CAPÍTULO 1

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Soy Kaylee Edwards, a los 18 años me mudé a la capital de mi país en un bello departamento con paredes blancas a las que manché con sangre.
Pero mejor les hablo de la actualidad, no quiero arruinarles el final de esta historia.

Vivo con mis padres y dos hermanos menores, Abigail y Logan. Seré sincera mi vida no es perfecta ni mucho menos tranquila, ante los ojos de los demás somos una familia ejemplar llena de amor pero nada de eso es verdad.
No mantengo una buena relación con mi mamá, siempre discutimos, nunca estamos bien y con mi padre llevo una relación mejor pero no paso mucho tiempo con el ya que trabaja mucho.

En estos momentos estoy caminando por los pasillos del colegio, mirando el suelo, sin importancia alguna hasta llegar a mi salón.

Entro al salón y toda la atención cae en mi.

-Llega tarde señorita Edwards- dice la profesora con una mirada de advertencia. Paso por su lado y busco un lugar donde sentarme.

Todos estaban presentando sus manualidades, saco la mía de mi mochila esperando mi turno.

-Edwaeds- murmuró la profesora. Levanté mi manualidad con una sonrisa.

-Ya hablaremos de esto señorita- dijo la profesora. Todos mormuraoron cosas que no logré entender.

Pero que mierda...

A mi me gustaba, mi manualidad era una niña de alambres y con cabellos de hilos rosa.

Ignoré a todos concentrándome en lo que la profesora explicaba, sentía miradas pesadas sobre mi pero las ignoré al instante.

****

La mañana pasó muy rápido para mi gusto, no quería volver a casa porque sabía que me esperaba los sermones pesados de mi mamá.

Y no me equivocaba allí estaba mamá y papá fuera del colegio, me acerqué a ellos con semblante neutro.

-¿Qué hacen aquí?- pregunté haciéndome la tonta.

-¡Sube al auto ya!- dijo mamá- Hablaremos al llegar a casa

Y así fue...

Aquí estaba, sentada frente a ellos en la sala teniendo una pequeña mesa que nos separaba.

-¿Qué significa eso?- señaló mamá mi manualidad en la mesa

-A mi me gusta- ellos se miraron y se removieron en sus lugares sin decir nada

-Quiero ir a un psicólogo- y claro, mamá ya abrió la boca

-¿Para qué?

-Porque no tengo amigas

-Yo tampoco tenía amigas a tu edad

-Yo no soy tu- no dejé que hablara- quiero cambiarme de colegio

-¡Claro que no Kaylee! Está por acabar el año

-No me importa- dicho esto me levanto dejándolos solos

Entré a mi habitación tirando mi mochila al suelo y me acuesto en mi cama mirando el techo. Me sentía cansada, muy estreasada.

Lucas...

No, no era buen momento para pensar en él.

Retiro todo pensamiento de mi cabeza y no sé en qué momento me quedé dormida.

Absurda (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora