¡Hey! tu, enano

Día Setenta y Ocho

Hoy fue mi examen final de matemáticas y déjame decirte que aquello para lo que nos hemos esforzado tanto ya ha tenido sus beneficios, ¡He sacado una buena nota! Por primera vez no he reprobado o pasado por suerte. En cuanto obtuve mis resultados fui corriendo a tus clases y las irrumpí solo para darte un abrazo, al principio te noté confundido pero aun así me lo devolviste y cuando te lo conté todo sonreíste casi tanto como yo. Creo que mi corazón latió como loco con ese abrazo o tal vez era también el tuyo... ¡Pero que pienso!, tendría suerte si tú por lo menos me consideraras como un amigo y no un enemigo o una persona al cual molestar siempre.

Con cariño, Un Mashiho pensativo.