La historia de una chica criada con el mal, que elegirá quedarse con el bien.
Jennifer Hogward es hija de dos magos de sangre pura aunque sin muchas luces ni fortuna, pero con su entrada a Hogwarts y su relación con "el elegido" se siembran dudas en...
Era de noche en un lugar hasta ahora desconocido, Tom Riddle o "Voldemort" como se hacía llamar estaba junto a dos de sus mortifagos (una bruja joven de cabello rubio y ojos grises junto a un hombre de cabello negro que se perdía con su capucha negra), Voldemort estaba rebosante de alegría, tanto tiempo buscando aquel lugar, aquella casa, a aquella niña.
Voldemort: Crucen la puerta y acaben con todo quien esté ahí dentro, excepto si encuentran un bebe.
Desde afuera solo se podían divisar rayos de luz verde, nada podría haber previsto quienes estaban adentro, no había modo de que se salvaran, creían que estaban bien escondidos, que estaban a salvo en un lugar tan alejado, que nunca nadie los descubriría, que nadie descubriría quien era su hija...
Voldemort se adentró el la casa, todo parecía estar en orden, ni un sonido, ni un ruido, solo dos cuerpos sin vida en el piso.
Voldemort: ¡¿Y donde está la niña?!
Eliza: Está en el piso de arriba mi señor-dijo aquello mujer rubia
Los tres subieron las escaleras de la casa, y en un cuarto, al final del corredor, estaba una pequeña bebe de menos de un año.
Tenía un ralo cabello castaño, piel pálida, cachetes rosáceos y unos ojos hermosos de color azul, un azul tan intenso, tan brillante, parecía que sus ojos desbordaban magia e inocencia, eran tan penetrantes que calarían a lo más profundo de tu alma y la llenaría completamente, cualquiera que mirara esos ojos no sería capaz de olvidarlos nunca.
Era un bebe hermosísima.
La pequeña, desde su cuna de madera y cubierta de mantas, dirigió una mirada asustada hacía el mago tenebroso.
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"Así que ella es la última con sangre "ambrosius" recorriendo sus venas", dijo Voldemort para sus adentros, saboreando e imaginándose todo el poder que poseía aquella criatura, ella estaría en sus filas en un futuro, sería su mayor seguidora, no le importaba si tenía que usar la maldición imperius en ella, o torturar su cuerpo una y otra vez, ella sería suya, su poder sería para él.
Voldemort: Eliza, Raymond se harán cargo de la niña hasta que yo se los indique, la criaran como si fuera su hija, háblenle de mi y de que debe servirme, ella será mi mayor seguidora.
Raymond: Pero mi señor...
ELiza: Esa niña no es nuestra... ¿Y como espera que la criemos? ¿Por qué es tan importante?.
Raymond: Es una mocosa insignificante después de todo...
Voldemort: ¡Cállense los dos! Ustedes son sus padres a partir de ahora, no quiero preguntas ni protestas o les pasará lo que a sus anteriores padres.
Los ojos rojos de Voldemort se dijeron hacía un destello en el pecho de la niña, un collar con un grabado que rezaba "Calipso Jennifer".
Voldemort: Llámenla Jennifer y conserven ese collar siempre con ella. Júntenla con el hijo de los Malfoy, su hijo y la de ustedes tienen algo en común: ambos me servirán cuando sea el momento. Sé que se llevaran muy bien entre familias, además, ustedes y ellos son sangre pura.
