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Jungkook solo quería descansar, un descanso eterno.
Caer en una cama de flores y dormir para siempre, sin preocuparse nunca más, de nada ni nadie.

Pero todo era una mentira, una fantasía suya.

Le había creído, había creído en Yoongi; pero debió haberlo sabido, todo era demasiado bueno como para ser real.

El único recuerdo que tenía claro era el césped debajo suyo, el sol calentando su piel, y un chico a su lado.

Tomando su mano y besando su rostro.

Y lo había dejado atrás por ser un tonto.

Merecía lo que le había pasado, eso de verdad lo creía.

Tomó el martillo a su lado y siguió la fila.

Él se había metido en eso, era su culpa y era su castigo.

Él se había metido en eso, era su culpa y era su castigo

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Taehyung caminaba por los largos camino de aquella ciudad, llevaba buscando horas y nada. Nadie allí era Jungkook.

Estaba cansado, y paranoico, seguramente quienes lo vieron en la entrada lo estaban buscando aún.

Y sentía miradas a sus espaldas, era muy claro que no pertenecía allí.

Se recargó contra una pared, tomando un respiro.

Echó su cabeza hacia atrás, sintiendo el sudor en su frente y su espalda.

El calor allí era infernal ¿Cómo se podía vivir allí? Ahora entendía porque Jimin odiaba volver.

Miró la fila de personas que pasó a su lado, todos con un paso deprimente y aterrador que había visto ya por horas.

Estaba comenzando a desesperarse ¿Dónde podría estar su Jungkookie? ¿En aquel enorme y terrible lugar?

Pero el destino es sabio.

Un chico de cabello largo y negro paso a su lado, siguiendo a duras penas el ritmo de los demás.

Taehyung abrió los ojos ampliamente y vio la espalda de chico.

Bella, amplia, cubierta por la camiseta blanca de Jungkook.

Hadestown <Taekook> CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora