ni tocarme, también luche contra los monstruos del piso 39 muchas veces como entrenamiento de mis habilidades y mejore muchas de ellas, además de aprender a usar mi magia y del piso 40 en adelante empiezan a salir monstruos con habilidades de magia curativa, oscuridad, sagrada y demás, estoy bastante emocionado con saber qué tipo de habilidades tiene el jefe, sin perderme de más en mis pensamientos, rápidamente abrí la puerta del jefe, lo que observe, fue un gigantesco wyvern de color oscuro, [ojo santo] se activo solo para mostrarme algo que no había esperado

Raza: Wyvern
Nvl:  50

Vida: 15000/15000
Ataque: 10000
Defensa: 12000
Agilidad: 8000
Mana: 12000/12000

Cultivación:  Tercera etapa del reino de la mortalidad

Habilidades:
[Magia de Tierra]  Nvl:  60
[Magia de Fuego]  Nvl:  60
[Bola de Fuego]  Nvl:  52
[Balas de Tierra]  Nvl:  44
[Regeneracion]  Nvl:  55
[Besekear]  Nvl:  30
[Bola de magma]  Nvl:  58
[Endurecimiento]  Nvl: 42
[Intimidación]  Nvl:  38
[Vuelo]  Nvl:  50
[Veneno de Fuego]  Nvl:  56
[Embestida]  Nvl:  42

Solo eran 10 niveles pero ya duplicaba mis estadísticas actuales, y eso se debía a que su cultivación ya estaba en la tercera etapa del reino de la mortalidad, era un reto casi imposible para muchos, pero me había preparado demasiado para esta batalla y estaba decidido, a pelear con todo lo que tenía, sacando mis espadas duales, me lancé hacia el.

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