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Taehyun sollozaba envuelto en las sábanas, su marca dolía al sentir el olor de Yeonjun impregnado en la ropa de su alfa.

Soobin le miraba sin decir una palabra, tan inexpresivo parado en el marco de la puerta. No había que pensarlo dos veces, sabía que Taehyun estaba mal por su culpa, pero su alfa no aceptaba a ese omega.

Quería a Yeonjun, y a su cachorro.

— Creí que enlazándonos, sería tan perfecto como lo imaginé... pero tu alfa no me quiere, y mi lobo se siente tan humillado — limpió su rostro con las manos temblando — ¿Por qué sigues al pendiente de lo que hace si ya no son nada?

Soobin bufó y se quitó la campera con incomodidad, estaba impregnada a fresas con dulce de leche. El olor de Yeonjun y su cría.

— Tendremos un cachorro, eso no puedes cambiarlo — dejó la prenda encima de la cama y se sentó al lado del menor — me gustas mucho, sin embargo...

Taehyun cubrió la boca de Soobin y sollozó.

— No, por favor no lo digas — apoyó su frente en la del contrario — moriré si te vas de mi lado.

Soobin quitó sus manos y le observó a los ojos.

— Debo proteger dos vidas, a pesar de que cometí un gran error — se separó unos cuantos centímetros y suspiró cansado — no puedo seguir de esta manera.

— Él no te perdonará, ¡lo dejaste por mi! — apretó sus labios — ¡Rompiste el lazo porque me querías!

Soobin se puso de pie y lo miró con rabia, con los ojos cambiando de color.

¡Jamás te quise, no eres ni serás como Yeonjun. Ni le llegas a los talones! — ocupó su voz de mando, logrando encoger al más bajo. Su alfa no quería seguir con ese cítrico olor — eres una mancha en mi vida, nunca debí dejar que mi humano te marcara.

Taehyun comenzó a sollozar fuerte, su omega aullaba desolado en lo que Soobin comenzaba a tomar sus pertenencias.

— Eres un hijo de perra. No intentes arreglar lo que tu mismo destrozaste — le miró por breves segundos — vas a sufrir.

Yeonjun miraba fijamente los documentos encima de la mesa, al fin tenía en su poder los papeles para terminar su matrimonio de una vez por todas

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Yeonjun miraba fijamente los documentos encima de la mesa, al fin tenía en su poder los papeles para terminar su matrimonio de una vez por todas.

Su cachorrito se movía dolorosamente, ya quedaba poco para el parto y la espalda lo estaba matando. Su barriga había aumentado y las poleras comenzaban a quedarle cortas.

Tenía una gran lucha interna respecto a lo que sentía su omega y él mismo. Sí, amaban al cachorro con todo su corazón, pero era el vivo recuerdo de Soobin y eso a su lobo lo ponía molesto.

Él nos hizo mucho daño, debemos alejarnos por el bien del bebé.

Cerró sus ojos con fuerza en lo que se agarraba la cabeza.

Pero si encontramos a otro alfa, él podría matar al cachorro.

— No permitiré que nadie te haga daño, no mientras yo esté vivo — miró su pancita y dio una leve sonrisa — Serás muy fuerte, Jungwon.

Volvió a tomar el bolígrafo y firmó los documentos correspondientes. Posterior a eso, envió un mensaje a Soobin mediante correo electrónico para entregarle los papeles y terminar legalmente.

Cuando estuvo camino a la cocina, el timbre sonó.

Frunció el ceño al pensar que se podría tratar de Soobin, no llegaría tan pronto. Él no era así.

Se acercó y abrió la puerta encontrándose con Taehyun.

Tenía los ojos hinchados, el cabello revuelto y su cuello no se veía del todo bien. Y su mirada, Yeonjun sintió miedo. El olor que emanaba era muy desagradable y le causaba estragos al bebé que comenzaba a inquietarse.

— ¿Qué haces aquí? — logró preguntar.

Taehyun apretó sus labios y empuñó ambas manos.

— Soobin me dejó, irónicamente por ti.

Vaya, aquello no se lo esperaba.

— Oh... — bajó su mirada, confundido — pero él no está aquí, si es por lo que vienes.

— Él no vendría aquí, no es tan estúpido — se acercó peligrosamente al omega gestante, haciéndolo retroceder para posterior cerrar la puerta.

Yeonjun cubrió su vientre protectoramente, el miedo y desespero que había sentido al momento que Taehyun lo tomó por el cuello y estampó contra la mesa, lo dejaron en shock por unos instantes.

— ¡Tu maldito cachorro arruinó todos mis planes con Soobin! — bramó furioso — ¡eres un estorbo!

— ¡Yo no te hice nada, maldita sea! — exclamó Yeonjun tratando de zafarse del agarre.

— Tu sola existencia estropeó lo que tanto deseé con él, y tu bastardo lo pagará.

Yeonjun gritó de dolor cuando sintió el primer golpe sobre su vientre, trataba de cubrirlo con sus brazos en lo que pedía ayuda pero Taehyun no se detenía.

Cuando sintió humedad en su pantalón, el aire comenzaba a faltarle y lo último que pudo pensar antes de perder la conciencia fue rogarle a la luna que su bebito sobreviviera.

broken ✧ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora