Capitulo 3

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Hace unos días, les conté de mi llegada a Buenos Aires, esa vez no conté lo que realmente quería contar, por que en primer lugar me desvié de tema (me suele pasar seguido) y en segundo lugar no me sentí convencida de que ese fuera el momento adecuado.

Al llegar, unos meses después de instalarnos, empecé a recorrer el barrio en bici, me gusta mucho, hace que me sienta libre y me distraigo de mis problemas. Siempre me ayudo hacerlo. Había como un parque, creo que se puede llamarlo así ? Habían algunos nenes jugando de distintas edades. Ese día no me lo olvide jamás en mi vida. Lo que mas me llamo la atención desde donde yo estaba con mi bicicleta fueron dos nenas que jugaban, medianamente de mi edad suponía, y así fue, una tenia unos rulitos muy llamativos y otra el pelo totalmente rubio. La segunda no hablaba mucho. Decidí acercarme, como cualquier nene lo hace a esa edad y mas en un parque. Quien no se hizo alguna vez un amigo en el parque y jamás lo vio? no? Pero esto fue diferente.

Jugamos toda esa tarde, especialmente con la nena de rulitos, se llamaba Luana. 

Empezó a oscurecer  ni siquiera me había dado cuenta, así que como era de esperar mi mama estaba esperándome.

Semanas mas tarde, casi un mes después empecé la escuela, quedaba cerca de la casa, va queda por que yo sigo yendo a la misma desde ese año. También queda muy cerca  de ese barrio tan lujoso en el que vivimos. Estaba bastante asustada. Primer grado, ciudad nueva, casa nueva, amigos nuevos, en fin vida nueva. Esto que voy a contar es otro día memorable

Llegue a la puerta de la escuela, acompañada de mi madre, estaba lleno de nenes. Poco a poco pude visualizar a la nena de rulitos, siiii a Luana. Fue una felicidad total encontrarme en mi nueva escuela a alguien que había conocido hacia un tiempo en la plaza del barrio. Se acerco a mi y su madre le propuso que estuviera conmigo ya que era nueva y ella ya conocía a todos desde el jardín.

Con el paso de los tiempos nos volvimos inseparables, compartíamos todo juntas, además de todas las cosas buenas, vivía a tan solo tres cuadras de distancia. No teníamos vidas muy diferentes, hasta teníamos la misma opinión sobre la gente de nuestro barrio, a ninguna de las dos nos gustaba y menos nos gustaba el vivir encerradas en esa cajita de cristal que nuestros padres nos habían construido, en donde siempre éramos unas nenas. Así que para matar el tiempo y salir de allí, cada tanto nos escapábamos a lugares en donde éramos nosotras mismas. Nos gustaba ir a recoleta, once y todos los lugares que se puedan imaginar y lo mejor de todo íbamos en tren, no nos llevaban los choferes que tenían nuestros padres. Ellos tenían una empresa juntos que la fueron construyendo de a poco, dedicada a la exportación de cereales algo parecido a lo que mi padre Harnold tenia en Córdoba. 

Al paso de algunos años nuevamente hubo una quiebra en esa empresa que tanto éxito había tenido en algún momento, hubo una pelea muy fuerte entre nuestras familias. Pero sin embargo nosotras seguíamos compartiendo momentos juntas y yendo a la escuela. Teníamos muchos proyectos y sueños juntas por cumplir. Pero de un momento a otro algo se quebró... Ocurrió un distanciamiento repentino, sin embargo no habíamos dejado de vernos. Se cambio de escuela, supongo que fue por sus padres ya que no les gustaba mi familia desde ese entonces y en parte también sentí que la decisión la había tomado ella. 

Nuestra relación se siguió desgastando, me dolía mucho la situación, era todo para mi, actitudes de ella no me gustaban. No tenia el carácter que tengo ahora de imponer mis sentimientos ante una situación, así que callaba lo que pasaba y me la bancaba, me bancaba todo tipo de actitud con tal de no alejarnos. Estuve mal en parte con respecto a eso, nunca supe la razón de por que ella hacia esto, pero en fin tengo mis teorías.

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