Postres

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Kyojuro era el único en el cuarto con grandes pantallas y carpetas con casos policiacos.

Todos ya se habían ido a casa o simplemente estaban teniendo un receso. De todas formas Kyojuro era el único en aquel cuarto mientras que estaba sentado en una mesa con un plato ya vacío, donde momentos antes había un pastel.

-hmm…se acabó - murmuro mientras veía su plato vacío con un pequeño suspiro.

De pronto escucho la puerta abrir, volteo para ver quién era, y al ver a la persona Kyojuro sonrió.

Era su querido esposo quien lo visitaba bastante seguido.

-¿Estas ocupado? - le pregunto dulcemente mientras se acercaba a él.

-No mucho…- dijo mientras acercaba una silla a donde él estaba, incitando a su esposa a sentarse junto a él.

Tanjiro rio antes de ir a su lado, darle un beso en la cabeza antes de sentarse junto a él.

-¿Qué es eso? - Kyojuro pregunto viendo una caja en las manos del chico.

-Pensé que te quedarías sin postres - el rojizo le sonrió con ternura.

Sobre la mesa, el chico puso la caja y la abrió.

Inmediatamente los ojos de Kyojuro se iluminaron.

De la caja Tanjiro saco pastelillos, rollos de canela, Anpan, monaka, algunos chocolates y dulces caseros.

-Waa…- murmuro feliz el mayor.

-Hoy cerramos temprano, así que tuve tiempo de prepararte algo - le dijo refiriéndose a su trabajo en una pastelería, donde el era dueño y cocinero. Una de las razones por la cual Kyojuro lo amaba tanto.

-¿Me preparaste todo esto? - pregunto emocionado el rubio.

-Sí, mi querido esposo ha trabajado muy duro, sería un mal esposo si no lo cuidara. ¿Verdad?-  dijo en forma de broma el rojizo

El detective sonrió, aún recuerda el día en que conoció a su esposo. El hombre se había quedado sin postres y por eso tuvo que salir a comprar, pero por ser una noche fria y lluviosa, todos los negocios habían cerrado, excepto uno.

Una pequeña pastelería en la esquina de la calle. Al ver a través de las ventanas Kyojuro vio los deliciosos postres que aparte estaban muy bien decorados, dándoles un aspecto delicioso.

Al entrar, impedientemente fue recibido por un dulce olor a vainilla. Empezó a ver alrededor mientras se saboreaba cada uno de los postres y pasteles que veía.

Entonces encontró el dulce más exquisito que jamás había visto. A un joven de cabello rojizo, con una sonrisa angelical quien lo recibió con mucho cariño.

De inmediato el chico se interesó en él pequeño, y termino por ir todos los días, no solo por los dulces sino por él joven que atendía en aquel lugar. Después de ir durante un tiempo él se enteró que Tanjiro era dueña del negocio y que aparte era un cocinero esplendido, su especialidad eran los postres. También se enteró de su nombre, un hermosos nombre en su opinión.

-… podría hacerte unas crepas si quieres - Tanjiro volteó a ver a su esposo, solo para ser recibido por un dulce beso en los labios.

𝐌𝐢 𝐚𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐩𝐨𝐬𝐨 𝐲 𝐲𝐨 - 𝐊𝐲𝐨𝐓𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora